Resulta que no tenia otra opción mas, porque mientras yo estaba decidiendo, Jai abrió la puerta y esperó fuera para que yo saliera. Al salir, cerré la puerta detrás de mi antes de empezar a caminar junto a él. Abrí la boca para decir algo cuando Jai se adelantó.
-Sígueme- asintió con la cabeza en dirección hacia el almacén.
Asentí con la cabeza sin decir una palabra, siguiendo el mismo camino detrás de él cuando empezó a caminar hacia aquel lugar. Al abrir la puerta, Jai entró al interior antes de cerrarla suavemente detrás de nosotros.
Cuando el se movió en frente de mi para cerrar la puerta, me fijé en que la tensión de su mandíbula había desaparecido, calmándose después de que hubiéramos entrando allí.
Fruncí mis cejas juntas. ¿Cómo puede alguien pasar de estar enojado a estar relajado en tan solo una hora?
-¿Vienes o no?- Me sacó de mis pensamientos, volteando a ver a Jai que estaba en el otro extremo del edificio.
Mirando alrededor del lugar, poco a poco empecé a caminar, sin decir una palabra. Las paredes estaban agrietadas, había unos pocos chelines que estaban sobre el suelo del almacén, el techo goteaba, y eso me hizo que me preguntara que demonios había pasado aquí antes de hoy.
-¿Qué ha pasado aquí?
Jai no se volvió. En su lugar, siguió caminando.
Por un segundo, pensé que me estaba haciendo caso omiso y yo estaba a punto de preguntarle otra vez, cuando se detuvo a las afueras del almacén (una vez que el caminó a través de las puertas traseras). Hundió las manos en los bolsillos de sus jeans mientras miraba al cielo.
Cambié mis ojos de posición, dejé de mirarle y empecé a mirar lo que él estaba observando, al instante, mis ojos se abrieron y jadeé.
Estábamos en la cima de una colina, el cielo estaba pintado en colores rosa, naranja, amarillo y morado. Las nubes se balanceaban suavemente alrededor, el sol se cernía en la parte superior de nosotros. Podrías ver la ciudad desde aquí arriba. Parecía absolutamente increíble.
-Es bonito, ¿eh?- Cuestionó en voz baja.
Me atreví a mirar a otro lado que no fuera la hermosa vista que tenía delante de mi. -Si- le contesté sin aliento. -Es impresionante.- Exhalé, regresando de la milagrosa belleza que tenía la naturaleza. -Nunca he visto nada como esto.-
El asintió con la cabeza, entendiéndome por completo.
-¿Cómo encontraste este lugar? Si no te importa que te pregunte….- Finalmente regresé mis ojos del cielo a él.
El se puso sereno, en el sitio perfecto. -Después de que este lugar se quemara—
Bueno, eso responde a mi pregunta.
-Supongo que, vine para echar un vistazo y cuando llegué aquí, vi esto— El asintió con la cabeza hacia las vistas. -Y al instante me enamore.- Ahora el volteó su mirada para mirarme a mi, la expresión de su cara era solemne.