Lobo || ChenMin

Lobo

MinSeok.

Llegué a la universidad un poco más temprano que de costumbre, me senté en los asientos más altos, el profesor comenzó su clase siendo tan exacto en cuanto a la hora como siempre, nunca se retrasaba como los otros. En mi fila, yo me encontraba solo, sólo eran pocos estudiantes dispersos por el enorme salón, algunos con sus amigos y yo estaba solo. No tengo amigos y tampoco me preocupa, estoy tan acostumbrado a estar en el trabajo y estudiando que así me siento bien. El tiempo avanzó hasta estar en mi tercera clase. Mi concentración se rompió cuando vi a un hombre sentado a cinco asientos abajo del mío, él está vestido con una playera verde y unos pantalones negros y parece como si hubiera corrido toda una carrera para estar aquí. Vuelvo la mirada al libro y luego al pizarrón, pero de nuevo me encuentro mirando la espalda del sujeto. Está tan solo como yo. Suspiro y comienzo a dibujarlo en mi libreta.

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Toda la semana he estado mirando su espalda y tratando de inventar alguna excusa para acercarme a él. Simplemente, él se va cuando las clases terminan. De nuevo llegó con prisa sentándose en donde puede, no trae consigo algún libro para estudiar, por lo que me siento a un lado de él, de una manera sigilosa y le extiendo mi libro para que podamos estudiar juntos. Le sonrío. Me mira serio, yo me siento rechazado, pero él toma apuntes de mi libro por lo que me hace sonreír. Cuando la clase termina, él camina deprisa dejando sus anotaciones en la mesa del profesor como todo el mundo lo hace. Corro para alcanzarlo.

—Alto —quiero detenerlo.

Él lo hace para mirarme, casi se me va el aliento al verlo, es un hombre muy atractivo y al menos me rebasará por dos centímetros.

—¿Sucede algo? —yo niego y él retoma el camino.

—Podemos estudiar juntos, puedo compartir mi libro contigo —él me mira.

Yo me siento un poco estúpido al pedirle eso, me sonrojo cuando se acerca a mí.

—Sería genial.

Él no parece un hombre rico, pero tampoco pobre. Gracias a mi trabajo de medio tiempo puedo darme algunos lujos y pagar lo que requiero de la universidad.

—Nos vemos mañana —dice y se va.

Siento mi corazón agitado. Terminan las clases y yo me dirijo a mi trabajo, es una hermosa floristería. Cuando no hay clientes aprovecho para estudiar, no es por presumir, pero mis calificaciones son buenas, es lo que mis padres hubiesen querido para mí, tengo que honrar su memoria de alguna manera. Mi hermana decidió casarse, mi cuñado es un buen hombre al principio no estuve de acuerdo, pero ella tomó una decisión y yo no puede intervenir, a pesar de que intenté convencerla para que continuara con sus estudios. Llego a mi trabajo y me pongo el delantal de la pequeña empresa.

Estuve atendiendo a varios clientes con una sonrisa, esta pequeña empresa de floristería está creciendo y no dudo que en algunos años se convierta en una gran empresa. Termino mi trabajo para irme a casa, tomo el autobús que me deja enfrente del departamento en donde vivo. Es pequeño, pero acogedor, preparo la cena y al mismo tiempo leo algunos fragmentos del libro de literatura, al finalizar la cena me voy a la cama a estudiar otro poco, vivo solo, no ve agobia vivir así, de esta manera puedo ser yo mismo.

Mis ojos se sienten tan pesados que apenas y puedo continuar despierto.

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Desperté y me apresuré a alistarme para ir a la facultad, me miro en el espejo y siento que me he arreglado mejor que otras veces, es extraño, es como si quisiera impresionar a alguien. Me dirijo a mi pequeña cocina para prepararme algo para desayunar, me gusta desayunar ligero y saludable. Finalmente, salgo de mi departamento.