Capitulo XIX FINAL

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Candy elevó una plegaria al creador antes de entrar a su casa.

Querido Dios, tu sabes mejor que nadie lo mucho que amo y todo lo que he ambos hemos sufrido por llegar hasta este punto.
Te ruego, te suplico que me ayudes y que lo que estoy a punto de hacer funcione, nuestras vidas y nuestro futuro están en tus manos, se has de bendecirme con hijos seré inmensamente feliz y si no lo haces no renegaré en ningún momento, pero por favor ayúdame a salvar mi matrimonio...te lo suplico en el nombre de tu hijo Jesus..Amen!

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Lady Grantchester ! No la esperábamos tan pronto en casa. —El señor Scott miró con nerviosismo por encima del hombro de Candy.

Ella sonrió.

—Albert ha decidido quedarse en la velada, luego se irá al hotel. —No vendrá hasta mañana.

Los hombros del señor Scott se relajaron visiblemente. —Muy bien, mi señora.

Era el turno de Candy de ponerse nerviosa. —¿Sigue mi esposo en su estudio?

—No, creo que subió hace una hora.

—Entiendo. —Gracias. —Buenas noches, entonces.

Subió las escaleras hasta su habitación. —Tenía que seducir a Terry esa noche. Si no
lo hacía, Albert la llevaría a rastras de regreso a Chicago por la mañana y todo sería mucho más complicado.

Era hora de pasar a la acción; con atrevimiento..se animó

Dorothy estaba arreglando el tocador cuando entró. —Casi se le caen los frascos y perfumes cuando vio a Candy.

—Candy, has vuelto pronto, ¿te encuentra bien?

—Estoy bien, Dorothy, sólo un poco... —Vio el voluminoso camisón que Dorothy había dejado sobre la cama; el bonito camisón, virginal, de manga larga y cuello alto.
Atrevida, tenía que ser valiente y atrevida. —No lo necesitaré esta noche.

—¿No lo necesitarás? —Te lo pone todas las noches.

—Esta noche no. —Caminó con paso resuelto hacia el armario y sacó el pequeño
paquete. —No había tenido el valor de abrirlo cuando llegó por la tarde. —Creía que no tendría el valor para abrirlo delante de Dorothy.

Si se lo iba a poner para Terry, sería mejor que superara la timidez.

Era un paquete muy pequeño y ligero. ¿Llevaría algún tejido dentro? ¿No habría cometido el diseñador un error y habría enviado el paquete vacío ?

Abrió la envoltura. —Seda roja le cubría los dedos.

Candy lo sacó de la caja y lo sujetó en el aire.

—¡Wow! Supongo que tu esposo no necesitará los servicios de Mark durante un
buen rato.

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Terry se recostó en el sillón junto al fuego, ataviado únicamente con la bata. —Se deshizo de Mark tan rápido como pudo. —Quería estar solo.

—No!, —eso era mentira. Quería estar con su Pecosa.

Agarró de la mesa la botella de color azul, con el "Licor Mágico" que tenía junto al brazo y leyó nuevamente la etiqueta: "Beber antes de ir a la cama"

—¡Dios! ..—Esperaba que funcionara. —Si podía animar a un hombre de la edad de George... Bueno, quizá había algo de esperanza para él.

Vertió el líquido en un vaso. —Era un líquido de color ámbar, como el brandy. Lo saboreó un poco con la lengua. —También sabía a brandy, aunque tenía un cierto dulzor inusual.

Locura de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora