El pelinegro Min YoonGi, todos y cada uno de sus días de jornada acababa harto de su jefe, su trabajo, su ciudad y su existencia.
Era de esas personas que el estrés le afectaba a tales niveles de tirarle un lapicero a su compañero por no cerrar las cortinas, para que el molesto sol no le cegara.
Si, un chico de lo más pacífico.Solo un lunes, de esos que parecía que hasta al sol le daba flojera levantarse, se levantó a por su quinto café, y descubrió lo que era un precioso sol en condiciones. Esos que no estás deseando tapar con la cortina.
Gracias a la pequeña reacción de levantar la vista de sus zapatos, pudo observar a aquel castaño chico, quién era el único capaz de llevar tal brillante sonrisa, un lunes a las 8a.m.
Solo uno pequeños segundos. Ni siquiera uno completo, bastaron para conectar las dos miradas.
La mirada profunda, oscura, gatuna en algunos casos del pelinegro, con la del castaño; dos ojitos destellantes y llenos de luz, alegres por si solas.
Realmente, parecía que no existía nada más al rededor. Oh sí, que cliché todo.
Rápidamente todo volvió a la velocidad natural, y el castaño siguió su camino tranquilo, mientras YoonGi, se quedó en su lugar, analizando que es lo que acababa de sentir.
Por un lado le ardían sus pequeños ojitos, pensando en como un ser humano podía llegar a soltar tales destellos que serían capaces de quemarle la retina a cualquiera; por el otro, se le quedó la imagen de esos grandes ojos grabado a fuego en la cabeza, como si los hubiera visto todos los días de su vida, pero sin haberlo hecho.
Pero en esos instantes, le importó más su café solo de la máquina, así que dejó atrás sus paranoicos pensamientos, y volvió a su infierno mejor conocido como despacho de secretario.
Semanas, y semanas, y aún más semanas llegando a meses, el pelinegro volvía a sufrir pequeños paros cardiacos, a causa de encontrarse al castaño cada día a la hora del café. Tenía esa sensación de que cada vez lo miraba con más malicia, o Satanás sabe cómo.
Y bueno, todo el mundo sabía que los viernes la cosa se calentaba más en esa seca, oscura, y sobre todo aburrida empresa.
La gente iba más arreglada, creyendo que una Lara Croft iba a aparecer en su vida montando en su nuevo descapotable para sacarlos de ahí. Ja, ingenuos.
A otros, les daba la casualidad de entrar en el ascensor en plena lluvia de tormentas, con cierto sujeto especial acompañándolos y casualmente también de un trueno se fuera la luz, y dicho aparato se quedará parado.
Vaya suerte la de YoonGi, no?
Aún sin luz en ese metro cuadrado donde se encontraban encerrados, y fuera una situación de pánico, el castaño se mantenía calmado, haciendo las cosas con prudencia mientras YoonGi no podía dejar de pensar en cómo es que el castaño brillaba más que la luz de emergencia.
-Bueno Min YoonGi, aquí dentro no hay cobertura así que solo esperemos hasta que funcione- soltó una risilla.
"Como putas se sabe mi nombre?" Es lo único en lo que pensaba.
-Por cierto, Jung Hoseok, encantado - le sonrió acercándose demasiado para el gusto del pelinegro.- creo que nos hemos visto alguna vez- esta vez se podía apreciar costosamente como sonreía con burla, apollado sus dos grandes manos a los lados del más bajito; dejándolo acorralado en una de las paredes.
-S-si, p-por los p-pasillos -el bajito tragó saliva, como si una piedra pasará por su garganta.
-Me encanta como te quedas mirándome, Min -y de nuevo acabo mirándolo directo a los ojos.
Y en ese entonces fue cuando el pelinegro pudo presenciar un eclipse tan de cerca. Justo en el momento en el que el castaño estampó sus labios con los del bajito.
Alguna vez verán algo más hermoso?
Claro que no.
ESTÁS LEYENDO
Perfect eclipse¡!------YoonSeok/Sope
FanfictionYoonGi y Hoseok cruzan miradas cada día por los pasillos, sin darse cuenta del precioso eclipse que forman...