La madrugada estaba llegando, él no podía dormir, sudaba frío y eso, no era del todo bueno, estaba la luna llena en su máximo esplendor, no quería que su fuerza de voluntad se doblegará, había sufrido demasiado después de eso. Solo tenía que mantener la mente ocupada para que ese monstruo que le aterraba no lo controlará de nuevo. No otra vez gritaba en su interior, le estaba quemando por dentro, la última vez que le había sucedido había despertado junto al cadáver de su esposa, su hija se hubiese asustado de él y de todo el escenario, estaba agradecido de que hubiese salido de viaje en ese momento, tuvo que huir a las montañas, ahí la próxima vez no podría dañar a nadie. Necesitaba saber si su hija en algún momento lo perdonaría, aunque dudaba que supiera siquiera lo que era en realidad, más que un enfermo asesino, pero era mejor estar alejado de ella para no hacerle daño también, era mejor que creyera que era un asesino y cobarde a que supiera su dura realidad.
Solo un poco más, unas cuantas horas más, y todo habrá pasado, sus fuerzas se estaban agotando, el monstruo se estaba apoderando de él una vez más. — ¡Basta! — Se oyó un rugido, ya era demasiado tarde, no pudo controlarlo más, lo estaba matando y dejó de luchar. Un lobo grande y siniestro está ahí, aullando a la luna, a lo más bello para los lobos, a su DIOSA, su MADRE.
Mientras que él siendo humano la odiaba, él siendo un lobo era a lo que más adoraba, el lobo salió corriendo en busca de carne y sangre, estaba hambriento, no podía controlarlo, eso era, a su mente llegó la imagen de una muchachita, no sabía quién era, siendo un lobo, ni siquiera él mismo se recordaba, siguió corriendo aún más rápido, sentía la necesidad de encontrarla.
Se despertó de golpe. Solo fue un sueño. Se dijo, se encontraba acostado en la misma cabaña que había construido en el bosque. Lo logré. Sonrió ante eso, había ganado la batalla, solo necesitaba hacerlo un par de veces más, salió de entre las sábanas y salió al bosque a respirar un poco de aire, algo andaba mal, pudo vislumbrar sangre en la yerba y pasto seco que estaba a su alrededor. No, no es cierto, quizás fue solo un animal, nada más que un pobre e indefenso animal. Dijo para tranquilizarse, en el bosque hay muchos animales después de todo.
Siguió su camino, necesitaba agua, eso sí que era necesario, había recordado ver un río justo cerca de donde él estaba, camino despacio, hasta llegar ahí, el agua clara en la cual podía ver su reflejo, tenía sangre en la boca, se limpió de inmediato y prosiguió a tomar agua, no había sido un sueño, y tenía momentos borrosos, él yendo en busca de su hija, el agarrando a un hombre que lo había golpeado justo cuando había encontrado a su hija, pero estaba oscuro, solo recordaba la silueta del hombre, no había más que eso, era la sangre de aquel hombre la que manchaba el pasto y yerba, y era la sangre de aquel hombre la que se encontraba en su rostro.
Respiró profundo y las imágenes se hicieron claras, y aquel hombre tenía un rostro, el vivo rostro de su padre con algunos años más que la última vez que lo había visto, esa si será la última vez que lo vería.
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¿En Dónde Comenzó Todo? (Antología completa)
Mistério / SuspenseLa vida real no es un cuento de hadas, los cuentos de hadas en realidad no siempre tienen finales felices, ¿Quieres saber que más no tiene un final feliz? Acompáñame a leer a cada personaje en esta antología, que por más que quisieran tener un fina...