29

140 17 17
                                    

Narra Kim Seokjin:

-Buen día pequeño tigresito, vamos levantate. No tengo todo el maldito día para ti - algo afilado se estaba agarrando de mi brazo, me sacudía levemente y me despertaba poco a poco. Me quejé en un murmurro y luego abrí mis ojos lentamente para que se acostumbraran a la claridad.

Tenía un gran aliento que olía fuertemente a alcohol, también presencié un dolor de cabeza punzante y todo mi cuerpo al levantarse de esa cama de hotel, temblaba sin parar.

No recuerdo aver entrado a esta habitación tan lujusa, ni tampoco como Chanyeol estaba clavando sus uñas en mi piel para despertarme y verme con el ceño fruncido.

-Ya era hora de que despertaras pequeña puta- restregó esas groseras palabras en mi rostro sin pena alguna. Lo conocía, era un hombre de esos que estaban podridos de dinero, rudo y con el abdomen bien marcado. Un encantador de hombres y mujeres que si ordenaba algo eso era hecho. Fue mi novio en secreto cuando eramos más pequeños, solía utilizarme para pasar sus clases y no reprobar. Como todo cobarde de doce años, me golpeaba cuando no sacaba una calificación de acuerdo a su gusto, me acorralaba a una esquina y me tocaba en mis partes más intimas...siempre me había utilizado. Como cualquier hijo de puta.

-¿¡Que mierda haces tu aquí conmigo!? ¿¡Me drogaste!?- las preguntan estaban siendo formuladas en mi cabeza al ver que no tenía ropa puesta y que la cama estaba algo húmeda en la zona donde estaba descansando mi cuerpo -¿¡Que me hiciste en la noche de ayer Chanyeol!? ¡Responde y no te quedes callado!- mis mejillas se tornaron rojas al estar desesperandome de esa forma y haciendo fuerza con mi voz tan divina.

-Creí que lo recordarías, estabas algo ebrio ayer en las calles. Tu necesitabas un lugar para pasar la noche y yo un cuerpo para depositar mi semilla- mi mandíbula apretó mis dientes con fuerza al escucharlo hablar de mi como si fuera algún juguete sexual. Él era asi...un maldito sin piedad.

-T-te odio...-

-¿Que dijiste?- en sus ojos pude ver un brillo peligroso, se acercó a mi tomando mi mentón con fuerza y dominancia, traté de hecharme para atrás para que le soltara, pero fue inútil -¡Escuchame bien! Tienes suerte de que el que eyaculó dentro de ti fuese yo y no un extraño. Sabes muy bien que nunca te la metería si no fuera porque fueras tan jodidamente sumiso estando ebrio- en sus labios pude ver como se dibujaba una sonrisa burlona, me dolía tanto su agarre que unas pequeñas lágrimas se hicieron presente en mis ojos.

-D-dejame- mis manos agarraron el brazo que me sujetaba. Asqueado por su forma de tratarme y tocarme clavé mis uñas y rasguñé su piel para que me soltara. Él al recibir esos pequeños daños en su brazo, me empujó a la cama y se fue casi corriendo al baño. Al parecer fue tan grave que sus tejidos y piel estaban comenzando a arder. Sabía que después de lo que le hice vendría a desquitarse conmigo, asi que sería util si buscanba algo con lo cual pudiese defenderme y al menos...salir vivo de este lugar.

Gateé por la cama hasta llegar a la mesa de noche la cual estaba bien decorada con una lámpara y un par de libros encima, como si alguien los fuera a leer. Mis manos se deslizaron por encima de ella y comenzaron a buscar en cada rincón. Abrí las dos gabetas que tenía esa mesa, pude ver pastillas, condones y hasta algunas revistas porno escondidas en el fondo.

-¡ERES UN PEQUEÑO BASTARDO!- escuche su voz y en esos mismos momentos encontré una pequeña arma que apenas podía sujetar con mis dedos temblorosos.

-¡Alto! ¡Alto!- me volteé en esa cama y me arrodillé con el arma en manos, apuntando a su pecho- Si tan siquiera te mueves o haces algo sospechoso...¡Juro que te mataré!- cargué el arma y conecté nuestras miradas intensas y llenas de adrenalina, él levantó sus dos manos en una forma amistosa anunciando que estaba rendido.

-Hey, hey, tranquilo amigo. Todo va a estar bien- dió un paso y yo solté un gruñido para que se quedara quieto- Creo que esto ha sido un gran mal entendido, dame el arma Jin y prometo que todo estará bien, te llevaré a casa y ya no me volverás a ver- estiró su diestra para que le entregara el arma, con el ceño fruncido y determinación de jalar el gatillo negué varias veces con mi cabeza. Le disparé en el pecho tres veces, el sonido que provocó el arma de fuego fue como un trueno en plena tormenta electrica, los hoyos que le hice en su camiseta blanca estaban ahora sangrando y manchando el suelo de esa habitación.

Abrí mis labios en grande y observé el arma con algo de asombro...de verdad no creí que fuera capaz de disparar, siento que he perdido el control de mi mismo. Ya no soy el mismo.

Genial, maté a un hombre, a mi exnovio maltratador. Le hice un favor al mundo y ahora lo iba a terminar. Con una sonrisa en mis labios vi que aún había una bala extra en las casillas, coloqué el arma en el costado de mi cabeza y me tomé un tiempo para reflexionar junto a un suspiro.

¿De verdad haría esto?

Terminar con mi vida...después de que terminé con otra. Vaya, creí que el final de esto sería más tranquilo. Algo como estar en la playa con Nam entre mis brazos. Tendríamos niños, no importa si estos fuesen adoptados. Estaríamos viviendo cada día juntos criandolos y haciendolos todas unas personas decentes.

Pensé que moriría en la orilla del mar y la arena, pero en ves de eso me encargué de juntar a seis personas en un grupo de amigos. Añadí a dos gotas de veneno en ese grupo que jodieron a nuestras relaciones más íntimas, hice que Jimin desapareciera, que Hoseok terminara odiando Tae, que Taehyung se sintiera culpable y vulnerable por sus desiciones y que Yoongi terminara en una depresión severa por la falta gigante de su novio...y ahora ¿Todo terminaría aqui?

Creo que...las lágrimas que ahora caen por mis mejillas en este húmedo cuarto de hotel dicen algo; Mejor morir ahora que vivir haciendo daño.


Click...click...bang...bang...

Todo se ha vuelto negro.






He lloraro muy feo al escribir esto. ¿Están preparados?
Hagan sus teorías.

Oreo «Yoonmin» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora