Capitulo XV

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¿Dónde diablos estaba Terry?

Susana se puso de puntillas para aliviar un poco la presión del brazo. —No sentía nada en él. —Era como si fuera el de otra persona, o el de un cadáver.

¿Y si, Terry no llegaba?..— ¿Y si la dejaban allí?

Miró la llave en la mesa. —Creía haber pensado en todo. —Parecía una buena idea dejarla allí; —una prueba más cuando encontraran a Terry con ella.

Intentó alcanzarla. —¡Imposible!. —Lo poco que aún podía sentir el brazo izquierdo hacía acto de presencia como un dolor punzante. —La llave estaba a apenas unos centímetros de ella. —pero por mucho que se estirara sería inútil alcanzarla.

¡Diablos! ¿Por qué tuvo que pasarse de lista? ..Chilló..— Tenía que haberse quedado con la llave.

¿Dónde demonios estaba Terry? —Ya debería haber llegado.— ¿No le habría dicho aún Elisa que viniera? ...—No!, si a la muy puta se le habría olvidado hacer su parte del plan, lo mas probable es que se acordaría de hacerlo cuando viera que ella no estaba allí para subir a los carruajes.

Al menos eso esperaba la joven actriz. —Desde que llegaron a la fiesta, Elisa se había comportado de forma muy extraña. —Estaba inquieta.. —Pero ese día había sido todo lo contrario; estaba pensativa, distraída, como si tuviera la cabeza en otra parte.

Pero ..—¿Dónde? —Susana frunció el ceño recordando que Elisa le había lanzado varias miraditas a su anfitrión durante la comida...— ¿Había algo entre esos dos?. —El retrato en la habitación de Elisa era algo realmente peculiar. —Y ahora que lo pensaba, el aspecto de Elisa era el de alguien que había estado manteniendo relaciones sexuales recientemente.

Pero a Elisa no le gustan los juegos de cama. ¿O no le gustaban?.. ¿Le habría hecho Arthur Kelly cambiar de opinión?

Si Elisa no hacía su papel, Susana se encargaría de que el decrépito marido de esta escuchara todos los detalles acerca de las actividades de su mujercita.

El vejete era un hombre muy posesivo. —No le sentaría muy bien que le pusiera los cuernos con Arthur Kelly.

¡Maldita sea!...chilló una vez más..—Si la zorra de Elisa no hacía su parte, ella se quedaría horas atrapada en la mazmorra. ..—Susana pudo ver por el rabillo del ojo que algo se movía. —Tenía una enorme araña negra avanzando por el codo. ..Lo movió, pero la araña seguía avanzando. —No podía sentirla. —Le dio un golpecito con el dedo de la mano que tenía libre y se la quitó de encima. —No podía sentir ni su propio dedo.

No podía oír nada —Había un gran silencio, pero de pronto escuchó que algo se movía en la esquina más alejada de la mazmorra. —¿Qué demonios era? Se cuestionó entrecerrando los ojos. ¿Era el brillo de los ojos de una rata lo que veía?

Tuvo que hacer un gran esfuerzo para poder tomar aire. Si gritaba cualquiera podría venir en su ayuda. La doctora Kelly o señor Collins y su plan se iría a la mierda.

No podía dejarse llevar por las emociones que la embargaban en ese momento. —Arthur había dicho que la fiesta no duraría más de media hora. —Habían pasado unos diez minutos desde entonces, quince cuando mucho. —No tendría que esperar demasiado. —Sólo tenía que tener paciencia y aguantar

Ahogó un grito!. La rata se acercó a ella y comenzó a subir por su desgarrado vestido, la pequeña bestia enterró sus pequeñas uñas en el brazo ensangrentado, luego abrió su pequeño hocico para dar una pequeña mordida alrededor de seno, Susana apretó los dientes ahogando el dolor, el pequeño roedor  subió por su brazo hasta llegar a su desaliñado cabello y se instaló allí por unos segundos, —enterró sus pequeñas y afiladas garras en el craneo de la actriz haciendo que esta se retorciera de dolor y para rematar el pequeño roedor hizo sus necesidades sobre la cabeza de la perversa chica, la orina hedionda del antihigiénico animal corría por el rostro de Susana,  provocando que la joven actriz comenzara a vomitar sobre su cuerpo expuesto.

Locura de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora