Creo que desde que tengo uso de razón siempre me obsesiona el cambio.
Viendo el color azul del cielo sobre el mar al amanecer en verano, reflejando los rayos de sol contra
al agua de formas caprichosas ... lo único que me preocupa es cuánto durará y de qué manera cambiará. Se me
antoja que mato todo antes de que siguiera pueda existir. Soy incapaz de observar de forma estática, aceptando
la perfección del momento. Solo me interesa como evoluciona y como cambia.
Por eso siempre que salgo a correr y me encuentro alcanzando a alguna chica que corre y le miro el culo, observando como se contrae y se relaja a cada paso, incluso ahí no estoy contento con esa dinámica repetitiva, y siempre me imagino como cambiará. Cómo cambiará cuando se quite el pantalón de deporte, como lo hará con el paso de los años o cómo será cuando lo aprieto en mis manos ...
Sí, creo que soy un obseso del cambio y solo me interesa lo que se mueve y cómo lo hace.
Por eso me gusta tanto ella y por eso despierta en mí esa fascinación extraña. Ella nunca es igual, es cambiante.
Puede ser dos personas a la vez o incluso tres. Puede ser la mujer sensata y preocupada por sus
deberes un momento y al rato ser la gatita traviesa que se roza contra tí buscando el abandono del placer y al momento convertirse en la maestra de ceremonias que te guía en los momentos más intimos para ser después la amiga con la que te apetece hablar de todo y reir. Ella es así.
Y cuando uno tiene la suerte de vivir un trozo de su vida con ella, esa fascinación se convierte en la pasión de ver como se convierte en alguien cada vez más interesante e importante pero siempre siendo ella misma.
.... seguirá