DIECINUEVE

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–Se que les resulta raro que Brent este aquí y mucho más raro que sea un pequeño lobo– les dije a mi familia – pero venga me he convertido en un lobo mucho mas grande y destructivo y no habían tenido problema con eso– me senté en lo que quedaba de sofá

–No, no tenemos problema con que sea un lobo ni mucho menos que este viviendo aquí, el problema es que bajo corriendo y con ganas de atacarnos– contesto Beth

–Estaba asustado por no verme y mas se asusto cuando comenzaron a atacarlo y no le decían donde estaba yo– les lance miradas acusadoras a todos

–Lo sentimos pero no podemos escuchar lo que dice ni entenderlo– se excusó Beth

–Ya le falta poco, veanlo como un cachorro. Pero no se lo digan porque se va a enojar– reí un poquito

–Lo intentaremos – y subieron a sus cuartos

(...)

Estoy parada junto a la ventana que da al jardín contemplando la obscuridad que brinda la madrugada, son casi las cinco a.m y no he podido dormir,  no es como que lo necesite solo lo hago por amor a la flojera pero aun así.

Tome la decisión de ir a despertar a Brent, así que deje de ver la ventana y subí a mi cuarto. Subí las escaleras de dos en dos hasta que llegue a el final de estas después comencé a dar saltitos evadiendo la madera que cruje un poco.

Entre a mi cuarto pero cual era la sorpresa, un pequeño cachorro mordisqueando mi sillón y alrededor de este una de mis blusas favoritas para dormir, mi blusa de tiras violeta

–¿Porque estas rompiendo mi sillón?– le alce un poco la voz – y lo mas importante ¿Porque rompiste mi blusa?– me puse en cuclillas

–El sillón es porque mi instinto me decía que era feo y la blusa porque tenía olor a sangre y a un chico– me respondió en mi mente

–Pero era mi sillón y mi blusa, no debías de romperlos ¿no te basto con romper media sala?– empecé a recoger el cuarto y buscar a ver que mas había roto mi bolita de pelos

–Me disculpó colibrí, pero ese olor que tenias en la ropa era horrible, estaba combinado con otro que me repugna– Brent se acostó en mi cama panza arriba.

–Pero no debes romper las cosas, si no te gustaba el sillón pude mandar sacarlo o simplemente lo pude sacar yo– después de todo se esta comportando como un cachorro, aun esta en desarrollo.

–Bueno, bueno. ¿a que venías? – me lo dijo en un tonito risueño

–Te recuerdo que este es mi cuarto y vine por ti para que vallamos al jardín a jugar. Por lo que veo es que ya estas mas fuerte y solo te falta un día para volver a ser humano– lo tome en mis brazos y lo abrace

–Que genial, ya voy a poder dejar de perseguirme mi colista, se que es parte de mi pero no puedo evitar corretearla y morderla– cuando termino de decir eso se empezó a morder un costado

–Bueno, vamos. Saltemos por la ventaba – me pare en el extremo de esta para saltar

–Colibri, si recuerdas que soy un lobo, mas no un gato– dijo nervioso asomando un poco la cabeza para ver el suelo

–¿Y?– le respondí

–Que si tu caes de pie yo no, los chuchos no caemos de pie– empezó a temblar por la altura

–Si, ya entendí. Entonces aremos esto, yo salto y luego tu saltas pero yo te atrapo, ¿Va?– lo acaricie un poco

–Pero me atrapas, no quiero ser puré de Brent– ambos reímos. Estar juntos me traía tan bonitos recuerdos me hacia olvidar el otro asunto que hacia que mi pecho doliera, que todo doliera.

I N F I E R N ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora