—¡Maldito Omega!, ¡¿Qué no puedes hacer algo mejor que solo Abrirle las piernas a todos?!
Gritaba histórico quién se hacía llamar “padre” del pequeño omega heterocromatico.
—Y-yo no le a-abro m-mis piernas a n-nadie.
Susurros fueron lo único que logró escuchar enji, le molestaba por completo que su hijo no tuviera el valor de decile las cosas en la cara.
Tomo los cabellos bicoloricos de Shouto , y lo fue arrastrando a la puerta principal, la abrió y haciendo fuerza en su brazo, jaló el cabello hacia delante logrando que el cuerpo del pequeño quedase afuera.
—Demuestralo. Quiero ver cuándo vengas en maldita cinta y que me digas “No le abro las piernas a nadie”.
Y con eso, cerro la puerta, haciendo que resonará por todo el lugar, dejando a Shouto ahí.
Pequeñas lágrimas fueron acumulándose en sus ojos y bajos sollozos se escuchaba.
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Sus pies descalzos y sucios dolían, tenía hambre y sed, sin embargo, no tenía nada, simplemente portaba con su ropa, y un pequeño gatito castaño el cual cuando lo miro, este no dejaba de perseguirlo, hasta que se cansó de trata de huir del felino y dejó que estuviera con él.
—Tengo hambre…¿Tú no?.
Pregunto al felino mientras acariciaba su pelaje, los ojos del gato se encontraban cerrados, pero los abrió cuando sintió las caricias.
Observó al heterocromatico antes de morder su mano y salir corriendo del lugar, Shouto al sentir los puntiagudos colmillos y dientes del gato, dió un grito y corrio al felino por toda la calle, hasta llegar a unas casas las cuales al parecer estaban abandonas
El mínimo se escabullo en una de esas casas, y Shouto lo siguió.
Estaba a poco de alcanzarla solo tenía que entrar a esa habitación y ya lo tenía.
—¡Maldita gata! ¡¿A dónde te fuiste, eh?!, ¡Eres una jodida bastarda!.
Faltas ortográficas, lo siento. ❧‘‘…’’
