Salgamos este 18? Viva Chile mierda!(Jaidefinichon / JxN / NxJ)

18 en la Noche, Jaime y Nicolás

Era bakan pasear una vez que sea con el Jaime y en especial ir a las ramadas, igual no le gustó mucho que fuéramos a las del parque O´Higgins, encima de noche, pero yo que soy terrible de pobre me da paja pensar en algo mejor, además la dejó pasar porque siempre íbamos por lados separados con las familias y toda la onda, era la primera vez que nos poníamos de acuerdo para salir juntitos un 18. De hecho íbamos a incluir al Edgar pero la linda nos salió con que ya tenía plaaaanes, mish.

-no te alejí mucho o te vai a perder- ni habíamos entrado y ya estaba repleto de gente, flaites, señoras con cabros chicos y varias colombianas promocionando locales

-dame la mano entonces- le dije pa callao

-ven- me tomó la mano y la escondió con la suya en el bolsillo de su polerón –qué onda?- me miró

 -nah, es que, pensé que te ibai a enojar-

-por qué? acá te puedo hasta dar un beso y nadie se va a dar cuenta-

-wn!- me sentí perdido, fue como un ataque confusión súper efectivo pa mi, apuesto que me puse rojo de una

Paseamos de un lado a otro sin pescar las fondas con comida y al tome de viejos curaos, lo más que logramos hacer fue ponernos competitivos en disparar a los patos con los rifles mal calibrados, el Jaime ganó una wea miserable por botar 3 de 10 (yo con cuea le di a uno) era un llavero medio extraño de un pato con patas de oso, que chucha la producción wn. También nos tomamos unos terremotos por el griterío que teníamos que hacer para hablar, taba wena la cosa pero la música qla, a todo chancho nos iba a dejar sin tímpanos para grabar a futuro, ya cuando la humareda se volvió horrible optamos por ir andando.

-igual está tierno- le comentaba del llavero cuando íbamos saliendo y lo venia mirando con desprecio

-toma- me dijo pasándolo

-para mí?-

-si-

-enserio?-

-si no lo querí, tíralo-

-no! Es mío!- y lo abracé- lo miré y pensaba si ponerlo en el llavero o colgarlo en algún lado de la pieza –le voy a poner Little Jaime-

-no po, algo más lindo-

-Robertito?- nos pusimos a reír a lo que salíamos del tumulto de gente

Caminamos tranquilamente para otro lado donde habían unas banquitas apartadas pero antes de llegar el Jaime compró en uno de los carritos de afuera un palito de frutillas con chocolate

-quieres?-

-me vai a dar en la boca?-

Pensé que me iba a decir algo terrible de sensual como “te las robaría de la boca” pero soltó un “No”,  mata pasiones qlo

Le hice un puchero con Robertito al lado pero no me pescó ni en bajada, aun así me convidó un par de frutillas

Nos sentamos en una de las bancas más apartadas, con los gorros del poleron puesto y quien pasaba por ahí como que nos hacía el quite, teníamos pinta de lanzas? O es porque soy negro?!

Miré al Jaime echado para atrás en la banca, sacaba la penúltima frutilla y se la comía tranquilamente mientras miraba el cielo nublado y muuuy oscuro, en que andará pensando?

-Jaime-

-ah?-

-no te quería decir, pero adentro me toquetearon entero- mentira

-qué?!-

-si…es que parece que me querían robar la billetera y me tocaron todo el traste- otra mentira mas

-y por qué no me dijiste nada wn?!-

-porque tengo todo escondi’o en el bolsillo de adentro po, te acordai el que cosí solo?-

-si-

-ese po-

-saco de cacha igual deberiai haberme dicho que te estaban manoseando- se estaba enojando, que es lindo

-pero si no pasó naaada, te decía nomas-

El wn me pescó re fuerte de los hombros y me hizo mirarlo de frente

-no wn, no es cualquier cosa, tu eri mío ql-

-pero Jaime…- puta que me gusta cuando se pone celoso este enojón

Me levantó de la banca y me llevó atrás de un árbol con tronco gigante y amorfo, me acorraló contra la corteza, me abrió el cierre del poleron y me pescó de la cintura bajo la ropa

-vai a poner en duda mi posesión sobre ti, Nicolás?- el wn estaba caliente, yo estaba caliente, me calentaba que dijera mi nombre así, estaba con vergüenza, con ganas que me chantara un beso, con todo wn! Qué fácil es provocarte mi amorsh!

-no sé…- lo acerqué tomándolo de los bolsillos de su pantalón

Y ahí atrás de ese árbol gigante, justo donde estaba el foco quemado me dio un beso de los wenos, apasionado, con el toque dulzón del terremoto y mas encima recién ahí hizo uso de la frutilla con chocolate que se venía guardando, me la puso en la boca y me robó la mitad para después pasarme la lengua por los labios, Jaime qlo rico

-dime, donde querí gritar viva chile, acá, en tu casa ó en la mía?-

-vamo’ a un motel wn, no alcanzo a llegar a ningún lado- le contesté riéndome de pura vergüenza

-dos horas se van a hacer poco- me mordió la oreja

-las hacemos rendir- le murmuré por lo bajo abrazándolo por el cuello

-me parece-

Y salimos corriendo a la estación, porque era obvio que no íbamos a ir a motel de verdad, mucha plata perdida en lo que podemos hacer siempre en una pieza con pestillo bien puesto, pero adivinen a quien le calienta que diga cosas así de degeneradas cuando estamos con tantas ganas.