Al final de la primavera

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El deseo suele iniciar con la mirada. Un instinto primitivo de caza se inicia con las imágenes, pensaba Craig viendo a Tweek como siempre caminar más deprisa que él, a su propio ritmo y velocidad sin importarle dejarlo atrás con las palabras en el aire. Miraba las plantas con mucho más interés que a él, los pequeños insectos bajo estas. Más adelante, los árboles y las hojas tan fuertemente unidas todavía a ellos que el viento no podía hacer nada para separarlas de las ramas. Eso era cuestión del tiempo, sonrió con amargura y trató de caminar más deprisa para alcanzarlo. Se detuvo a medio paso, viendo a Tweek estirar su mano donde una mariposa había decidido detenerse. En su palma abierta, seguro atontada por el dulce sudor en ellas. A Tweek le sudaban las manos y era algo que ni con toda su obsesiva limpieza lograba disimular. Tenía su mano estirada a su dirección, con ese gesto infantil que reducía el universo entero a él. Vio a la mariposa aletear sin separarse y avanzó con cautela para no espantarla. Se quedó a dos pasos de Tweek, sonriendo con la misma inocencia, sólo disfrutando los colores rojizos en sus alas haciendo más pálidas las manos de Tweek,  como si se estuviera alimentando de su sangre. La vio aletear de nuevo y su reacción fue estirar sus manos para aplastarla y no dejarla marchar. El deseo de mantener esa sonrisa, el instinto de caza para hacerlo feliz. Tweek sonrió todavía con mayor suavidad al darle la espalda a Craig antes de que pudiera hacerle daño , haciendo que se marchara volando.


-Si hubiera querido matarla, yo mismo lo hubiera hecho, bebé- 


-Lo siento- se adelantó para ponerse delante de él y sujetar su rostro entre sus manos. Sin rastros de sonrisa, su rostro sólo se veía vacío. No había pureza en sus ojos, no había curvas malignas en sus labios. No había nada- me gusta mucho verte feliz, no lo pude evitar-


-Tú me haces feliz- acomodó su cabeza en su pecho y Craig casi siente su corazón estallarle- me hace feliz que quieras complacerme a todas horas-


-Te amo- besó su cabello, abrazándolo contra él- ¿Qué más puedo hacer que complacerte?-


-¿Sabes, Craig? Tú nunca me has preguntado por qué estoy contigo y no con otros. Es decir, por qué realmente estoy contigo- su boca se encontró con el estampado de su camisa y comenzó a morderla travieso antes de seguir hablando- toda mi vida la gente me ha tenido miedo o ha intentado cambiarme. Eso me aburre, me hace alejarme de todos. No quiero ser un ciudadano de bien, no quiero ver la sumisión como una virtud y moldearme al antojo de lo que la sociedad llama correcto ni tampoco ser tomado como el ejemplo de lo que no se debe llegar a ser, no me interesa ser un rebelde ni un héroe para los alienados, Craig.  Me gusta mi propia realidad. Tú desde el primer momento me dejaste en claro que estabas dispuesto a todo para tenerme a tu lado. No para cambiarme, sólo para estar conmigo. Cualquier otra persona se hubiera derretido por ti por lo buen chico que eres, por tu sentido de lo correcto, pero a mí me enloqueció tu capacidad de moldearte para mí. Eres muy valiente por haberte quedado conmigo incluso cuando podrías haberte marchado. Yo no soy Kyle, yo no te he orillado a ser tu única opción pero eso es algo que sólo tú pareces ver- su dedo se había colado ya en la ligera camisa de Craig, paseando libremente por su columna- no te quedas conmigo por la promesa del dulce, cálido amor que te obliga a ser mejor, sino porque dentro, muy dentro de ti, no puedes evitar querer romper todos los límites y me necesitas para lograrlo-


-Eres la encarnación del mal, cariño- lo tomó del mentón, viendo el reflejo de las luces del parque en sus ojos- a propósito ¿ Ya le dijiste a Kyle que  hiciste su trabajo sucio?- la risa del rubio fue cálida contra su cuello.


-No pareces muy feliz por eso- Craig gruñó y Tweek besó su mentón- vamos, no fue nada,  sólo un favor de amigos. Apenas por la tarde le llamé, se escuchaba muy complacido- 


-Tweek... Ese pequeño hijo de puta te pidió que borraras a la madre de Eric del mapa para que pudiera llevárselo a donde se le diera la gana  sin problemas, no que además hicieras que  todos creyeran que Eric era una especie de maniático robaniños para que literalmente no pueda volver a South Park sin miedo a que lo linchen. Te luciste demasiado para que sólo fuera un favor desinteresado- rió al sentir un lengüetazo en su mejilla.


-Eres muy guapo para ser tan listo ¿ Te lo habían dicho?- puso sus labios sobre los del otro sin besarlo, sin dejar de hablar- me gustó la vida criminal, creo que podríamos estar un tiempo más en el negocio y Kyle estuvo de acuerdo en ser aliado sólo si primero yo lo ayudaba con ese pequeño problema, realmente me pareció matar dos pájaros de un tiro-


- Pobre Kenny, aunque supongo que te debería agradecer que no lo hayas matado también a él y a su hermana o algo así- se inclinó para besarlo-ahora entiendo por qué decidiste que fuera Stan el que muriera y no Clyde, era más fácil convencerlo a él que matara a Liane sin hacer muchas preguntas ¿No?-Tweek asintió, más interesado en volver a besarlo, más profundo, metiendo su mano por completo en la camisa de Craig- creo que deberíamos volver a casa a atender nuestros propios problemas, amor- 


Soda atómicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora