El Diablo En Mi •Michael Langdon X (Tn)•

Sin Salida

Narra (Tn)

 

Me hundo en una profunda oscuridad, el vacío crece y crece, no hay nada a mi alrededor, no percibo nada en este lugar. Es extraño que esta sensación sea familiar para mí, recuerdo esté vacío de cuando... Era una niña.

Abrí mis ojos, mi cuerpo está entumido, lo único que alcanzó a ver es el techo desgastado. Me siento en el suelo, pero cuando intento levantarme golpeó mi cabeza con algo.
 

- ¿Qué mierda?- Veo que estoy encerrada en una jaula. - ¿Dónde estoy?-
 

Intenté abrirla, pero es inútil. Mi vista se agudiza, puedo ver todo con mayor claridad, por un momento no sé dónde estoy, después un recuerdo llega a mi. Estoy en una de las antiguas casas en donde vivía mucho antes de mudarme a Los Ángeles.

Un chillido se escucha al fondo del sótano.

 
- ¿Lila?- Me contesta con un ladrido.
- Mi pequeña.-

 
Esta atada a una viga, demasiado lejos para poder tocarla, se ve desesperada por soltarse y venir a mi.

El ruido de la puerta hace que guarde silencio, unos pasos se aproximan y cuando veo de quién se trata mi corazón se detiene.

 
- Wendy...- No puedo creer lo que ven mis ojos.

- ¡Cállate! Niña malcriada.- Golpeó la jaula.

- Pero tú... Deberías estar muerta.-

- Eso es lo que tú quisieras.- Exhala el humo de su cigarrillo en mi cara. - Por tu absurda travesura te quedarás sin comer 2 semanas.-

 
Se va hecha un manojo de nervios y azota la puerta en el proceso.

Estoy demasiado confundida, lo último que recuerdo es el bosque y a los hechiceros.

 
- Vaya, vaya... Tenemos carne fresca hoy.- Una voz varonil se escucha desde una esquina oscura del lugar.

- ¿Quién es?- Pregunté.

 
Un hombre de tez negra, alto, vestido de una forma muy peculiar, con pintura blanca en su rostro y ojos rojos queda a la vista cuando da unos pasos al frente.

 
- Soy Papa Legba y tú pequeña niña, debiste haber hecho algo muy malo para estar aquí.- Me apuntó con su bastón. - ¿Por qué los hechiceros te mandaron al infierno?-

- ¿Infierno? ¿Estoy en el infierno?-

- Así es.- Camino lentamente hacia mi. - Tú y tu amigo acaban de llegar y por lo que veo ninguno de los dos esta muerto del todo.-

- Tim, ¿Dónde está él?-

- En su propio infierno.- Ladea la cabeza mientras me ve fijamente. - Es curioso... Tu alma no está del todo manchada.-

- ¿A qué te refieres?-

- Solo has hecho algo muy malo, pero tiene justificación el pecado que has cometido. No tendrías que estar aquí, aún no al menos.- Sus palabras son confusas.

- Por favor, ayudame.- Pedí ayuda, es lo único que puedo hacer en esta situación.

- No, estás por tu cuenta. Sal de aquí como puedas y si no... Te quedarás aquí por toda la eternidad.- Dicho eso último desapareció.

- ¡No! ¡Espera!- Demasiado tarde.
- Mierda.-

 

"Tu alma no está del todo manchada" ¿A qué demonios se refiere?