Único

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Justo antes del amanecer lo veo marchar de nuevo, su mirada parece analizar todo a su alrededor antes de dar lentos y delicados pasos con sus rechonchas patitas. Su cola parece ir en sentido contrario a sus deseos mientras que sus puntiagudas orejas se mueven de vez en cuando cada que se escucha algún ruidito. Siendo sinceros yo también debería estar atento a esto, sin embargo una vez que llega la noche y vuelvo a ver ese misterioso gato calicó en la cornisa de la casa de nuestro vecino, todos mis instintos se enfocan en detallar cada rasgo de ese felino.

No recuerdo desde cuando comencé a dormir afuera debido a que Nam hacia mucho ruido al dormir, el humano que lo soporte debe ser digno de admiración ya que esos desgarradores sonidos se escuchan por toda la casa. Desde la primera vez que salí del dormitorio, no he parado de pensar en ese lindo gatito; al principio solamente me dada curiosidad porque a pesar de ser una gato callejero estaba limpio y bien alimentado pero al paso del tiempo me quede enganchado a pensar en él todo el día.

Cada noche me quedo viéndolo, casi velando sus sueños. Me pregunto si ya habrá comido o si le gusta que lo cepillen, quizá a él si le gustan los baños o ese tipo de torturas aunque me daría miedo que sea capaz de soportar que le agua empape todo su lindo pelaje y sentir esa desagradable sensación de pesadez ¡IUGH!

No sé si el nota mi presencia, quiero creer que sí. Hace unas semanas mientras estaba tomando mi siesta de la tarde escuche a Nam "recitar poesía" (o así lo había llamado él), las palabras tenían una entonación distinta a su voz habitual por lo que me apresure a descubrir que le pasaba a mi compañero, obviamente no era mi dueño, yo le había permitido vivir en la misma casa.

− ¡Ey, Yoongi! Me asustaste− al parecer estaba leyendo su nuevo libro, pero ¿Por qué lo leía en voz alta?− ¿Te desperté, compañero? Ven siéntate aquí y escucha.

Casi sintiéndome halagado de que me considerara compañero le hice caso y me senté sobre su cama mientras que buscaba algo entre las páginas de su libro.

−Ayer conocí al vecino ¿Sabes? Parece alguien meticuloso y ególatra pero es alguien realmente amable y hermoso− las mejillas de Nam se tiñeron de rosado. No entiendo porque los humanos cambian de color delatando sus emociones, debe ser algo fastidioso− bueno, Yoongi viniste a escuchar poesía así que pon atención:

−Annabel Lee

Hace muchos, muchos años
en un reino junto al mar
vivió una doncella que tal vez conozcas
llamada Annabel Lee.
Y esta doncella vivía sin otro pensamiento
que amarme y ser amada por mí...

La voz de Nam era nostálgica y dolorosa, casi como si él fuese el protagonista. Sin embargo, una vez que termino me sonrío como siempre lo hacía, algo dentro de mí se relajó cuando se acercó a mí y acaricio mi cabeza preguntándome si me había gustado a lo que solo ronroneé a modo de respuesta. Después de ese día, Nam leía poesía cada noche mirando la casa del vecino y a su vez yo esperaba por mi cita nocturna con ese hermoso gato calicó.

De nuevo era de noche, me encontraba viéndolo de nuevo desde el balcón, pero esta vez algo dentro de mí comenzó a ser codicioso. Observarlo ya no me era suficiente, quería olerlo de cerca, quería restregarme contra él y dejar un poco de mi olor en él, quería recostarme sobre él y sentir la calidez y suavidad de su pelaje. Quizá los poemas cursis de Nam me habían afectado, las mascotas se parecen a sus dueños, dicen por ahí, aunque él no es mi dueño.

Esta vez antes del amanecer baje hasta el jardín y llegue a la cerca que separaba ambas casas. Solo tenía que brincar esa cerca y estaría más cerca de ese hermoso gato, pero y ¿si me rechazaba? Era un gato callejero después de todo, puede que muchos gatos le hayan hecho daño antes y me ataque antes de si quiera cruzar un miau de saludo. Sentía miedo de que esos grandes ojos dorados se volcaran sobre mí con intenciones de ataque, además Nam se enojaría mucho si apareciera por la mañana sucio, herido y con el corazón roto.

Regrese al balcón, desilusionado por mi cobardía. Una vez más lo vería desde ese sitio, siendo la luz de la luna mi única aliada permitiéndome verlo de lejos en medio de la oscura y fría noche, cuando llegara el amanecer de nuevo el lindo gato regresaría a saber dónde. Mi corazón se nublo y decidí entrar a la habitación, esa noche había tenido demasiado, pero me encontré con Nam sentado en la cama tomando una taza de té.

− ¿También te desvelas por amor, compañero? Jaja... Crees que no he notado que sales todas las noches a ver al gato del vecino dormir en el techo – ¿gato del vecino?, ¿No era callejero?... espera Nam dijo ¿Amor? – Ven, mañana visitaremos a ese esponjoso gato, vamos a dormir y prometo no roncar tanto.

¿Notan porque amo tanto a Nam? Mañana sería un gran día, claro también para mi compañero que ahora tenía un pretexto perfecto para visitar al "hermoso y amable" vecino de la casa rosa.





¡Hola a todos

Primero que todo quiero darte las gracias por haberme leído y llegar hasta aquí.

Ha pasado un tiempo desde que escribí esto pero estaba indecisa si dar el siguiente paso y publicarlo, así que me haría muy feliz si me dijeras lo que te pareció c:

Hasta la próxima.

K.

Over the fence - YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora