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-¿Me podrías explicar porque estamos sentados en el aeropuerto Jeon? Yo no quiero estar aquí, ni irme de Corea- los labios gruesos de Jimin cuestionaron las acciones de el azabache que estaba sentado a su lado con su rostro bastante serio. Desde las pupilas llenas de ternura del menor se podía pensar que Kook estaba algo malhumorado o hasta triste, como si algo malo huviera pasado en su mañana.

Jungkook al escuchar a Jimin fingió una pequeña sonrisa en sus labios, estiró sus brazos hacia arriba tratando de despertar sus sentidos y luego los acostó en los hombros de Jimin para mantenerlo cerca. Amaba sentir a su pequeña obsesión a su lado.

-Tranquilo Jimin, sólo saldremos por un tiempo y luego regresaremos. Prometo no aburrirte en los asientos de primera fila.- El rubio desvió su mirada hacia una pantalla que se plasmaba en una pared, donde salían los vuelos de esa noche. Uno de ellos ya había partido y el siguiente decía que saldrían de Corea del Sur para llegar a Alemania.

El menor tragó en seco y sintió un par de náuseas al saber a donde se dirigía y con quien lo hacía. Sus vellos se pusieron de punta al escuchar a una mujer, era la típica empleada que anunciaba a todo el aeropuerto que debían abordar el avión.

Las personas o pasajeros que esperaban alrededor de ellos dos se comenzaron a levantar y atrastrar sus maletas hacia el pasillo que les llevaría a el interior del transporte. Kook se levantó de su silla y con algo de apuros encima tomó las dos maletas que él mismo había preparado.

-Vamos, Jimin- ordenó Jeon sin borrar su sonrisa y mirar de reojo a el rubio estaba perdido en su pequeño limbo. Tenía sus ojos totalmente entregados a el suelo, pensando en si subirse o escapar de ese monstruo que haría de su vida un infierno. Habían policías de seguridad alrededor, si algo se salía de control tendría algo de protección. Los policías creeran que Jeon es su pareja o que existe algún tipo de violenvia doméstica entre ellos dos. De una manera u otra, Jimin estaría protegido.

Asi que el rubio se levantó de la silla y señalando a su secuestrador, gritó -¡Tiene un arma! ¡Tienes un arma!- algunos pasajeros que aún no habían entrado a el avión se detuvieron a mirar el espectáculo que Jimin estaba haciendo -¡Debes ser arrestado! ¡Él me ha secuestrado hasta aquí!- los ojos de Jimin que miraban como el desgraciado de Jeon se quedaba sin hacer nada se humedecieron levemente -¡ÉL ME HA VIOLADO!- algunas lágrimas cayeron de las mejillas de el menor, la policía se quedó aturdida ante tal repentino comportamiento de ese hombre rubio que lloraba y señalaba a el contrario.

Un suspiro salió de los labios finos de Jungkook, que con un par de palabras y papeles que sacó de su maleta, pudo tranquilizar a la audiencia.

-Tranquilos señoras y señores, el comportamiento que está tomando mi paciente Park Jimin es muy común en su situación- Jeon enseñó los documentos a las personas que tenía cerca, incluyendo a un oficial- Él sufre de una extraña enfermedad que será tratada en Alemania, ya que aquí en Corea del Sur no existe tratamiento. Lamento las molestías que les hemos causando- Jimin no lo podía creer, su peor enemigo había esquivado un arresto en el prisión asi como si ya estuviera acostumbrado a ser acusado en lugares públicos. Con un pequeño puchero Jimin limpió sus lágrimas con su muñeca y soltó una leve queja que sólo él pudo escuchar.

Cuando ambos hombres vulnerables entraron a la sección de primera clase del avión y se sentaron en sus asientos tan comodos, Jimin cruzó sus brazos y pateó con fuerza el asiento que tenían sus piernas en frente, formandole un berrinche a el mayor. Jeon le miró por encima de su hombro y reprochó indignado.

-No es la primera vez que secuestro a alguien, que no te sorprenda que tus intentos de escape fallen contra mi- agarrando una revista para entretener sus ojos, Jeon sonrío con orgullo. Era algo obvio lo que el rubio haría, admitiendo que no creyó que de verdad Jimin lo juzgara de esa forma. Pensó que él sólo pediría ir al baño y trataría de salir por algún lado como una rata -Creo que N tenía razón-

-¿Disculpa?- Jimin miró a Jeon de una forma incredula, apretando su mandíbula, aguantando ese enojo que lo consumía en su interior.

-Jimin, te llevo a Alemania para que seas...corregido...-hasta el corazón frío de ese hombre se dolió al decirle eso y que el rubio no lo lograra entender. N le había dicho que lo quería en su albergue de hombres que habían sido sus mascotas por más de dos años. Era una clase de asilo, donde convertían a las almas más puras...en máquinas asesinas. La sangre era muy frecuente en ese lugar.

O tu asesinas o te asesinan.


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Oreo «Yoonmin» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora