Capítulo 31: Lo decía en serio, te amo.
Zachary.
— El entrenador Keep está haciendo puré con nuestros testículos. Lo admito, me gusta el fútbol americano por más de una razón, incluyendo el atractivo que ven las chicas en un jugador, pero esto de levantarse a las cinco menos cuarto empieza a afectar mis neuronas. Nos patean el culo como carne muerta en carnicería— Spen suelta un suspiro de resignación para luego lamer sus labios poco antes de masticar su McDoble —. ¿El lado positivo? Tanto ejercicio me otorga la excusa perfecta para comer proteínas, y vaya proteína más rica.
Josh alza un poco la comisura derecha como si quisiera reír por la felicidad excesiva en el rostro de Spen, yo hubiera reído de no verlo jugar con una papa frita como si eso fuese lo más importante del mundo. Tiene los hombros hundidos, los párpados caídos y no ha probado bocado en todo el rato.
Sé por experiencia cercana que los McDonald's son su fascinación desde pequeño y que el campus cuente con uno a pocas cuadras fue el empuje para elegir esta universidad, obviando el prestigio académico.
— ¿Te vas a comerte esa papa frita? — Spen señala la comida entre sus dedos y cuando Josh niega con la cabeza, se la arranca para llevársela a la boca— Deberías comer algo, bro, sabes que Cour te amaría así tenga que sacarte rodando el día de su boda.
Esta vez sí suelta una carcajada, no ruidosa ni con ganas, tampoco palmea el hombro de Spen o le añade algo aún más gracioso como suele hacer, sino más bien es una risa baja, e incluso sutil.
Doy una mordida al sabroso nugget de pollo sin apartar la vista de mi mejor amigo y creo intuir cual es el problema— Estuviste hablando por teléfonos durante el entrenamiento, ¿todo bien?
Josh me mira directo a los ojos y puedo notar la impotencia reflejada. Contrario a Caramelo, él siempre busca mirar con quien habla y más cuando se trata de temas sensibles. Somos amigos de años, por tanto, nos conocemos tanto como para intuir cuando algo anda mal. Espero paciente su respuesta y Spen parece notar la situación porque de inmediato suelta la hamburguesa al mismo tiempo que limpia sus manos con una servilleta.
— Era papá— sonaba cansado, como cuando te pasa lo mismo una y otra y otra y otra vez pero aún así nunca aprendas la lección.
— No me digas que...
— Sí— interrumpe a Spen—, volvió a largarse ayer por la noche. Le pidió dinero a papá porque necesitaba cubrir algunas deudas, según él. Aparte ni siquiera se largó por sí sola sino que un hijo de puta fue por ella en una de esas malditas motos.
— Viejo, tu madre es una mal agradecida y no te lo mando a decir con nadie— Spen hace una mueca de asco mientras se cruza de brazos—. ¡Vuelve con tu padre todas las putas veces del mundo y él la recibe siempre. Es un.... Un... Un loco!
— En parte concuerdo con este loco— lo señalo con la papa frita entre mis dedos a medio comer—. Josef es un excelente padre y tu madre no debería tenerlo como su perrito.
— Las cosas del amor— se encoge de hombros—. Hay quienes no conocen la puta diferencia entre amor u obsesión. Esa mujer es inestable emocionalmente y agradecería mucho si cambiamos de tema ahora, por favor.
— Oye.
— No, Z, esa cosa que me trajo al mundo no cuenta con la importancia suficiente como para perder el tiempo hablado de ella— frunce el ceño, de pronto se levanta viendo de uno a otro— Yo invito esta ronda, así que si planeas pedir tu clásico batido de chocolate justo antes de irnos, es el momento Z.
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CLUFF
RomanceSkyler Dallen no es el estereotipo de la chica delgada y sexy que camina por los pasillos del instituto, sin embargo, forma parte del grupo de los populares. Pero esto no quiere decir que sea la tímida, la mala o la falsa. Ella pensaba que no podía...