Capítulo 2

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Esna y el señor Yoon llegaron pocos días después de la muerte de Byul Ah, destrozados totalmente por lo que le sucedió a Byul Ah, ella era muy joven y tenía muchas cosas por vivir todavía.

Al entierro solo asistieron tres personas; Guk, Esna y el señor Yoon. El Dios había tenido otros asuntos que atender.

Esna y su padre lloraban la perdida de Byul, no podrían creer que la vida de una persona tal alegre como la de ella se hubiera apagado de una manera tan horrible, sola y con el corazón roto, ya que Byul Ah nunca supero la muerte de su amado, al que amo con todo su corazón hasta que su vida se apagó en aquel frio palacio.

Ahí, en la tumba de Byul Ah, Guk le prometió que cuidaría a Byul Yi como si fuera su propia hija, ya que el Dios se negó rotundamente a que se llevaran a la pequeña al pueblo natal de Byul Ah.

Al pasar los años, la pequeña Byul Yi creció bajo la sombra de sus hermanos Dioses. Ella no se dejaba intimidar fácilmente por ellos, Guk se encargó de que la niña creciera sana y feliz, tal como le prometió a su madre, la cuido como si fuera su hija.

El Dios permitía que Esna visitara a su sobrina varias veces al año, por desgracia, el señor Yoon ya no podía hacerlo por su edad avanzada, pero siempre enviaba dulces y juguetes hechos a mano para su pequeña nieta, hasta que murió cuando Byul Yi tenía 11 años de edad.

Esna se casó con un hombre de su ciudad natal con el cual tuvo 3 hijos, ellos nunca viajaron a conocer a Byul Yi, pero ella se moría de ganas por conocer a sus primos.
Byul Yi trataba de hablar lo menos posible con sus hermanos Dioses, no es que no le agradaran, pero se sentía menos al estar cerca de ellos.

Claro, a excepción de Sua, su hermana que nació un año antes que ella. De pequeñas eran muy unidas, hasta que la pequeña Sua sufrió un terrible accidente.

Un día, después de jugar por muchas horas en el enorme jardín del palacio. Las pequeñas entraron a tomar su merienda, la pequeña Sua siempre elegía jugo de naranja para beber y Byul Yi de manzana, pero ese día Sua le pidió a Byul Yi cambiar de bebidas. Al principio Byul se negó diciendo que ella prefería el de manzana, pero Sua le hizo un puchero logrando que su media hermana aceptara cambiar de bebidas.

Después de un rato, se encontraban jugando en la habitación de Byul Yi cuando Sua comenzó a sentir un dolor en la cabeza, al principio pensaban que era algo sin mayor importancia, pero al pasar los minutos el dolor se intensifico, ahora en sus ojos, logrando que la niña se tumbara al piso gritando de dolor.

Byul Yi miraba con horror a Sua, lo único que atino en ese momento fue gritar pidiendo ayuda, no paso mucho tiempo cuando dos mozas de limpieza entraron y vieron a la pequeña niña tirada en el suelo. De inmediato llamaron al doctor para que la atendiera.

El doctor y Bo Young no tardaron en llegar, Bo Young al ver que era su hija la que estaba mal sintió mucha molestia con Byul Yi, pues la mujer mando a envenenar la bebida de Byul Yi, nunca se imaginó que cambiarían de bebidas y que su hija seria la que sufriera las consecuencias.

Bo Young le grito cosas terribles a Byul Yi en medio de los gritos de dolor de Sua, la pequeña se fue corriendo a su escondite a llorar, siempre lloraba ahí cuando se sentía triste.

Guk al enterarse de lo sucedido fue a ver como estaba la sexta hija del Dios, por desgracia Sua perdió la vista. El hombre no era tonto, sabía que todo esto era un atentado en contra de Byul Yi por parte de la Diosa, pero una vez más se haría de la vista gorda porque era inútil pelear contra la Diosa.

Habían llevado a Sua a su habitación, ya estaba más tranquila, pero aun tenia dolor. La Diosa se miraba furiosa, ahora su hija menor estaría ciega de por vida o hasta encontrar una cura para el veneno que le dio, Guk solo le dio una mirada a la Diosa antes de salir en busca de Byul yi, lo más seguro es que en ese momento la pequeña estuviera muy asustada por lo ocurrido.
Guk sabía muy bien donde buscarla, él siempre la consolaba en sus momentos de tristeza.

Al abrir la puerta del almacén donde guardaban artículos de limpieza, Guk pudo divisar a la pequeña llorando en una esquina abrazando sus piernas.
“¿Dime por qué lloras? Cuéntame porque estas así”. Pregunto el hombre con calma cuando estuvo frente a su pequeña protegida.

“¡Gukkie!”. Grito la pequeña entre lágrimas al ver hombre frente a ella y se lanzó a sus brazos.

“Es que… Sua… y yo… ella comenzó”. La pequeña intentó explicar lo sucedido, pero no podía hablar claro entre su llanto, Guk solo la abrazo y le dio el consuelo que ella tanto necesitaba.

La cargo en sus brazos y la llevo hasta su habitación donde por fin se quedó dormida. Guk soltó un suspiro al ver a la pequeña al fin dormida, lo difícil se venía ahora, cuando el Dios se enterará de lo sucedido sería un caos.

Min Seok se puso furioso al enterarse de lo sucedido con su sexta hija, que en realidad era la undécima hija del Dios, no es posible que una aberración de esta magnitud sucediera en su propio palacio. El Dios tampoco era tonto, sabia de ante mano que este atentado era principalmente era para Byul Yi y que todo era un plan de su esposa.

Discutieron, y mucho, el Dios no podía creer cuanto odia tenia Bo Young a Byul Yi, pero considero suficiente castigo que ahora tuviera que cargar con una hija ciega como para tener otro castigo por parte de él.

Byul Yi se sentía culpable, si ella no hubiera cambiado bebidas con Sua, su media hermana ahora estuviera bien.

De ahí en adelante se distancio un poco de ella, aun que Sua la seguía tratando como antes, la culpa no la dejaba tranquila, aun así la visitaba de vez en cuando, la sexta hija prefería pasar mas tiempo en su habitación que en cualquier parte del palacio, en ocasiones le pedía a Byul Yi que la llevara al jardín, lo único que hacían era recordar viejos tiempos.

Los años pasaron Byul Yi se convirtió en una hermosa mujer, en sus facciones del rostro era muy parecida a su padre, era la que mas se parecía a él de los 7 hijos oficiales, pero su divina figura y su encantadora forma de ser era mas que obvio que lo había obtenido de su madre.

SER DIVINO - MOONSUNWhere stories live. Discover now