EL Músico de Jazz.
Autor: Mario Badilla (Marioarroba) Una fría brisa rozó su negra tez, anunciando el final de la tarde. Lentamente se incorporó, abrió el viejo estuche y guardó su saxofón.
Saxofón 1
Entonces, tomó su sombrero y empezó a calcular el precio del día. − − Veinte, treinta, cincuenta, cien… ¿Qué es esto? , Pensó A ya sé cinco. Estos viejos billetes ya casi nadie los usa, dijo.
Sintió cerca de su cara el jadeo de su fiel perro Lucky. − Oye Lucky parece que hoy tuvimos un buen día, exclamo mientras acariciaba la melena de su perro.
Sacó una colorida bolsa de papel, y guardo un manojo de monedas. − Muy bien viejo amigo, creo que eso es todo por hoy, ya es hora de regresar al hogar, pero antes aligeremos el peso, le dijo al perro.
Entonces sintió un jalón en su mano derecha, poco a poco empezó a caminar aferrado a la vieja correa, el perro era su guía.
Perro guía 1
Percibió un peculiar olor y escucho el rechinar de un viejo carretillo, entonces una voz carrasposa le dijo: − − Compañero, parece que ya terminaste por hoy, le indico el recolector de basura. Si he tenido un largo día, le dijo el caminante.
Nuestro personaje transitaba junto a su perro por la bulliciosa avenida, de vez en cuando alguien se les atravesaba en el camino. No obstante, al percatarse de su condición se hacía a un lado y los dejaba pasar. Ciertamente, tampoco faltaba uno que otro que los tratara mal, pero el perro rápidamente respondía a cualquier amago de violencia. De pronto el perro se detuvo, nuestro amigo escuchó el freno de un viejo autobús y sintió que un par de puertas se abrieron a un lado de la acera. − − − − − − − − − − Oye amigo…. ¿Cómo estuvo tu día?, le dijo el chofer del autobús. No me puedo quejar hoy fue un buen día, exclamo el caminante. Y a ti ¿Cómo te fue? Pues bien, estoy tomándome un café, me faltan cinco carreras1 para terminar el día, le dijo el chofer. Necesitas monedas, exclamo el caminante. Si por supuesto, pásamelas yo las cuento. Muy bien, dijo el caminante. Tomó la bolsa de papel y se la dio al chofer. Quinientos, mil, dos mil, tres mil, quinientos. Son doce mil, mi amigo, toma aquí esta, dijo el chofer Oye muchas gracias, nos vemos mañana, dijo el caminante. Hasta luego compañero, oye Lucky cuida bien a mi amigo, exclamó el chofer.
1
Carrera: Manera coloquial para denominar una ruta completa seguida por un autobús.
Otra vez, sintió un jalón en su mano y siguieron la marcha. Poco a poco la bulliciosa calle se fue acallando, ahora podía escuchar sus propios pasos y el jadeo de su perro. Se detuvieron, viraron a la izquierda en una esquina y entraron a un pequeño supermercado. De pronto escucho la voz de un niño: − − − − − − Señor, señor, ¿Cómo esta? Muy bien, gracias. ¿Y tú como estas? Bien, hola Lucky, dijo el niño. ¿En que lo podemos ayudar hoy?, replico el niño. Mira necesito, por favor, una libra de café, dos kilos de arroz, un paquete de espagueti, una cajita de té…. Ah, también una bolsa de alimento para el perro. Okey, ya regreso, entonces rápidamente el chiquillo tomó una canasta y desapareció entre la gente.
Esperaron un rato parados a un lado de una caja registradora, una desalineada cajera los miraba de reojo, poco a poco un grupo de niños se agrupó para acariciar al perro, no los podía ver pero sentía su agitada presencia. Otra vez escucho la voz del pequeño: − Señor, señor. Ya esta aquí todo.
− − − − −
Pues muchas gracias, ¿Cuánto debo? Son cuatro mil, dijo la cajera. Muy bien aquí esta, muchas gracias. Le llevamos el pedido, replico el niño. Por supuesto, ya conocen el camino.