Kihyun, creo que de alguna forma, desde el momento en que nos conocimos, nos dimos cuenta que contrario a lo que pensábamos antes, podíamos desacelerar el paso, aminorar la carga de nuestros problemas y caminar ligeramente disfrutando de las pequeñas cosas.
Nunca tuve una sola duda de que estábamos destinados a conocernos.
Apenas habían pasado algunos meses y muchos podrían decir que era una locura que nos dijéramos "te amo", pero nadie mejor que tú y yo sabían cuanta verdad había detrás de esa simple frase.
Me sentía segura estando a tu lado, no tenía ningún miedo de ser yo misma, porque me conocías tan bien como si hubieras estudiado cada uno de mis gestos y palabras sin dejar pasar un solo detalle.
Sabías lo que me hacía sonreír y sabías contenerme cuando me derrumbaba.
Conocías cada nota de aquellas que componían la canción de mi vida y cada día, tú mismo le añadías algún hermoso verso a esta con la calidez de tu sonrisa y la pureza de tu amor.
Hasta cierto momento yo pensaba que te conocía de igual manera.
Cuando me di cuenta que no era así me sentí estúpida por ignorar los detalles, las señales de que algo no andaba bien.
Pequeñas cosas que quizá me habrían ayudado a notar a tiempo que se estaba abriendo un espacio entre nosotros.
Y me culpo.
Me culpo por dejarme llevar por aquellos pensamientos acerca de que es una pérdida de tiempo quedarse dándole vueltas a las nimiedades, porque seguramente no vale la pena centrarse en algo que no significará nada el día de mañana.
Ni siquiera pude leerte mientras tus melodías se volvían tristes frente a mis ojos.
¿Acaso siquiera merecía amarte Kihyun?
Quisiera preguntarte eso y otras tantas cosas justo ahora, pero todo es un poco diferente en estos momentos.
Cuando los días de descanso en la playa llegaron a su fin tuvimos que regresar a nuestras rutinas habituales en el Conservatorio.
Aquella mañana, me apresuré tanto como pude en mis tareas para poder verte en el período de la lección que dictabas y, afortunadamente conseguí aquello con algunos minutos de sobra.
Sin embargo, a la hora prevista para el inicio de la clase no aparecías por ningún lado, lo cual era extraño en vista de que tú jamás llegabas tarde a ningún lado.
Eras de esa clase de personas que nunca había que esperar un solo minuto más, porque siempre estabas allí muchos momentos antes que lo que debías. Honestamente lo que más me preocupaba en ese momento era que algo te hubiese pasado, sin poder evitar que se pasara por mi cabeza aquella noche de nuestra primera cita donde tardaste a causa de la dura golpiza que recibiste en plena calle.
- Hey, tranquila... probablemente solo se ha quedado dormido – comentó Minhyuk con una sonrisa serena para tranquilizarme.
Eso no fue suficiente. Yo no decía nada, pero no paraba de dar vueltas alrededor del salón ni de asomarme a cada minuto por la puerta hacia el pasillo con la esperanza de divisarte en algún momento.
Cuando todos los alumnos ya habían llegado y ocupado sus asientos, un murmullo general comenzó a rondar alrededor. En general comenzaron a verse intranquilos y el que yo siguiera viendo el reloj a cada momento no ayudaba demasiado, así que decidí hacer algo por mi cuenta antes de seguir sembrando la preocupación en aquellos chicos.
Saludé a la clase con normalidad y les indiqué que comenzaríamos con ejercicios de respiración para preparar la voz.
Nadie tuvo comentarios de oposición, lo cual agradecí en vista de que yo no era ninguna profesora contratada de forma oficial. Estaba siempre allí para apoyarte en mostrar lo que querías enseñar a los alumnos, lo que me ayudó al menos a salvar la situación en ese momento.
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[Kihyun] "Voiceless"
Short Story"Estás tan dentro de mí que aunque abras la boca y no salga ningún sonido, puedo escuchar tu dulce voz claramente cantándome (...)" ♪ Disfruten la lectura