Cᵃᵖᶤᵗᵘˡᵒ Uᶰᶤᶜᵒ

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❝Dᶤᵃ ᵈᵉ ᵐᵘᵉʳᵗᵒˢ❞

Abrio con suavidad sus párpados mientras un suave brisa mañanera movía con suavidad sus cabellos oscuros

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Abrio con suavidad sus párpados mientras un suave brisa mañanera movía con suavidad sus cabellos oscuros.
Sus ojos color carmin miraron con intensidad y con una extraña calma el techo de su habitación mientras una suave sonrisa se posaba en sus labios color rosa pálido.

Con cuidado de no hacer mucho ruido bostezo mientras se estiraba como si de un gato se tratase, soltó otro fuerte bostezo se levanto de su cómoda y hermosa cama para así iniciar su día.

Entre risas y hermosas melodías él mexicano de piel morena se vistió con su típico traje blanco y su hermoso pañuelo rojo, se puso sus botas de cuero y peinó su cabello hacia un lado para versé más "perdón", claro que la sonrisa que en su rostro ahora pintaba solo era una forma para ocultar el dolor y el sufrimiento que su alma siempre cargaba.

Camino por su hermosa casa tradicional para tomar con cuidado las llaves de su hogar para salir sin siquiera desayunar...

El viento mañanero movía sus hermosos cabellos negros y sus hermosos ojos rojos cual rubíes viajaban a una gran velocidad por el lugar, la sonrisa que tenia al ver a su gente gritar o bailar era algo que amaba, algo que se había vuelto un anhelo para su cuerpo y mente...

La sonrisa en su rostro no desapareció en ningún momento, al contrario se hacia cada vez mas grande a cada paso que daba, sus hermosos cabellos se movían gracias a los movimientos llenos de gracia y delicadeza que él llevaba acabo.

—Que hermosa mañana...—murmuró con una hermosa sonrisa él de cabello negros.

Sus ojos fueron a parar a una pequeña floreria, de esas que adornaban las esquinas.

Con paso apresurado fue a comprar unas hermosas rosas blancas al igual que la tradicional flor de muertos cempasúchil.

Estas muy guapo el dia de hoy Alejandro~ —la voz de una mujer logro llamar la atención de la joven nación.

Una hermosa mujer de cabellos negros como la noche, una dama que vestía un hermoso vestido de novia blanco, a su lado dos niños de piel morena miraban con atención al joven.

—Lo mismo digo señorita —Él  joven mexicano sonrió con amabilidad mientras se despedía cortes mente de la hermosa mujer y sus hijos.

Una vez más él joven caminaba por las calles de México cuando logró escuchar el sonido de una guitarra.

Un nombre de traje negro montado en un caballo del mismo color tocaba la guitarra con alegría y pasión, a su lado una pequeña con un Nahualt en la cabeza aplaudía divertida.

Decidió ignorarlo y con tranquilidad camino al cementerio aun con el ramo de flores en mano, cada vez que daba un nuevo paso las personas le miraban con una sonrisa—una sonrisa llena de tristeza y dolor —...

En el fondo de su alma el mexicano deseaba volver a su hogar, volver a reír y cantar junto a los humanos con los que una vez compartió...

Sus pasos se volvieron ecos, y los ecos en hermosos sonidos... Los sonidos de la nada habían logrado llenar por completo su corazón afligido y hambriento de venganza, de dolor y sufrimiento.
Había llegado gracias a ese dolor al lugar donde sus camaradas y amigos perecieron.

El cementerio adornado de hermosas velas y flores...

Con mucho cuidado él joven mexicano caminaba entre las lápidas intentando no perturbar las oraciones de los jóvenes y adultos que visitaban ese lugar sagrado.
Niños con trajes blancos, hombres regiones y mujeres de distintos colores miraban con respeto y tristeza a la joven nación que caminaba por el lugar como un alma solitaria.

Los pétalos que las hermosas flores tenían se caían gracias a la suave brisa mañanera, la sonrisa del mexicano había desaparecido al haber llegado a su destino.

—Hace casi 40 años que la guerra inicio... —murmuro con tristeza y dolor—Me duele saber que yo incluyendo mi pueblo pereció por culpa tuya... —talló con fuerza sus ojos, quería llorar por culpa del dolor que albergaba su corazón —¿Cuanto daño más tienes que causar?...
Alfred.

Ese simple nombre salio de sus labios pálidos, él chico de piel morena dejo con cuidado las flores en lo que parecía ser una lapida, una sonrisa volvió a parecer en su rostro y la brisa se llevó una vez su alma dejando una vez mas la nada misma...

Después de todo México había muerto hace más de 40 años a manos de su vecino.

FIN

FIN

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⏰ Última actualización: Apr 20, 2019 ⏰

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