Capitulo único.

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Advertencias:

➤Boys Love
➤Violencia física.
➤Abuso sexual infantil.
➤Tragedia. 

...

Los monstruos no se ocultan en los armarios

...

La primera vez que te vi, fue cuando cumplí seis años. Llegaste junto al abuelo Madara.

Fue extraño

–Les presento al nuevo integrante de la familia, Naruto Uchiha.

El abuelo te había adoptado. No entendía porqué, siendo que él ya tenía hijos y hasta nietos. Nadie más que a mi pareció extrañarle aquello, ya que todos solo aplaudieron alegres y se acercaron a ti, curiosos por tus lindos ojos azules y esas extrañas marcas en tus mejillas. Tú solo sonreías queriéndote ganar a la familia.

En lo personal, te odie en ese momento.

No sólo por acaparar la atención el día de mi cumpleaños, sino porque, el abuelo Madara, era frío con todos y sin embargo, contigo no. Te miraba y sus ojos parecían derretirse en una sonrisa.

Que Idiota fui.

Nunca me percate de lo extraño que era eso.

De hecho, yo quería tomar tu lugar. Los niños en mi escuela constantemente hablaban de lo genial que eran sus abuelos, de como ellos cumplían los caprichos que sus padres les prohibían; en cambio el mío era muy diferente a como ellos los pintaban. Llegaba bien hasta Itachi y luego conmigo era distante.

Mi hermano solía decirme que era mejor así.

En fin.

El abuelo era raro, nada nuevo. Lo nuevo aquí era tú y tenía todo mi interés puesto en ti. Porque así como tú no me agradabas, yo tampoco lo hacía. Eso me decías con tus miradas frías, cuando volteabas la cara sin querer saludarme en las reuniones familiares.

Luego me enteré que eras así con todos mis primos. La sonrisa amigable del primer día se veía como un actuación embustera comparado a como te comportabas ahora. Dejaste de llamarme la atención. No tenía intenciones de acercarme y ser amigo de alguien tan doble cara; pero mi madre pensaba lo contrario.

–Él estudia en casa, no tiene amigos, por eso no sabe lidiar con los de su edad –Solía decirme ella, en su intento por juntarnos.

¿Acaso yo tenía la culpa de que el abuelo Madara fuera un anticuado con la educación?

No.

Así que no me me importabas tú, ni tu falta de amigos, ni el abuelo Madara. Pero sí mamá y más cuando me pedía dulcemente que me acercara a ti.

–¿Quieres jugar? –te pregunté, aburrido de no tener nada que hacer mientras mi madre ayudaba al abuelo con unos asuntos en tu casa.

Me miraste con la misma mala cara de siempre, pero esta vez pude notar que no era de desagrado, sino de duda. Observaste al alrededor, tardaste unos segundos inspeccionando bien, solo entonces caminaste cerca de mi.

–¿A qué? –susurraste bajito.

–A los ninjas –respondí. Por aquellos años tenía una obsesión con ellos, luego de que Itachi me obligara a ver una película de acción en donde aparecían.

Otra vez te quedaste pensando. Como analizando mis palabras, aunque no hubiera nada que analizar, si no querías era un no y punto.

–Papá Madara no creo que quiera –miraste al suelo, tu pie jugaba con el pasto.

Los monstruos no se ocultan en los armarios [SasuNaru / Oneshot] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora