Voy a protegerte.

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Me desperté por varios ruidos en la madrugada. Estiré los brazos antes de levantarme de la cama y dí un pequeño bostezo. Ande como un zombie hasta la puerta. Escuché varios gritos provenientes del salón. Me acerqué hasta la puerta del salón y vi a mi madre tapándose la cara mientras mi padre sostenía un cinturón en su mano. Apreté mis puños y corrí hacia mi padre propinándole una patada en la espalda y él se cayó al suelo. Toque los brazos de mi madre sentía pena por ella, aunque sea una alcohólica no merecía ningún tipo de maltrato. Mi padre se levantó del suelo y me agarró por los pelos. Me arrastró hacia la otra esquina de la habitación y me golpeó en el labio y en los brazos. Intenté resistirme pero el tenía más fuerza que yo. Así que opté por esperar a que dejara de golpearme y así fue. Él se alejó lentamente de mi con la cara descompuesta mientras miraba sus manos y luego me miraba a mi de nuevo con cara de pena. Mi madre seguía sentada en el suelo, tenía muchas heridas. Mi padre agarró su chaqueta y varias cosas más y se largó de la casa. Me levanté del suelo, con un poco de dificultad. Me acerqué lentamente a mi madre y le separé el pelo de su cara.

-Todo estará bien...-Le sonreí mientras acariciaba su mejilla-.

-Ella me sonrió con tristeza y acarició mi mano-. No tendrías que haberte metido Damne, aunque si no fuera por ti, a saber que hubiera sido de mi...

-Con mucho esfuerzo levante a mi madre del suelo-. Vamos, voy a curarte.

Mi madre y yo nos dirigimos hacia el baño y la senté en una silla. Agarré un algodón y un poco de desinfectante y se lo pasé por sus heridas. Ella apretó su mano, se le notaba que le dolía mucho.

-Lo haré con cuidado.-Dije mientras le pasaba suavemente el algodón-.

-Gracias...-Dijo ella susurrando y comenzó a llorar-.

-Oye, no llores...-Me agaché para estar a su altura y miré su cara golpeada-.

-Lo siento por haberme portado mal contigo aveces y por beber tanto...-Ella sollozó-.

-Sonreí y acaricié su mano-. Entiendo, que las personas necesitamos de algo por lo cual nos haga pensar en otras cosas, aunque realmente ese suceso no sea muy duradero.

-Ella sonrió-. Aveces necesito beber para olvidarme del maltrato que recibo de tu padre...-Agachó la cabeza-.

-La miré con tristeza-. ¿Por qué?, ¿por qué te golpea?...

-Ella limpió sus lágrimas y suspiró-. Pues verás, hace dos años aborté. Caí por unas escaleras que estaban mojadas y perdí a mi bebé. Por culpa de ese suceso, tu padre me echa la culpa de su muerte y ahí comenzó su violencia.

-Apreté el algodón que había en mi mano con fuerza-. Pero, tú no tienes la culpa de eso, fue un accidente.

-Ella levantó sus hombres-. Él jamás entendió eso.

-Tenía un nudo en la garganta, entendía perfectamente como se siente-. ¿Sabes?.

-Ella me miró curiosa-. ¿Sí?.

-Algún día seré lo suficientemente fuerte, que él jamás te volverá a golpear.-Sonreí-. Pero a cambio necesito que hagas algo por mi.

-Ella agarró mi mano con firmeza-. Haré lo que sea por ti.-Sonrió-.

-Necesito que dejes de beber y esperes hasta el día que sea lo suficiente fuerte para poderte proteger.-Acaricié su mejilla, sentía mucha piedad por ella, era como una pequeña mariposa a la que le habían cortados sus alas-.

-Esta bien, lo haré.-Ella sonrió-.

Le di un pequeño beso en la frente. Terminé de curarle sus heridas. Me despedí de ella y salí de casa. Miré por las calles de mi ciudad, necesito encontrar ese sitio... Después de más de dos horas buscando al fin lo encontré. Miré desde afuera el gran cartel del establecimiento ¨Clases de defensa personal¨. Entré al establecimiento y me apunté a sus clases. Necesito volverme más fuerte. También me apunté a boxeo. Salí del establecimiento con las manos en mis bolsillos. Se que esto es una buena idea, necesito ser más fuerte para poder defenderme.

-6 meses más tarde-.

