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Alessia.
Es un domingo por la noche, se supone que debo ir a trabajar al día siguiente... pero aquí estoy, en una cafetería a la mitad de la noche haciendo absolutamente nada, ni siquiera bebiéndome una taza de café y eso es porque odio el café.
Pero verán, soy mejor amiga del dueño de esta prestigiosa cafetería y gracias a eso puedo estar tranquilamente sentada en una de las mesas sin que me echen, sin mencionar que suelen cerrar a eso de las 12:00am debido a que se sitúa justo al frente de un hospital y a cualquier hora puede entrar un cliente, o eso dice Peter... porque para ser sincera, no sé quién querría estar aquí tan tarde. Yo he tratado de decirle que no cierre la cafetería tan tarde por el peligro que puede haber afuera, pero él siempre insiste con el mismo pretexto de que el tiempo es oro. Y con eso se refiere a que un minuto equivale a un cliente y un cliente es ganancia.
—Less.. ¡Alessia!
Oops, creo que otra vez me he concentrado tanto en mis pensamientos que he olvidado por completo que justo al lado mío estaba Peter. —E-eh sí, qué pasa Pe?
—¿Cómo que qué pasa? Te he estado hablando alrededor de 20 minutos sobre la nueva franquicia que quiero inaugurar en París, y por lo visto no me has prestado ni la mínima atención —dijo en un tono casi molesto.
—Y-yo lo siento Pe, te juro que sí te estaba escuchando. Sólo que me hundí tanto en mis pensamientos que he olvidado por completo que estabas aquí...
—Me dolería eso que acabas de decir si tan sólo no fuera la centésima vez que te ocurre, te conozco, no te preocupes Less.
—Pff sí claro —vaya, estoy muy apenada con él, no me había fijado de que era tan despistada.
—¡Bueno, pero cuando no estés tan dormida te contaré de nuevo, y espero que esta vez sí me prestes atención!
—Oh es una lástima... Creí que me había salvado de esa aburrida conversación sobre tu nueva cafetería "Soleil radieux" —manifiesto con un intento de acento francés.
—No sabes de lo que te pierdes cariño.
—Si hablas sobre los cupones de descuentos que siempre me das para el café... Te recuerdo que yo, Alessia Lee, ODIO EL CAFÉ. ¿Hasta cuándo te quedará claro?
—Es que... —Antes de que hable nuevamente lo interrumpo— ¡¿Ya podemos dejar de hablar del café?! Con el simple hecho de mencionarlo me hace doler la cabeza.
—Ok, ok —dijo levantando ambas manos en señal de paz.
—Ya es hora de irnos Pe, son más de las 12:00am y debo ir a trabajar en unas horas.
—Y yo ya te he dicho que puedo ayudarte a abrir tu propio restaurante, sabes que el dinero no es un problema para mí.
—Lo sé Pe, pero no por eso debo aprovecharme de ti.
Mi mayor pasión es la gastronomía, estudié en una de las universidades culinarias más reconocidas e importantes del mundo The Culinary Institute of America ubicada en Hyde Park, Nueva York. Tuve la oportunidad de estudiar ahí gracias a los ahorros familiares y todo el apoyo que recibí.
Estudiando tuve muchas oportunidades y conocí personas agradables, con eso me refiero a Peter, al principio creí que era un chico rico arrogante, pero resultó ser todo lo contrario, ambos nos hicimos muy buenos amigos y desde ese entonces somos muy cercanos. Tal vez al inicio me atrajo físicamente, pero nos llevábamos tan bien que no quería sobrepasar los limites y arruinar nuestra amistad.
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Agridulce.
RomanceTan dulce como un pastel de fresa, pero a la vez tan ácida como un limón recién cortado, así era ella. A través de sus ojos color miel se podía notar la falta de amor que necesitaba, y aunque no lo buscara, el amor iba tras ella.