Capítulo: 93 "Siempre juntos hasta la eternidad"

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Jin GuangYao se encontraba en el frente de batalla dirigiendo y peleando con fervor y valentía, pues estaba dispuesto a enseñarle al mundo el verdadero poder de un doncel, no había sacrificado tanto para nada, este entró a su casa portátil, un pequeño cuarto construido de palos y paja y una que otra tela, solo había un catre, una mesa, unas sillas, un ropero y un sillón, era muy humilde comparado con su palacio en la Secta Qinghe Nie, estaba cansado de esto, extrañaba las comodidades, extrañaba a su hijo, además tenía allí su cámara secreta del tesoro donde albergaba su más valioso tesoro, anhelaba estar con él, verlo completo, sentirlo y escucharlo, solo pudo traer una parte de él, una parte de su gran tesoro, la cabeza de su amado esposo, la cabeza de ChifenZuan.

El doncel se acercó a su ropero y saco una caja de color gris con amarillo, paso su mano sobre la caja, concentro un poco de energía del resentimiento en la palma de su mano y de repente esta se abrió, por dentro estaba forrada con talismanes de color negro con rojo, al cual resguardaban la cabeza de Nie MingJue, esta estaba intacta, sin ninguna mancha de suciedad o sangre, su piel estaba pálida, su largo cabello opaco, como si reflejara cansancio extremo, el doncel la tomo entre sus delicadas manos, la dirigió a su pecho, donde habitaba su corazón, luego se drigió a su catre y se recostó con la cabeza posicionada contra su pecho.

-Mi amor, no sabes cuánto te necesito, extraño tus caricias, tus besos, tu aliento ¿Ya me perdonaste? – Preguntó el doncel aferrándose a la cabeza en sus brazos.

- ¿Sigues molesto por que te separe de tu cuerpo? Entiende no podía traerlo conmigo, tu cabeza es más ligera y menos ostentosa. – No hubo respuesta alguna, un silencio abrasador inundo la habitación, el doncel llevo la cabeza a su altura, rostro con rostro, luego dirigió sus rosados labios con los contrarios, los delicados labios de la cabeza cortada estaban helados, y un poco tiesos, pero sin importar él continuo con el beso volviéndolo demandante y apasionado, después, dirigió su mano a su entrepierna, desprendió sus túnicas inferiores y con su mano tomo su virilidad y la estrujó, con movimientos de arriba y hacia abajo el doncel se excitó cada vez más y más, un calor inundo su cuerpo, sus mejillas se tornaron acaloradas, sus respiraciones se aceleraron al igual que sus látidos, con su otra mano la dirigió a su glúteos, los masajeo y adentro un dedo delgado y fino, luego adentro el siguiente y así sucesivamente hasta que abría logrando ingresar hasta cuatro dígitos, su cuerpo se estremecía con cada roce, con cada simulación de embestidas, sin embargo, su mirada yacía fija en la cabeza de su esposo, de nuevo atrapo esos labios fríos y pálidos contra los suyos, recorrió con su lengua en la cavidad bucal del contrario, después de unos segundos el doncel no pudo soportarlo y se vino en su mano, su pecho ascendía y descendía descontrolados, su corazón se agolpaba, sus mejillas se sentía calientes, apunto de explotar, después de unos minutos, calmo su cuerpo, después sostuvo la cabeza en sus temblorosas manos, le dio un beso en la fría y muerta mejilla de MingJue, y dijo con voz cálida y amble, como siempre cuando ellos conversaban horas y horas.

-Descansa mi amor, cuando esto termine volveremos los dos a estar juntos, en nuestro hogar en la Secta Qinghe Nie, podemos hacernos uno como es debido, solo hay que esperar, y nunca lo olvides, mi corazón y alma son tuyos, siempre juntos hasta la eternidad.

Después tomo la cabeza de nuevo entre sus manos y la volvió a guardar en la caja gris con amarillo, esta concentraba energía del resentimiento lo cual provocaba que no se descompusiera, al igual el cuerpo de Nie MingJue, después se volvió a recostar en el catre, cerro sus ojos dejándose llevar, deseaba volver a tener esos maravillosos sueños, donde vivía feliz con su esposo e hijo, recordando ese dulces y felices tiempos donde toda estaba bien, donde el amor y la felicidad albergaba, donde no había guerra y discusiones, donde todo fluía con tranquilidad y calma, lástima que esos días solo permanecerían como recuerdos, ya que lo que sea pérdido nunca será de vuelto.

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elvis- Sempai

El doncel del amor y la cultivaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora