ESCUCHA TU VOZ INTERIOR

El Inició

*NARRA JORGE *

Estoy frente al espejo de mi pequeña habitación, sonriendo conmigo mismo.
En este instante se escucha mi voz interior, esta voz que no se si es buena o es mala. No se si la utilizó Para bien o el me utilizará a su manera.
No lo entiendo a veces, porque es como un laberinto al intentar investigar como fue que nació esta voz, creo y todos escuchamos esta voz de nuestro interior.
Pero creo que esta voz se apoderó de mi, es la voz que viene desde mi mente.
Así fue como la bautize, la mente maestra de los versos.
Es mi mente una maestra que me da respuestas sin yo saber que podía ver posibilidades de algo, hasta de una existencia podríamos hablar.

–aléjate del espejo, pensaran que estas loco.

¿La escucharon? No verdad.
Solo yo la escucho, Me hace una pregunta tonta, porque es claro que la respuesta el, la sabe.

–¿Y porque sonríes frente al espejo?

–lo único que puedo decirte es que no estoy tan seguro de hacer esto.
¿que pensara la gente de mi?
¿Que dirán de mi?

Le hago estas preguntas sin despegar mi vista del espejo, y el me responde.

–simplemente hazlo, yo pienso de ti que si no lo haces, lo dejarás ir.
Y que dirán de ti, pues yo digo que definitivamente estas loco.

Al escuchar esto sonrió, y no se porque pero es como, si siempre me aventara a la locura, sin saber que hacer, siempre improvisando todo lo que parecía ser planeado.

Una vez más le haré caso a esta voz, quiero contarles, no mi historia.
Les contaré la historia de la voz interior, la mente maestra de los versos.

–A, eso suena algo interesante con que quieres hablar de mi, me gusta...

Esto me dice MMDLV es el nombre abreviado de mi voz interior.

–si, hablaremos de ti, pero antes que todo deben saber primero de mi.
Pues recuerda que sin mi, tu no existes.

MMDLV –esta bien pero recuerda siempre empezar una historia con un Hola, así todas las historias deberían de empezar, pues siempre el primer hola de alguien es el inicio de todo.

–Esta bien la empezaré con un hola y para esto vamos al inicio, vámonos hace unos 10 años atrás, donde tenía 12 años y estaba por salir de 4 grado de primaria.

Le respondo, y empiezo a recordar hace 10 años atrás.

Me encuentro en la primaria, en el grado de 4 año, ya estamos por salir de este grado para pasar a 5to, aun que yo con 12 años ya estuviera por salir de la primaria.
Pero perdí años porque me mudaba muy seguido a otros estados con mi madre y un hermano menor, de mi padre les podría contar que me abandono a mis 5 años entonces no es que lo extrañe tanto.

La mayoría de mis compañeros de primaria solían ser algo vagos, siempre haciendo travesuras y yo me reía de esas travesuras.
No fui tan travieso, son contadas mis travesuras en la primaria, aparte que casi siempre dejaba mi pupitre vació.
Solía faltar casi siempre, cada tercer día para ser exactos.

Pero los días que me presentaba a clases, me la pasaba charlando con mi mejor amigo.
Un chico flaco, alto, piel morena y siempre llevaba en el una sonrisa.
Eso si, me daba miedo cuando se enojaba pues no sabía de que tanto es capas de hacer un chico como el.

Empieza las clases de un día como hoy, llego a la escuela tarde como siempre.
(no conozco la puntualidad)
Entro y me siento detrás del asiento de mi mejor amigo Marco.

–oye marco ¿de que se trató la tarea que nos encargaron?

Yo le preguntaba tocando su hombro y con voz baja, la maestra estaba muy cercas de nosotros.
Mi amigo me ignoraba, y eso no me gustaba así que insistí.

–marcó, ¿la tarea de que se trató? Es que no vine ayer, no se si te diste cuenta.

Mi amigo me seguía ignorando, yo insistí así más de 3 veces hasta que de pronto.
Se dio la vuelta y enterró su punta del lápiz en mi brazo y me grito.

–¡ya dejame en paz!

Yo no grite ni por el dolor que sentí al ver que tenia la punta de un lápiz enterrado en mi brazo, no grite porque me sorprendió mi amigo al ver la acción que hizo sin pensarlo dos veces y sin pensar que la maestra nos podría ver corrido por el relajo.
La maestra estaba entretenida contándole a los demás de su vida, como cualquier otro profesor que te cuenta de su vida y a mi eso nunca me importaba.

–¿estas bien? Perdón me sobre pasé,

Me decía mi amigo muy preocupado.

Yo aun sorprendido le respondí.

–si, si estoy bien. No pasa nada, solo sacare la punta y listo.

Al sacar la punta mi amigo y yo nos soltamos a reír, y me volvió a pedir disculpas, ese día de clases fue el mejor.

Al salir de clases mi amigo se iba a su casa y yo a mi casa, llegando a mi casa tenía que hacer los deberes del hogar porque mi madre trabajaba y tenía que ayudarle, al terminar de todo me iba a jugar con mi mejor amigo Marco.

Todo en la infancia era perfecto, risas y risas, me raspaba cuando caía pero nada me dolía. Eramos felices y no lo sabíamos lamentablemente.