Capitulo Dedicado a las chicas que a pesar de no llevar mucho, me apoyan en este proyecto.
Gracias ♡
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☁🔥Légosi Haakon/Jensen🔥☁ Cap.4
Mientras más me elevaba al cielo, sentía la brisa sobre mí, era tan liberador estar en los cielos, volando, me lamente el no poder decir que Astrid también lo disfrutaba.
A veces me martirizaba días y noches, pensando en el sufrimiento en el que la había hecho pasar, en la humillación que había sentido, y el terrible y horroroso vaivén se sensaciones, al no poder confiar en nadie más, pues su familia también la rechazaba.
Se que tal vez hasta ahora, me he comportado como un patán sin emociones, pero en estos momentos debía ser franco con ella, ser alguien que le diera el golpe de realidad que necesitaba, no todo iba a ser lindo en esta vida, y no quería que ella estuviera indefensa, pues en la tierra los Sangre Sucia eran crueles, despiadados, si no fuera por su aspecto blando y mortal, perfectamente serian unas horribles Quimeras.
Kim era la única a la que no le importaba su historia, si, le parecía interesante, pero no había juzgado nada de lo que ella le contaba, a pesar de eso y de que la cuido, a partir de unos meses de que Astrid fuera desterrada, no me causaba mucha confianza, algo en ella dictaba que una parte de ella no era de fiar, era por eso que vigilaba a Astrid seguido, para saber que estaba bien, que se encontraba segura, y que Kim la cuidara de igual modo.
Le tenía un regalo, un regalo alucinante, pensaba dárselo pronto.
Se que tal vez, con un regalo no se compra el perdón de las personas, eso lo tengo claro, y yo no pensaba hacer que ella me amara, de menos no solo condicionándola, al recibir un estímulo, en este caso este regalo.
Tampoco quería mal acostumbrarla.
Obviamente dicho esto, no quería que ella supiera que me importaba, pues su ego por ser Soldado de una Brigada tan elite, la alzaba.
Éramos una elite que se distinguía por su osadía y nuestro ego inflado, pues éramos lo mejor de lo mejor, las demás brigadas siempre hacían alarde de eso, nunca perdíamos, siempre estábamos en forma, y teníamos ciertos privilegios.
Como los condominios en donde nos alojábamos, el tipo de energía que recibíamos, y todo eso estaba Condicionado por una sola Regla; "No juntarse con Sangre Sucia, Quimeras/Demonios, o un ángel de rango inferior al suyo; además de servir siempre al Omnipotente Señor Todopoderoso, y nunca, nunca, cuestionar su palabra, pues su palabra es ley"
Eso de los 10 mandamientos, solo se hizo para controlar las masas de los Sangre sucia, pues hubo una época en la que, en Sodoma, los ángeles blasfemaron con Sangre Sucia, Quimeras/ Demonios, y una mescolanza impresionante.
Era la ciudad del pecado, de ahí el sadomasoquismo, que aún se practicaba tanto en el paraíso como en el infierno y en la tierra, solo que ahora era más discreto, y se hacía entre los mismos de la especie.
Ya saben Ángeles con Ángeles, Quimeras y Demonios con Quimeras y Demonios, y Sangre sucia con su misma clase.
Realmente ya no había registros de que se estuviera blasfemando, aunque no negaba que aún se diera, pues es una práctica algo satisfactoria, y disfrutable.
Con Astrid aún no había ido más allá que su poco consentimiento me daba, a veces la presionaba o le insistía, pero nunca la había tomado a la fuerza, pues aún tenía principios, me agradaba que ella fuera sumisa, pues había sido fácil llegar a ella, además de que era absolutamente hermosa, a mi parecer, Astrid tenía un largo pelo negro con flequillo, me preguntaba cómo se sentiría sostenerlo en una coleta; también tenía unos grandes ojos grises, como cualquier arcángel, unos labios gruesos y en forma de corazón, un mentón delicado, y su piel era porcelana, blanca sin llegar a ser grotesca, la hacía ver tierna y dulce, su cuerpo no era muy espectacular, como dije antes si mis manos cubrieran sus pechos, probablemente desaparecerían, su cadera era ancha, una cintura de avispa, no era muy alta, pero para mí era simplemente perfecta.
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Maldición Eterna [Esta Historia Cambiará a VKOOK, PRÓXIMAMENTE]
RomanceAstrid Lynn era un Ángel, pero no un Ángel normal, tenía el puesto de Arcángel, una posición privilegiada entre ellos, pues eran los encargados de luchar contra Lucifer y Satán. Siempre ganaban, porque tenían de Comandante al Arcángel Legosi Haakon...