Capítulo 43: Asuntos familiares

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Mientras, en el club la gente no paraba de pensar en lo que iba a pasar. Louane se había pasado como una hora colgada del teléfono hablando con la policía, abogados y amigos que podrían echarle una mano mientras el resto se dedicaba a esperar una respuesta. Cuando dieron las cinco y no había buenas noticias, Aaron decidió servir una ronda de copas a todo el mundo.

–Yo no quiero.– Dijo Noah.– Quiero estar sereno cuando todo acabe.

–Ese es mi chico.– Dijo poniéndole una mano en el hombro.

Algunas de las chicas se iban turnando para cuidar a Simon, por si se despertaba que no se sintiera solo, y para hacer algo útil en aquellas horas. Otros se dedicaron a dormir. Pero otros eran incapaces incluso de cerrar los ojos.

–¿Te traigo una copa?– Le ofreció Janet a Brook, que estaba sentada en el escenario con la mirada perdida.

–No. He bebido un par de chupitos y no me han sentado muy bien.

–¿No tienes arcadas, no?

–Janet, no estoy embarazada.

–Deberías ir al hospital.

–Iré cuando todo acabe.

–Oye, ¿donde esta Dylan?– Preguntó Clary al rato.

–La última vez que le vi, estaba con su hermano.– Dijo Bryce.

–Yo he estado hace un rato, pero allí no había nadie a parte de Simon.– Dijo Coco.

–¿Se habrá dormido en alguna parte?

–A saber.

Todo el mundo dejó de hacer nada y se pusieron a buscar a Dylan. Cuando nadie le encontraba empezó a sembrar el pánico. Pusieron patas arriba el club, pero nada, no aparecía.

–¡Aquí arriba tampoco está!– Anunció Ed desde su palco.

–Dios, ¿donde está este chico?– Suspiró Brook.

–En su casa no.– Dijo Derek, que había ido a comprobarlo con Janet.

–Y tampoco coge el teléfono.– Dijo Aaron tras intentarlo por quinta o sexta vez.

–¿Y si le ha pasado algo malo?

–¿Pero a donde puede haber ido?

Noah había ayudado a buscar al principio, pero al ver que no aparecía, se puso a pensar. Se le ocurrían un millón de locuras que podía haber hecho Dylan, pero esperaba que ninguna fuera real. Al final, y al ver a todo el mundo tan preocupado, tomó una decisión que supuso que a nadie le gustaría.

–Voy a ir a hablar con mi padre.

Todo el mundo se quedó callado y le miraron. Estaba apoyado en la barra con los brazos cruzados y con cara de no querer discutir sobre el tema, pero sabía que no sería posible.

–¿Tu padre? Creí que no te hablabas con él.– Dijo Clary.

–Y no lo hago, pero si hay alguien que puede ayudarnos, es él.

–Tu padre no va a ayudarnos.

–Podría hacerlo, Aaron. Ahora mismo, es lo último que tenemos.

–¿Estas seguro?– Le preguntó Brook.– Noah, ¿estas completamente seguro de que tu padre puede ayudar?

–Por poder si. Querer... Deseadme suerte para ello.

–Ten cuidado.– Le advirtió Bryce.– Le diré a Louane donde estas, pero más te vale tener cuidado.

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