El vaho salía de sus labios. Frotó sus manos para entrar en calor. Aunque estaba comenzando abril, seguía sintiendo como el invierno se colaba en sus huesos.
Sacó el celular de su bolsillo.
7:21
Ya iba tarde, así que apresuró el paso. Renjun lo iba a matar si no llegaba a tiempo a su cumpleaños. Los grandes edificios iban quedando detrás, para darle paso a lindas casas tradicionales.
Los árboles comenzaban a retoñar de nuevo, para darle paso a la primavera. Las flores estaban tardando en abrir sus pétalos, como su corazón, que seguía cerrado después de aquella ruptura sin querer abrirse a alguien nuevo.
Tal vez cuando ellas comenzarán a florecer, él estaría listo para hacerlo junto con ellas.
Mark divisó la casa de Renjun y se detuvo. Respiró hondo. Él iba a estar ahí. Lo iba a ver sonreír, hablar, reír. Después de dos años, tal vez ya era el momento de dejarlo ir. Pero ¿por qué su corazón saltaba de alegría sólo con saber que el pelirrojo estaba a algunos metros de distancia? ¿Por qué sus manos no podían dejar de temblar ante la urgencia de sentir su cálida piel de nuevo?
Sucudiendo su cabeza comenzó a caminar hacia la casa. Debería mantener la cabeza y sobre todo el corazón fríos, así como el invierno que no parecía querer dejarlos.
Tocó el timbre y esperó. Detrás de la puerta parecía que la fiesta había comenzado. Renjun abrió la puerta riendo y cuando lo vio no pudo regalarle más que una gran sonrisa.
— ¡Mark! — el rubio regresó la vista hacia dentro de la casa. — ¡Chicos, Markitos ya está aquí!
El pelinegro lo único que pudo hacer fue reír, mientras dentro de la casa se escuchaban gritos y saludos a su persona. Renjun lo invitó a pasar y le pidió su abrigo. Mark lo abrazó y le deseó un feliz cumpleaños.
— ¿Cómo has estado? Hace mucho que no te dejas ver, es casi un milagro que vinieras hoy — preguntó el rubio luego de obligarlo a que lo acompañara a la cocina.
—He estado ocupado — en lugar de verlo mientras decía eso, Mark abrió el refrigerador buscando alguna cerveza. Renjun podía saber fácilmente cuando estaba mintiendo.
—Mark...
—¿Qué? — respondió algo brusco. Renjun le dio una mala mirada. —Lo siento.
—No te preocupes — Renjun se acercó al canadiense y tocó su hombro. —Si quieres hablar, aquí estoy ¿Lo sabes, no?
— Lo sé, Injunnie. Ahora ve y disfruta tu fiesta.
Renjun le dio una sonrisa y lo dejó en la cocina solo. Mark suspiró, tal vez no fue una buena idea venir después de todo.
Los gritos se volvieron a escuchar en la sala. El pelinegro salió para ver que pasaba y su corazón se aceleró en ese instante.
Ahí estaba.
Tan perfecto como sólo él.
Tenía el cabello despeinado por el viento.
Su nariz estaba roja, siempre fue alguien sumamente friolento. Durante el invierno se pegaba siempre a Mark para poder dormir calentito.
La sonrisa sobre sus labios lo armó y desarmó al mismo tiempo.
Pero lo que le rompió el corazón, fue ver su mano unida a la de otra persona que no era él.
Lee Donghyuck y Liu Yangyang habían llegado.
Mark y Donghyuck hicieron contacto visual y por un momento el pelirrojo dejó de sonreír, pero rápidamente se recompuso.
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Beautiful Goodbye [1]
Short Story"Cuando abril se desvanece, vamos a alejarnos, como si nada estuviese mal Para que nuestro último adiós sea hermoso." Mark y Donghyuck nunca quisieron que las cosas terminaran así. Mark aún recuerda el primer te amo. Donghyuck lo único que puede r...