En estos 6 meses hice un trabajo muy duro ejercitándome en boxeo y defensa. Me siento más valiente ahora que se muchas cosas. Incluso los de mi clase admiten que soy la más fuerte de toda la academia. Salí de las clases y estiré mis brazos hacia arriba. Dios estoy realmente cansada. Ande hasta casa, siempre debía de recorrerme  cinco kilómetros para llegar hasta casa. Al llegar a casa abrí la puerta, escuché la tele encendida y la batidora funcionando. Solté mis llaves y mi mochila en mi cuarto y me dirigí hacia la cocina.

-¡Mamá ya he llegado!.-Grité y me asomé a la cocina, pero ella no estaba ahí-.

Vi la batidora encendida, me acerqué hasta ella y la desenchufe. Es raro que la haya dejado funcionando y se haya ido a hacer otra cosa. Sin darle más preocupación al asunto, volví a dirigirme hacia el salón. Vi a mi madre sentada en el sofá con la tele encendida.

-Eh, mamá. ¿Qué estas viendo?.-Me tiré al sofá y me senté al lado de ella-.

-Pues solo daba una pasada...-Ella susurró-.

-¿Estás bien?.-Intenté quitar el pelo que le tapaba la cara pero ella me lo impidió-.

Arqueé las cejas y agarré la mano de mi madre para poder mirar su cara. Le agarré de la barbilla y le giré la cabeza para que me mirara. Me llevé las manos a la boca cuando vi el ojo derecho de mi madre sangrando, el labio y la ceja. Esta vez mi padre se había pasado. Me levanté de un saltó del sofá y comencé a andar por todo el salón dando pisadas fuertes.

-Hija, no te pongas así.-Dijo mi madre levantándose del sofá y acercándose a mi-.

-¿¡Qué no me ponga así!?.-Grité furiosa-. ¿Has visto como te ha dejado la cara ese mal nacido?.

-Ella me abrazó-. Relájate por favor...

-Abracé a mi madre con fuerza y besé su cabeza-. Ya, ya estoy relajada.

En ese momento la puerta de la entrada sonó, por lo cual era mi padre entrando. Solté a mi madre de un empujón al sofá y corrí hacia el recibidor. Mi padre cerró la puerta y al darse la vuelta me vio delante de él con los brazos cruzados.

-¿Qué quieres tú?.-Me dijo con cara de asco-.

-¿¡Quién te crees para golpearla así!?.-Apreté mis puños y mis dientes, intentando de no lanzarme a su cuello-.

-Se lo merece por mala mujer.-Dijo él y sonrió-.

Ahí, ya no pude soportarlo, me lancé sobre él y le di un golpe en la mejilla con mi puño. Me puse en modo de defensa.

-¿Quieres pelear conmigo?.-Mi padre sonrió y se puso en defensa también-.

-Ahora tendrás que pelear conmigo.-Sonreí y comencé a moverme hacia los lados-.

Mi padre lanzó su primer golpe y me dio en la ceja. El rió y al ver que seguí sonriendo, su cara se volvió seria. Le lancé un gancho, luego le golpeé con mis puños en varios lados de la cara. Él se balanceó. Mi madre gritó que parara, pero no la escuché. Incrusté mi puño en su boca con otro gancho y luego mi padre cayó al suelo. Estiré los brazos hacia delante y moví mi cuello hacia los lados para que crujiera. 

-¿Qué?, ¿ya te rendiste viejo?.-Reí-.

-Me la vas a pagar...-Susurró él y se levantó del suelo-.

Se acercó hasta mi corriendo, pero esta vez sacó una navaja. Ahora estaba algo asustada, nunca había aprendido como defenderme con un arma blanca. Él clavó su cuchillo en mi pierna. Caí al suelo de rodillas mientras gritaba de dolor, después de eso me dio una patada en la barbilla y caí al suelo.

-¿Ahora que zorrita?, ¿ya no eres tan valiente?.-Me agarró de los pelos de nuevo-.

-Estiré sus brazos hacia abajo y le di una patada en la cara-. Aún no acabamos.

Después de seguir con aquella pelea, él acabó desplomado en el suelo por el gran cansancio. Mi madre llamó a la policía y se lo llevaron arrestado. El juez le dio 13 años de cárcel, por maltrato de género y violencia doméstica. Ahora nos tocaba vivir una nueva vida.

|Jodida venganza.|Where stories live. Discover now