VI

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"Querido Anónimo X,

Lo sé. Pero, ¿por qué lo tomaría como ofensa? Considero que alguien se ofenda por ser confundido con un gay es homofóbico.

Tengo que intentar lo de las banditas de comida algún día. A mí me castigaron por ponerle diamantina morada en su silla.

También estuve con un par de chicos, se llaman YoungJo y SeoHo. Deberías conocerlos, son muy lindos, en especial YoungJo. Apuesto a que eres lindo.

Es la lasagna, aunque sólo la he comido pocas veces en mi vida.

¡Hasta nuestra próxima carta!

Anónimo H."

—¿Qué es eso?

GeonHak se acercó, y se sentó detrás de él, abrazándolo por la cintura. DongJu decidió no prestarle atención.

—¿Me vas a ignorar luego de que te dejo vivir conmigo?

DongJu intentó evitar una carcajada al ver la cara del pelinegro hartándose de que lo ignorara.

—Vete, me estás abrazando.

—Te estoy abrazando, y te dejo vivir en mi casa.

—Estúpido.

Lo apreciaba mucho. Habían sido amigos desde niños, y ahora que eran más grandes, su amigo ya vivía solo en su departamento. DongJu le pidió quedarse con él mientras encontraba empleo para poder vivir solo.

GeonHak era la persona con el aspecto más rudo que conocía, aunque él realmente detestaba las peleas y los conflictos.

—Estás pensando en tu familia, ¿cierto? —el castaño negó.

—No les llames familia.

—¿Y qué hay de DongMyeong?

—Él tiene suerte, es muy bueno en los deportes, y una gran persona.

—Puedes ser pésimo en jugar soccer, pero eres una de las personas que más admiro, DongJu. No creas que por ser diferente vales menos.

—Gracias por todo.

—Está bien, niño. Llora todo lo que quieras.

———

𝓺𝓾𝒆𝓻𝓲𝓭𝓸  𝓪𝓷𝓸́𝓷𝓲𝓶𝓸 (hiatus jaj)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora