Makis Prov:
Esa noche que nos besamos, simplemente dejé que sus labios me sedaran de una manera increíble, solo esperamos a tener total certeza de que el pequeño se durmiera, después salimos de la habitación, ella solo tomó mi mano, me guio a su habitación y me recostó a su lado; Natalia se aferró con fuerza a mi cintura, escondiendo su cabeza en mi cuello, preocupándose de cubrirme suavemente con una manta, dedicándonos única y exclusivamente a dormir, a reposar una al lado de la otra, en sentirnos cómodas con la otra.
-Makis, abrázame – sentí una suave voz, mientras que unas pequeñas manitas tomaron una de las mías, luego volví a dormirme sin siquiera siendo consciente de mis actos.
Para cuando el sol llegó directo a mis ojos, unas manos acariciaban con calma mi cabello, mientras que otro cuerpo me proporcionaba un calor tremendo; Natalia se encontraba a mi lado, acariciando mi cabello y mi mejilla, mientras me miraba con ternura, extrañamente parecía conmocionada, en ese momento me di cuenta de la situación, él pequeño Jahkob estaba plácidamente dormido entre mis brazos, sus manitas se aferraban con fuerza a una de las mías, mientras que un pequeño muñeco de felpa de la caricatura de pie pequeño.
-Buenos días preciosa, ¿Cómo dormiste?
-Buenos días Nati, dormí my bien ¿y tú? ¿Qué hora es? – era imposible obviar el potente sol que erguía orgulloso en los cielos de la ciudad.
-Son pasadas las 10, pero hoy es un día de descanso, así que no tienes que preocuparte – Natalia hablaba con suavidad, quizás por el miedo de llegar a despertar al pequeño, o quizás tenía miedo de romper el ambiente de paz que en este momento nos envolvía.
-Rayos, es tarde, me tengo que ir – digo empezando a ponerme de pie, siendo cuidadosa de no despertar al pequeño, acción que en efecto no termino por realizar, porque Natalia toma mi mano y detiene mi avance.
-Por favor, Makis, no te vayas, pasa el día con nosotros – su mano acaricia la mía con delicadeza, pasando su pulgar suavemente por el dorso de mi mano.
- ¿Estás segura de que quieres que pase contigo todo este tiempo? -pregunto, quizás con un poco de temor a que mi presencia sea disruptiva para ella y para su pequeño.
-Si, ella está segura – se escucha la voz adormilada de Jahkob.
-Duérmete enano – dijo Natalia, imitando el mismo apodo que cariñosamente le decía a su hijo.
-Si mami – increíblemente, el pequeño abrazó a su muñeco de felpa se durmió de inmediato.
-Definitivamente e tu hijo, duerme donde sea, como sea y cada vez que puede – una pequeña risa escapó de sus labios y me siguió mirando con ternura, mientras que suavemente acariciaba todo el contorno de mi pelo. Cuando vi sus ojos lo supe, supe que había más de una manera de decir amor, había más de una manera para dar amor y claramente, había más de una manera para hacer el amor; ella daba todo eso con una suave mirada, con sus tiernas caricias y con esos ojos rebosantes de sentimientos, Natalia completa me transmitía amor, y puede que yo me resistiera a recibirlo en un principio, pero ahora, ahora solo quería dejarme envolver en sus tiernos y suaves brazos.
-Por favor, quédate conmigo, quiero estar contigo.
Ella dejó de darme esas suaves caricias, solamente porque las remplazó con un apretado abrazo, uno que solo me hizo sentir una calidez inmensa; ella misma, con un poco de temor, arrastró sus labios hacia los míos, encajando tiernamente sus labios entre los míos, dejándome sentir ese terso rastro que deja la piel de sus labios. Algo que siempre he rescatado de Natalia, es la innegablemente buena besadora que era, porque ella era capaz de llevarte a las nubes con ese solo mover sus labios sobre los mío.
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Si Doctora - (Ventino) [Makia]
RomanceUna noche de sexo no debería significar más que eso, pero si el destino se empeña en juntarlas, quizás no deberían hacer oídos sordos.