Viernes

67 16 1
                                    

Otro día más en el instituto, gracias al cielo era el último de la semana, e iba todo bien hasta el momento para Jaehyuk. A pesar de que no quería llegar temprano esa mañana, se levantó esperando fuese una jornada mejor. Se mantuvo con eso en mente a cada segundo mientras estaba en ese lugar, y recién terminaba la hora del almuerzo, por lo tanto faltaba tan poco para irse a su casa nuevamente, que empezó a sentir un ápice de emoción. Sonrió cabizbajo y melancólico, y se preguntó porque se alegraba de cosas tan mínimas como el no haber fracasado un día más en el colegio. Levantó su mirar y vio pegado a la pared, un poster muy mal hecho intentando parecer decente del club de astronomía que ponía un telescopio sobre un fondo de estrellas e invitaba a las personas a unírseles. Se detuvo unos segundos para observarlo,  y si bien no llegó a pensar entrar en él, admitió internamente sentir curiosidad por saber de los temas que allí se trataban.

-Hey, tú!- escuchó a su lado, haciéndole cambiar su punto de concentración, hasta ver quién le saludaba, dando con la presencia de Asahi en frente de él con las ropas oscuras que usaba ahora. No lo podía creer y estaba errático de verle y tenerlo delante. Lo primero que pudo hacer fue lanzársele al cuello y envolverlo con sus brazos.

-¿Pero que haces aquí? ¿Te han dejado venir? ¿Viniste a buscar algunas cosas y ya te vas? ¿Te vas a ir?- fueron preguntas pronunciadas por el subconsciente loco y frenético del pobre Jaehyuk al despegarse del cuerpo del contrario para comprobar que era real y que le tenía en ese lugar otra vez.

-Tranquilo, sólo vine porqué me necesitaban, no sé aún cuando deba irme, pero se que estás feliz de verme- respondió con una suavidad embriagadora, para luego dejar un casto beso sobre la frente del mayor.-Caminemos juntos hasta tu salón- propuso el azabache, entrelazando los dedos del estudiante y guiándolo hasta por donde tantos años estudiaron juntos.

Los pies de ambos frenaron en seco al tener a pocos metros delante de ellos a los Lobos, cómo son llamados por sus compañeros de clase, un grupo pequeño de chicos y chicas, pero despiadados hasta la médula, sumamente crueles y sin misericordia ni compasión, todo el mundo les tenía pavor. Estos, al ver la presencia de Jaehyuk en la mitad del pasillo, no pudieron perder la oportunidad de acercársele y molestarlo. Las piernas del último se convirtieron en una gelatina, pero se quedó paralizado siendo observado por ellos.

-Pero miren a quién tenemos aquí, es Jaehyukie, de segundo año. ¿Hace cuanto fue la última vez que nos vimos?- habló el líder del grupo dirigiéndose al castaño, haciendo como que pensaba unos segundos hasta dar con la respuesta- Ah sí, ayer- contestó a su propia pregunta, sonriendo con la sonrisa más perturbadora que el joven había visto en su vida. Los demás jóvenes amigos del cabecilla, estaban expectantes con brazos cruzados, parecían animales que esperaban devorar carne fresca y no iban a dar vuelta atrás.

-Anda, ahora cuéntanos ¿Cómo está tu noviecillo?- preguntó otro chico dando un paso adelante para lucir más amenazante aún. -¿Cómo es que se llamaba? Realmente no me gustaba él- espetó con rabia, haciendo tensar todos los músculos de Asahi. -Pero bueno, ya él no es importante ahora, quién podría recordarlo cuando está muerto- y en los oídos de Jaehyuk se instaló un pitido fuerte, sus expresiones y todo de él se llenó del odio que había estado conteniendo, apretó sus puños y golpeó con tenacidad la primera mejilla que encontró. El chico que estaba hablando, tocó su piel para encontrarse con diminutas gotas de sangre en sus manos; habían despertado al demonio y nadie sabía lo que se esperaba. Jaehyuk no sintió más miedo, sino pura ira, y toda la rabia que tenía acumulada, haciéndole capaz de moverse a abalanzársele al que le molestaba. Ya no era él, algo había sido lo que lo había empujado a propinar un golpe tras otro con vigor y sin descansar. Pero el castaño no sabía que era alguien quién le estaba otorgando toda el coraje y el valor para enfrentarse a este grupo malvado. Su cuerpo adolescente también recibió una cantidad considerable de golpes, magullándole la ceja y dejando rotos por completo sus labios, y sin contar todos los moratones a lo largo de su abdomen, brazos, piernas y espalda. Pero eso no le importó en lo absoluto y ni siquiera sintió dolor de sí mismo, sino más bien por aquellos que tenían un corazón duro, y por Asahi, quién había visto y escuchado todo desde su lugar. El timbre de salida sonó y los lobos corrieron disparados para no ser capturados por los profesores, dejando a un Jaehyuk malogrado en mitad del pasillo, siendo acompañado por Asahi, quién le abrazaba ahora con fuerza y le decía al oído que todo estaría bien. Aunque el castaño era el único que podía verle, y para la percepción de todos los estudiantes que salían, era un lastimoso chico solo en medio del suelo.

Y fue así, cómo sentados en aquél áspero piso, en una mañana de viernes, continuaron abrazándose con dolor, como si las distancias no existieran y la eternidad les perteneciera.

Semana de Estrellas ~JaeHi~ Treasure13Donde viven las historias. Descúbrelo ahora