TRES

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"Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen"

Francisco de Quevedo 

-Entonces yo le dije: ¿Estas loca? una mujer de Dios jamás bailaría esas músicas de satanás.

La mujer rechoncha y colorada frente a mi madre y a mi habla mientras se abanica, como si la sola mención de satanás la hiciese sentir el fuego del infierno. 

No puedo evitar torcer un gesto de desagrado por el sudor que le corre por los pliegues del cuello, sin embargo no lo notan. 

Estamos fuera de la iglesia dándole la bienvenida a los feligreses que llegan a escuchar la palabra del Señor, hoy es domingo. 

- ¡Y tienes toda la razón Aurora, Dios no hizo las caderas para esos bailes indecorosos! - agrega mi madre y mientras habla le da un panfleto a una mujer joven que acaba de llegar. la observo un rato hasta que recuerdo quien es 

-Buenos días Teresa, que bueno es verte de nuevo por la casa del Señor, hacía mucho que no venias- mi madre la saluda rígidamente y sin disimulo observa el pequeño tatuaje que tiene la chica en la muñeca, y luego le da una mirada reprobatoria. - Teresa cariño, no quiero meterme en tu vida, pero el Señor nos insta a nosotros los lideres a reprender a las ovejas que se descarrian ¿Por qué dañas asi tu cuerpo? ¿que no sabes que nuestro cuerpo es el templo de cristo?...

-Es cierto queridita, ¿que son esas mañas? ¡Cuida el templo que Dios todo poderoso te ha entregado! sino iras por un camino de perdición- añade Aurora y mientras habla la papada se le bambolea de un lado a otro.

-Si bueno, Aida ¿Aida es tu nombre no?- contesta la chica mirando a mi madre.

-Andrea- Corrige mi madre con una mueca interrumpiendo. 

-Si bueno, estoy segura que al Señor no le molestará que me tatúe lo que me dé la gana, mientras no robe, mate, viole... digo yo, no lo se. Además estoy segura que la biblia también dice: ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? y con respecto a cuidar ¨El Templo del señor¨  -se giró hacia Aurora- Señora estoy segura que usted con los doscientos kilos demás que le sobran daña más su cuerpo que yo con un poco de tinta.  Permiso- Teresa le dio una última mirada a mi madre pasmada en su sitio, antes de entrar en la iglesia. 

Quise reír, pero me aguanté con todas mis fuerzas.

-¡Por la sangre de Cristo!- exclama Aurora ahora aún más colorada- Hay que decirle esto al pastor, ¡Esa mujer esta siendo usada por satanás!

- Tienes razón Aurora, Tiene un espíritu de rebeldía, desobediencia y estoy segura que hasta de lascivia ¿Viste esa ropa que traía?  hay que decirle al pastor que ore por ella.- continúa mi madre- Lara quédate aquí a recibir a las personas, nosotras vamos a reunirnos con el pastor.

Y se marchan probablemente pensando que están siento unas heroínas, unas guerreras celestiales que van a luchar contra satanás o algo asi. Yo que sé. 

 Si, es cierto fui criada en este ambiente y si, creo en Dios, en los milagros, pero puedo pensar por mi misma y por supuesto que siento que eso no es correcto, raya incluso en lo ridiculo. Sin embargo me encantaría alguna vez tener la determinación y la confianza de Teresa. 

Estoy de espaldas a la entrada principal aún observando por donde se han ido mi madre y Aurora, cuando alguien me da un pequeño toque en el hombro, giro de inmediato armada con un panfleto que trae la información de todos los eventos de esta semana en letras horribles cuando me topo de frente con cinco chicos, uno de ellos mi hermano, los demás son sus amigos de la pizzería. 

Sacro y ProfanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora