Hasta La Primavera

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Jungkook corrió con todas sus fuerzas. Su refugio había sido descubierto por esos hombres oscuros y necesitaba con urgencia encontrar otro; algo difícil ahora que un par de ellos lo perseguían.

Se dio la vuelta sin dejar de correr y disparó un par de veces las únicas balas que tenía. Falló ambos tiros.

—¡Mierda!  — siguió hacia adelante, sintiendo sus piernas quemar. No duraría mucho.
Pensó en su familia, en sus padres, su hermano, tal vez era su hora de reunirse a ellos o morir.
Tropezó y casi cae por el barranco donde corría, mas se sostuvo del borde, quedando a merced del par.
ㅡ ¡¿Qué quieren? Déjenme en paz!

— Desertor. — pronunció uno, apuntandole con su rifle. Jungkook cerró los ojos y escuchó los disparos pero no el impacto, por lo que abrió los abrió, viendo cómo ambos cuerpos cubiertos caían a su costado.

Una mano se asomó por el borde y el castaño no dudó en tomarla.

Con ayuda, logró subir de nuevo.
Otro joven de cabello castaño sujetado por una bandana lo miraba con seriedad, por lo que se asustó hasta que su expresión cambió por una sonrisa. — ¿Estás bien, amigo? — Jungkook no contestó de inmediato, quedó prendido de aquella rara pero distintiva sonrisa.

ㅡ Eh, sí, sí. Gracias. — se levantó y sacudió sus ropas.

— ¡Vante, es hora de irnos, no tardarán en llegar más! — advirtió otro de cabello violáceo.

— Seguro escucharon los disparos. ¿Seguimos con el plan o volvemos? — dijo otro de anchos hombros. — RM y yo podemos encargarnos de eso si lo deseas, tu y Suga pueden llevar al chico a la base.

Jungkook quedó impresionado. Aunque aquel chico Vante parecía ser menor a aquellos, resultaba ser el que tomaba las decisiones.

— Correcto, haremos eso. — los señaló. — Si en una hora no regresan, iré por ustedes. RM, Moon, contamos con este último paso si queremos ganar, no nos fallen. — asintieron y corrieron a su misión.
— Chico, mejor que empieces a correr. — posó su mano en el hombro de Jungkook y lo empujó suave para emprender la marcha.

— Soy Jeon Jungkook — se presentó, comenzando a correr.
Vante rió.

— Muy bien, pero aquí preferimos no usar nuestros verdaderos nombres, Kookie.

Jungkook se sonrojó ante el apodo y corrió con su mirada gacha. Después de todo, aquellos dos lo guiaban.

— ¡JK, te va! — gritó el pelinegro que hasta ahora no había hablado.

— ¡Entonces soy JK! — concedió.

Una vez en la base, fueron recibidos por un chico pelirosa que apareció con expresión preocupada. — ¡Hey! — abrazó a Vante y a Suga, sin dejar de mirar a su alrededor. — ¿D-Donde están los otros? ¿Dónde está Nam...?

— Eh, tranquilo — Vante lo apartó, tomándolo por los hombros — ellos están bien. Sólo se están encargando de colocar las últimas bombas. Iré con ellos en un momento, ¿sí? — asintió lento y su mirada se desvió al nuevo chico.

— ¿Y ese quién es?

— Ah, sí. — los presentó — Mochi, él es Kookie, y Kookie, él es Mochi.

— JK, es JK. — Jungkook estiró su mano para saludarlo — Aunque puedes decirme Jungkook.

— No te voy a llamar por tu nombre real — le dio un fuerte y corto apretón a su mano, alejándose a donde estaba el pelinegro. — ¿Estás herido?

— Sólo me corté la mano. — se sentó y el pelirosa se dispuso a encargarse de su herida.

— Qué carácter. — dijo Jungkook, sentándose en una silla.
Su mirada recorrió el lugar. Era una cueva bastante grande, pero tenía una mesa vieja y una que otra silla; muebles rotos, libros y latas de alimento.

Not Today [O.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora