Miércoles

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Durante la tarde, la mamá de Jaehyuk preparó uno de los platos más deliciosos que él había probado, y sabía que a Asahi también le gustaba mucho, así que luego de acabar con el que le pertenecía, pidió a su madre que almacenara en recipiente tapado un poco de aquella exquisita comida, para de esta manera, salir disparado por la puerta principal directo a la residencia contigua a la suya. Tocó el timbre y esperó paciente a que abrieran.

-¡Jaehyuk! Oh vaya, tenía tantos días sin verte- saludó la madre del azabache al encontrarse con aquél inocente chico delante de ella, con su bandeja en las manos. Le dio tanta lástima, pero no le hizo saber nada de esto.

-¿Cómo está señora Hanada? Quería saber si Asahi estaba en casa- habló esbozando una sonrisa tímida e incómoda.

-No se encuentra Jaehyukie- respondió la mayor dedicándole una sonrisa de compresión. -¿Por qué? ¿Necesitas dejarle algo?- preguntó ahora al verle inquieto.

-¿Podría entregarle esto? Mi mamá ha cocinado de más y sé que a él le gusta este platillo. Usted también puede comer de el si desea- entregó el pequeño cuenco en las manos de su vecina, quién lo recibió prometiendo hacerle saber a su hijo de la visita y su presente.-Muchas gracias. Me iré ahora- y despidiéndose de ella con una reverencia, salió nuevamente a su hogar.

Antes de atravesar la puerta, alzó su vista al cielo y miró las estrellas que empezaban a aparecer en el precioso firmamento, para luego calzar sus sandalias afelpadas, y subir por las escaleras para encerrarse en su cuarto como cada noche. Quitó su camiseta por encima de su cabeza, lanzándola por el aire haciéndola caer en alguna parte del suelo y agitó su cabello mientras caminaba sin buscar nada en específico. Se estremeció al escuchar un portazo de repente y quedó completamente sorprendido al ver a Asahi siendo el que provocó el ruido.

-Siempre me ha parecido que te ves tan sexy así- dijo sin más, esbozando una sonrisa juguetona y acercándose socarronamente hasta tenerle de frente, colocándose tan proximo que aceleró la respiración de Jaehyuk, quién no se esperaba nada de esto por supuesto. El azabache acortó el espacio que los separaba, y besó solo una vez sus labios con firmeza, luego se separó.- Gracias por la comida, estaba muy rica- habló sentándose cómodamente en la cama del mayor, dejando en éste un torbellino de emociones que se habían detonado con su llegada.

-Pero hace poco no estabas en tu casa ¿Ya has comido lo que te he llevado?- preguntó completamente intrigado y confundido unos segundos después, sin moverse de su posición original y también escaneando con sus escurridizos ojos la presencia de Asahi.

-La he compartido con mi mamá, no te preocupes dónde estaba o a que hora llegué. Sólo debes saber que lo que nos llevaste estaba delicioso y te agradezco mucho tu cuidado hacia mí y a mi madre- expresó mirándole a los ojos, con una profunda honestidad y aprecio.- Ven aquí- hizo una seña con su mano para invitarle a acostar junto a él en su cama propia. Jaehyuk reposó su cabeza sobre el pecho del azabache, haciéndose pequeño ante él, rodeando con sus brazos el cuerpo de aquél pues no quería que se fuera de su lado, depositando diminutos besos por toda la extensión de su piel por encima de su suéter mientras le fuese posible.

Y fue así, cómo acostados en aquella cama, en una noche de miércoles, continuaron abrazándose con fuerte devoción, como si las barreras no existieran y el mundo fuese sólo para ellos.

Semana de Estrellas ~JaeHi~ Treasure13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora