Prólogo

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Nunca olvidaré ese día en que te conocí; cambie gracias a ti, y lo que allí viví sigue presente en mi mente, tus colmillos, tus ojos rojos y tú manera de molestarme que siempre he llegado a odiar, pero no puedo negar, que de tí estoy enamorada

Los ojos rojos de la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora