P R O L O G U E

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Cuando la inocencia en mi aún no se había desvanecido y los dulces brazos de mi madre aún me arropaban me era inviable la mera idea de que existiera un infierno como el de Dante , donde lo único que habitaba era la desesperanza. Y ahora , para mi desdicha , lo acabé hallando.

Verdades encubiertas tras níveas promesas me llevaron hasta aquí , donde descubrí qué es el amor y lo endeble que este es.

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