OCHO

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Michell estaba esperando a Diego, el era uno de sus mejores amigos. Alay y el habían quedado en verse en la fiesta pero ella no apareció. Michell le contó lo que pasó.
Han pasado ya 30 minutos y Diego aún no aparecía.
Michell estaba ya muy impaciente, sentía que en cualquier momento iba a entrar al edificio hecha una loca haciendo un escándalo para que los padres de Alay salieran a verla para decirles todo lo que estaba pasando. Cuando Michell estaba a punto de entrar el auto negro de Diego aparcó en frente del edificio y salió rápidamente de él, en cuanto vio a se encaminó hasta ella.

Has sabido algo de Alay? -le preguntó Diego tratando de que el nerviosismo no se le notara.

Los secuestradores no se han comunicado, dijeron que mañana teníamos que tener el dinero así supongo que llamarán hasta mañana.

Diego se quedó callado y apretó sus puños haciendo que sus nudillos se pusieran de color blanco.

Dime que tienes un plan para que los padres de Alay me reciban para hablar con ellos comentó Michell mirando la entrada del lugar.

Déjamelo a mí. Solo quédate detrás de mí, De acuerdo?-ella solo asintió con la cabeza mientras trataba de planear que le diría a los señores cuando estuviese de frente con ellos .

Bien-soltó Diego caminando hacia la entrada, había cambiado su forma de caminar y se puso más erguido, ahora lucía imponente, seguro de sí mismo, como si nadie pudiese decirle no.
Al entrar a las oficinas había varios sillones al lado de la entrada, acomodados estratégicamente para dar la impresión de que ueden sentarse a esperar cómodamente.
Sin ser observados por las personas que entran y salen de aquel lugar Diego caminó hacia la recepción pero no se quedó en ella, solo pasó de largo mirando a la chica que estaba detrás del escritorio moderno.
Ella solo lo miró y le hizo un asentimiento de cabeza, Michell solo lo seguía mientras abordaban uno de los elevadores para llegar al piso donde se encontraban los padres de Alay.
Al abrirse las puertas del elevador, se dejó ver el largo pasillo perfectamente alfombrado, había varias puertas a los lados pero Diego sabia que la puerta dl fondoera a la que debían dirigirse. Al llegar a él se encontró con un escritorio y una chica hermosa que estaba detrás de él.

J-Joven Martin, que sorpresa -Tartamudeó la secretaria dirigiéndose a Diego.

Buenas tardes, es urgente que hable con el señor Dammert ahora mismo.

El señor está ocupado, puedo decirle que está aquí y pedirle una cita.
Diego soltó un suspiro pesado en sus ojos.

Lo siento mucho pero se trata de algo urgente-respondió Diego encaminándose a la puerta con Michell detrás de él

¡No pueden entrar asi! -Gritó la secretaria preocupada.

Entonces Diego entró a la oficina principal y se presentó frente a la frente padre de la persona que estaba haciendo esta locura, era un hombre alto y delgado, tenía unas cuantas canas en la parte de arriba de sus orejas y sus ojos verdes eran el mismo tono de los ojos de Alay, estaba vestido con un traje de color negro brillante junto con una corbata color azul.

¿Puedo saber quién te dio el derecho de entrar así en mi oficina? -su voz era gruesa e intimidante pero Diego no se inmutó ni un solo segundo, su lenguaje corporativo, despedida coraje y seguridad. - Creí que tus padres te habían educado de mejor manera.

Me he educado mucho mejor de lo que usted ha hecho con su hija-le contestó Diego en forma de queja, estaba bastante preocupado y molesto, el tiempo se agotaba.

Lo que pase con mi familia no te incumbe.

Al parecer a usted tampoco-contestó Diego inmediatamente. -Conozco a su hija, de hecho supe más de ella de lo que usted sabe de ella en estos 18 años.

Obsesión (Ghost)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora