Capitulo XI

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Llegaron a la sala de billar, Candy se quedó cerca de Terry, por ningún motivo quería una cercanía de Niel y el hecho que estuviera muy sonriente con Susana, no le daba espina, por suerte Elisa no estaba alrededor o de lo contrario el triángulo de las serpientes estaría completo.

Comenzaron a jugar, Niel rondaba a Candy mientras Susana hacia lo propio con Terry.

Terry estaba a punto de partirle la cara a Niel, pero Candy lo,tranquilizaba con una sola mirada.

Mientras Terry tiraba, Candy se plantaba detrás de él para cuidarle la espalda de Susana quien parecía un pulpo, buscaba cualquier oportunidad para tocar a Terry, Candy apretó el taco de billar, deseaba rompérselo en la cabeza a la odiosa de Susana, pero no les daría el gusto al par de sabandijas de verla disgustada.

—Estas nerviosa, caramelito.

Candy apretó los dientes. ¿Caramelito? Le encantaría agarrar el taco y metérselo por trasero a Niel, pero aguantó su enfado..—le mostraría su desagrado ganándole la partida.

¡Uy! Candy hizo un tiro espantoso.

—Ah, querida —dijo Susana con una risa tonta—. ¡Qué mal! Eso son tres puntos menos.

Candy miró a Niel, quien levantó una ceja y sonrió levemente, luego se giró para dar a Susana un taco.

—¿Qué te ha pasado? —le preguntó Terry con sosiego.

—El idiota de Niel me tocó. —Candy se puso roja. Se giró para mirar a Niel—. Estoy segura de que me ha tocado... bueno, la falda, justo cuando iba a tirar.

Terry miró hacia Niel, iba a destrozarle la cara, pero una vez más Candy lo tranquilizó.

—La próxima vez me pondré a tu lado para asegurarme de que el hijo de p...
el bastardo no se te acerque.

—Oh, Terruce, ¿me ayudarás con el tiro, por favor? —Susana se inclinó sobre la mesa.

—Lo siento, estoy casi seguro de que va contra las reglas. No puedo ayudar a mi contrincante. Pídale ayuda a Leagan.

Niel mostró una sonrisa. —¿Quieres que te ayude, Susie?

—No. —El labio inferior de Susana le sobresalía. Si no tenía cuidado la cara
se le congelaría con un mal gesto perpetuo—. Supongo que podré hacerlo yo sola.

Eligió un tiro que requería inclinarse hacia donde estaba Terry, mostrando los pechos en todo su esplendor. Se mecían sobre la mesa, pero seguían dentro del corpiño.

Candy miró a Terry, el castaño se veía más disgustado que hipnotizado.

Para desgracia de Candy, Susana hizo un tiro casi perfecto..Candy hizo una mueca de desagrado.

—Eso son dos puntos para mí.

—Para nosotros, Susie. Somos un equipo, no lo olvides. —Niel anotó la puntuación.

—Vigila mi espalda —murmuró Terry mientras examinaba la mesa.

—Con mucho gusto. —Candy preparó el taco para golpear a Susana si ésta se atrevía a usurpar el espacio de Terry.

—¡Ojalá fuera una espada! —susurró el castaño, al ver la determinación de Candy.

Niel y Susana estaban a punto de ganar, pero misteriosamente cuando les tocaba el turno de jugar, cometían errores intencionales..¿Con que propósito? .....simple....prolongar el tiempo para provocar a Terry y a Candy, pero estos últimos se dieron cuenta de la intención de sus adversarios.

El turno de Candy llegó, ella tendría que hacer siete puntos; un lanzamiento perfecto, para ganar la partida y largarse de ese lugar.

—Puedes hacerlo. —Ya lo has hecho antes. —Mira, lo tienes perfectamente alineado para ganar.

Locura de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora