Capítulo 25 parte 1

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Crowded House - Don't Dream It's Over ♪

"Eso que la mayoría de la gente llama amor es más bien como un contrato que dice -Me comprometo a amarte siempre y cuando seas como a mí me gusta y siempre y cuando hagas lo que yo diga (...) En realidad, el amor es libre, no exige, no es posesivo, no es condicionado"  - Anónimo.

Era noche pero la cuidad nunca dormía.  Las luces plateadas que se asomaban por entre los edificios provocaban un efecto lunar y exótico adentro del departamento, que tanto había llegado a gustarle. En algún instante de su laguna mental había optado por apagar la televisión,  quedarse con el silencio y permanecer sentado en un sofá que no era suyo; adentró de un departamento que tampoco lo era pero que con el transcurso de los días se sentía tan familiar.

Aprovecho la oportunidad para observar su alrededor: hizo a un lado el desorden y detuvo sus pasos unos segundos para recoger del piso,  el casco de fútbol americano antes de dejarlo sobre una silla. Mentiría si dijera que nunca se lo había imaginado con él. La verdad era que le hubiese encantando verlo jugar,  y no solo eso, si no observarlo rodeado de jóvenes de su edad, si se relacionaba con todos o si prefería la soledad.

Tal vez estaba exigiendo demasiado. Tal vez era demasiado pronto para que su amante le abriera las puertas a su vida personal: aunque con pasos seguros en un futuro eso podía pasar.

Conforme fue avanzando, tuvo el tiempo de ordenar algunos libros de pasta gruesa en su lugar y, también se encargó de los vasos sucios.  En segundos se quitó el saco para estar más cómodo y después colgarlo en el respaldo del sofá. Dejo su reloj de pulso (regalo de su esposa en navidad) antes de levantarse ambas mangas de la camisa a la altura de sus codos con tal de no mojarse cuando abrió la llave del agua.

No había terminado de lavar ni la mitad cuando sintió unas manos envolverle los ojos y un delgado cuerpo apegarse a su espalda: congelándose todo su organismo. Lo escucho respirar en su oído y luego vino un besito detrás. Harry fue descendiendo sus manos por su rostro hasta abrazarlo fuertemente por la cintura mientras que Louis anhelo  escuchar su voz con una sonrisa ajena y muy discreta.

–No lo hagas – Por tener la boca rosando su cuello; apenas le entendió.

–Quiero hacerlo – Contestó Louis. Sintiendo su cuerpo húmedo y frío impactar con el suyo caliente y enérgico.

–Que no – Dijo mirándolo con seriedad  luego de cerrar la llave del agua como su última palabra. 

Louis se volteó por completo y hasta que lo tuvo de frente;  se dio cuenta de que solo vestía  un diminuto bóxer. Desvió la mirada de la prenda color gris para concentrarse en la conversación (si es que tenían una).

–Vete a poner ropa  –Ordeno Louis sin perder su tono de autoridad –Hace frió. Ve a cambiarte: te espero vamos a pedir algo de cenar y...  – corrigió a tiempo.

–Así me voy a quedar – Tras escuchar esa confesión Louis respiro hondo.

–¿Qué? –duda de Louis.

–Sólo trato de decir que te ahorre el trabajo de quitármela – Y si esa fue una bandera de paz con Louis  estaba funcionando.

Confesión o no. El corazón de Louis comenzó a latir muy rápido y  empeoro cuando lo miro  pasearse por la cocina con una sonrisa fascinante en la boca misma que lo hizo cometer tantas locuras sin sentir remordimiento.

El teléfono de Louis sonó y al ver el remitente no pudo moverse  de la cocina: lo apago rápido antes de que Harry lo escuchara. Esperaba que Harry se metiera a la habitación para regresar la llamada que venía del número de Eleanor pero eso no ocurrió tan fácilmente.

El Ruido de tus Zapatos (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora