No compartas información... con nadie

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Era un padre soltero y poco experimentado. ¿Qué más podía hacer para educar a su hijo que no fuera enseñarle mediante el miedo?

Como solía hacer, un día le dijo a su hijo que le iba a contar una historia, una historia que le iba a dejar una moraleja y, por tanto, podría evitar malas pasadas. El hijo ya intuía que sería una historia de terror, una de esas historias tan características que su padre le contaba. Eran tantas historias ya que el chico estaba algo acostumbrado e incluso insensibilizado. El padre comenzó su historia:

David, le dijo, era un chico que acostumbraba a jugar videojuegos casi todos los días. En algunas ocasiones, hablaba con unos chicos a los cuales había conocido mediante un juego el cual no vale la pena mencionar. No conocía, naturalmente, a estos chicos en persona. Los había conocido por la Playstation y asumía que eran chicos de su edad.

De esta forma conoció a un chico que se llamaba Starkzz por la Play, de quien se hizo amigo rápidamente puesto que tenían afinidades en común. Eran bastante compatibles y se la pasaban muy bien jugando y charlando juntos.

Hubo una ocasión en particular en la que Starkzz mencionó lo agradecido que se sentía porque David lo hubiese ayudado tanto con este juego, en el cual no era muy bueno. Starkzz mencionó el deseo que tenía de darle un regalo a David, pero no por el juego. Quería que se viesen en persona, además así tendrían la oportunidad de conocerse más, ¿no?

-Oye, gracias, en serio.

-¿Por qué?

-Por haberme ayudado tanto con este juego. Ahora por lo menos me sé los controles, jaja.

-No hay de qué.

-Por cierto...

-¿Si?

-Me gustaría darte un regalo.

-Pero, ¿por qué?

-Pues por todo lo que me has ayudado, ¿por qué más sería?

-No exageres.

-No exagero. Te quiero dar un regalo. Tranquilo, no es una bomba, jaja.

-Espero que no. Ya muchos problemas tengo con mi familia, jeje.

-Ejem. Quiero verte en persona.

-¿En serio? ¿Me darás el regalo en persona?

-Me hace ilusión.

-¡No jodas! ¿Cuándo crees que será?

-Si me das tu dirección te puedo visitar de sorpresa :).

David se quedó pensativo. Sus padres le tenían encarecidamente prohibido dar información a extraños. Dudó un poco. O bastante. 

Pero tomó una decisión.

Le dio la dirección a Starkzz, y estuvo todo el día pensando en eso. Se sentía arrepentido, dubitativo. Como un chico malo. Había, de una forma u otra, traicionado a sus padres. Y quizás, sin saberlo, también poniéndolos en peligro.

Reflexionó y llegó a la conclusión de que lo mejor sería contarle a sus padres lo que había hecho. Estuvo en su cama hasta las diez esperando que sus padres le dieran las buenas noches. 

La casa estaba más tranquila de lo usual. Escuchaba a un par de pájaros cantar y a su hermano llorando en la habitación de al lado. Llegado un momento, pudo escuchar como sus progenitores subían las escaleras, hasta llegar a la habitación. Vio la cabeza de su padre asomarse por la abertura entre la puerta y la pared.

-¡Hola papi!- dijo David susurrando- ¿Por qué tardaron tanto?

-Perdón amor. Estábamos trabajando en nuestra habitación. 

-Ah, vale. Oye, te tengo que decir algo...

Confesó lo ocurrido a su papá.

-Ah, hijo, ¿qué te dije sobre hablar con extraños?

-Perdona, papi... por cierto, ¿te encuentras bien?

-Ah, sí, no tengo nada.

David dudó. La boca de su padre parecía no moverse cuando éste hablaba y su voz estaba distinta. Más aguda. Pero pensó que todo era producto del sueño.

-P-papá, ¿no estaba mamá contigo?

La madre del chico se empezó a asomar justo debajo de la cabeza del padre. Ambos de los progenitores empezaron a decir al unísono:

-Hijo, no está bien darle la dirección a los extraños, y lo sabes. ¿Sabes qué nos hizo Starkzz?

-N-no... ¿qué les h-hizo?

-Nos mató a los dos.

Después de ésto, las cabezas se balancearon lentamente hasta caer al suelo, llenas de sangre debajo de la nuca y el mentón. Los padres de David estaban muertos... y sus cabezas fuera de los cuerpos. Habían sido decapitados.

Entró a paso lento un hombre en la habitación de David, mientras sacaba un cuchillo con sangre, tendones y demás cosas desagradables. 

Quiso divertirse con David. Cuidando no dar en puntos vitales, estuvo torturándolo por más de una hora. Llegado un punto, el chico ni siquiera gritaba.

Después de que murió David, fue a la habitación de al lado decidido a matar al bebé. 

Pero cuando llegó a la habitación y vio al pequeño ser, algo le impidió matarlo. Un instinto, quizás. O el hecho de que el bebé hubiese parado de llorar cuando él llegó.

Cogió al niño y lo llevó en sus brazos como un auténtico padre, aunque nunca hubiese agarrado a un bebé en su vida. Le agarró un cariño tal, que lo crió como si fuera suyo, y lo llamó Pedro.

No solía suceder, pero el hijo se quedó petrificado cuando su padre terminó la historia. Finalmente, el papá le dijo:

-Ahora que lo sabes, no darás datos personales a desconocidos. ¿Verdad, Pedro?












¡BUUU! Jaja, perdón. Antes de terminar, BREVE AVISO:

La historia la cambié un poco, más no la inventé. De hecho es una leyenda urbana algo conocida. Aquí el vídeo de donde la saqué:

https://www.youtube.com/watch?v=ZNPHuilOxNQ

Sr. Tri line :3



Que tengan dulces sueños. Muak.

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⏰ Last updated: Feb 15, 2023 ⏰

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No hables con extraños por Internet, hijoWhere stories live. Discover now