Travesura de Niños

Travesura

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—Marinette ya encontraste las fotos? — Alya ingresó a la sala en el hogar Dupain-Cheng. La joven Césaire agitaba en su mano una pequeña caja.

Marinette golpeó su frente, lo había olvidado.

La maestra Bustier les asignó una tarea en donde necesitaban llevar cierta cantidad de fotos para así poder revivir su infancia.
—Ahora iré por ellas — contestó. Se levantó y buscó en el gabinete bajo el televisor un par de álbumes.

Debían hacer una pequeña exposición en la cual cualquiera de sus compañeros podía acotar con una anécdota, pues varios de ellos habían compartido desde los primeros años de estudios juntos.

La aspirante a diseñadora corrió a sentarse en uno de los muebles seguida por su mejor amiga que curiosa dejó a un lado la caja que contenía sus propias fotografías de una escuela ajena a París.

—¡Wow! Veamos el pasado de la pequeña Marinette — bromeó provocando un creciente sonrojo en las mejillas de su contraria.

— Ojalá nos hubiéramos conocido desde el jardín — agregó Marinette al momento en que abría el álbum y la primera página que contenía las memorias del pasado quedó expuesta.

—¿Es Juleka? — Alya señaló a una niña pequeña de cabello corto y negro que se encontraba alejada de los demás en el jardín de juegos.

—Sí, era aún más tímida que ahora — en la siguiente foto se podía observar a las dos jugando con unas muñecas.

—Y Marinette cono siempre integrándola — detrás de las jóvenes apareció la señora Dupain sintiendo la nostalgia de ver a su hija tan pequeña en fotos contrastando con la bella adolescente que era en la actualidad.

—Usted debe saber cada historia detrás de estas fotos — Alya sacó su celular y empezó a filmar como si fuera una entrevista.

—Así es, inclusive de los que Marinette no es capaz de recordar por lo tan pequeña que era.

—Tienen razón, no recuerdo esta foto — Marinette frunció el ceño, intentaba buscar en sus memorias, pero simplemente aquel escenario no existía en su mente—. ¿Quién es este niño rubio?

Alya hizo zoom captando la imagen del niño mencionado en la fotografía.

—Acaso no se parece mucho a Adrien? — aquella diferencia hizo sonreír a Sabine.

Para despejar sus dudas buscó sentarse alado de las adolescentes para mirar de cerca la foto intrigante.

—OH, en efecto es Adrien.

—¿QUEEEEE? — la mirada perpleja de la azabache más joven y el sonrojo total de su cara quedó grabada en el celular de su mejor amiga.

—No puede ser, tú y Adrien se conocían desde niños— y para mayor vergüenza la morena captó en primer plano la fotografía en la que Marinette y aquel niño ahora conocido compartían un choque de labios en la forma más inocente de un niño.

—OH Dios! — llevó sus manos hasta los cabellos y tiró de ellos sin control —. Mamá como permitiste que tomen esta fotografía.

—Porqué se veían tan adorable —la mujer llevó ambas manos a sus mejillas mientras suspiraba soñadora recordando esos buenos tiempos —. Ustedes decían que eran novios y que de grandes llegarían a ser esposos.

—Mira que coincidencia — agregó Alya un poco incrédula e intrigada por tal giro del destino —. Podría contarnos más acerca de esa fotografía — la entrevista había empezado de forma bastante reveladora y pretendía captar todo para después mostrarle el video a los implicados.