—Entonces lindura ¿Te importaría acompañarme a mi habitación?—Preguntó el alfa frente a él. Perfecto. Las palabra que pensó automáticamente, mientras más alejados de la fiesta, más fácil asesinarlo.
—Uh... Claro, pero ¿Para qué?— Fingió inocencia mientras planeaba las maneras de matarlo rápidamente sin causar alboroto.
—No te preocupes, pronto lo sabrás —Con una sonrisa arrogante tomó la mano del omega frente a él, guiándolo a su enorme habitación, convenientemente apartada de la fiesta.El rubio observó al otro lado del gran salón, buscando con la mirada una cabellera gris. Cuando finalmente la encontró (en el área de bebidas) le dio una pequeña señal a la muchacha, indicándole que el plan había comenzado. Ella captando el mensaje procedió a darle la misma señal a su hermana, la cual se encontraba al otro lado del salón haciendo el mismo trabajo que él.
El alfa que aún sostenía su mano, le preguntó mientras le jaloneaba :—Oye pequeño ¿Cuántos años tienes?
—Dieciseis señor Bruno—En realidad esa no era su edad, pero según el historial de éste sujeto indicaba que le gustaban los omegas jóvenes e inocentes.
—Eso quiere decir que aún no has tenido tu celo—Comentó, más que una pregunta, fue una afirmación.
—Si... —Intentó sonar lo más sumiso que pudo, viendo satisfacción en la cara del alfa. Ambos ya habían llegado a la habitación del peli-café. Con un movimiento de mano, Bruno le indicó que entrara a la habitación.
—¿Qué haremos aquí?— Con la mirada recorrió la habitación, buscando tanto armas, cámaras como algún teléfono. Para su suerte no encontró nada.
Detrás de él escuchó que Bruno cerró la puerta con pestillo. Luego dos manos se posaron en su cintura mientras sentía la lengua del alfa en su cuello.
—S-señor Bruno,que-ah... ¿Que hace?— Mientras el alfa detrás de él seguía atacando su cuello con besos, lamidas y mordidas, bajó silenciosamente su mano hasta su cinturón, el cual contenía varias armas discretas y entre ellas su preciado cuchillo. Lo tomó esperando a que el tipo dijera algo.
—Un pequeño juego, no te preocupes te va a gustar.—Bruno cargó al ojiazul y rápidamente lo posicionó en la cama,sus manos iban tocando el cuerpo del menor, impresionado por las hermosas curvas que este poseía.
—P-pero yo quiero jugar a otra cosa...
El alfa confundido subió la mirada para preguntarle a que se refería, pero antes de siquiera pronunciar una palabra un cuchillo le atravesó la garganta impidiéndole toda forma de habla.
—Oye, aún no mueras—Dijo divertido el rubio que aún sostenía el cuchillo—Escucha estas palabras para que cuando estés en el infierno las recuerdes por el resto de tu existencia—Apretó aun más fuerte el agarre y con una mirada seria, le dijo:—Nunca subestimes la astucia de un Kagamine
Finalmente el alfa murió, ¡y que expresión más hermosa para morir! Ojos completamente abiertos con mirada llena de miedo y boca completamente cerrada. Un asesinato muy profesional si le preguntan a Len.
—Len, ¿Estas allí? Contesta. Cambio
—Si ya terminé,¿y tu?. Cambio.—Contestar 'cambio' le parece muy estúpido, pero su padre le pidió "profesionalismo" así que debía hacerlo.
—Si ya acabé y también le dije a Haku que trajera el auto. Cambio.
—Bien, bajemos por la ventana de la habitación. Cambio.
—¿Pero como nos encontraremos?
—Solo trata de llegar al estacionamiento. Oh y se te olvidó decir cambio.
—¡Eso es estúpido!
—Buen punto. Ahora ¿Trajiste la soga, verdad?
—Emmm...
—¿En que habitación estas Kagamine?
—La primera en el ala sur.
—¡Perfecto! Yo estoy en el ala norte.
Enserio su hermana debe seguir yendo a las prácticas, a este paso olvidará cómo usar un arma.
—No te preocupes, ya me estoy subiendo al techo. Iré en la dirección que me dijiste, solo nos encontraremos en el techo, bajamos y vamos al estacionamiento.
—De acuerdo, allá voy.
Apagó el auricular en su oreja, para salir por la ventana. Que bueno que estaba el segundo piso, así podía subir al techo de la enorme casa de una vez.
Una vez arriba comenzó a caminar hacia el lado contrario para encontrarse con su hermana. No necesitaba correr. Los guardias están ebrios igual que la gente en la fiesta, así que encontrarán a los cadáveres mañana, cuando el olor se haya extendido por la casa.
Siguió caminando por el techo, tarareando o silbando hasta que un abrazo de oso le sorprendió.
—¡Te encontré!—Exclamó contenta su hermana "mayor".
—Hola a ti también irresponsable—Le recalcó con burla mientras la contraria rodaba los ojos.
—Sí lo sé, debí preparar mejor mi cinturón y esas cosas ¿Podemos irnos de una vez?
—Seguro—Tomó en gancho que estaba en su cinturón para instalarlo en el techo, amarró la soga alrededor del gancho y bajó por esta, luego su hermana imitó su acción.
—¿Dónde quedaba el estacionamiento? —Preguntó su hermana una vez en el suelo.
—Por aquí, sígueme—Len comenzó a caminar, aun manteniéndose alerta, hasta llegar al estacionamiento. Los gemelos se acercaron rápidamente a una limusina pequeña con detalles dorados.
Cuando entraron al vehículo, fueron recibidos por el regaño de su acompañante.
—¡¿Dónde demonios estaban?! ¡Se suponía que debían llegar hace 15 minutos, pensé que los habían atrapado y estaba así de cerca para llamar a su padre!—Les regañó su acompañante y "niñera" aunque ellos no la consideraban como una.—¿Por qué tardaron tanto?—Preguntó ya más calmada Haku, una beta de 29 años.
—Lo que pasa es que la señorita "no necesito mas prácticas" olvidó llevar su soga y tuve que ir a buscarla. —Le informó el rubio.
—¡Al menos yo no dejé que me violaran para poder cumplir mi misión! —Le acusó su gemela señalando los chupetones en su cuello. Maldito alfa. Se quejó en su mente. Cuando estaba a punto de reclamarle a su hermana, Haku le interrumpió.
—¡Ya fue suficiente! Su padre llegará a la casa en una hora y deben reportarle los detalles de la misión.
—Si Haku—Respondieron bajando la mirada.
El vehículo salió del establecimiento dirigiéndose a el hogar de los Kagamine, donde una noticia le esperaba al omega rubio.
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Esto lo escribí hace mucho tiempo y por ende creo que se va a ver una pequeña deferencia de narración en otros capítulos en comparación con este .
Y eso es todo. Bye ♡
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Mi destinado
FanfictionLen Kagamine, un hermoso omega de 18 años de edad, perteneciente a una de las mafias más poderosas del mundo. Los invitados que llegan a la mansión Kagamine piensan que es un omega para pasar el rato, pero estos se equivocan. Es el hijo del jefe de...