CAPITULO 2.6

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María

De nuevo en sus labios.

Me siento como un navegante a la deriva, entre las olas de pasión que suponen todos y cada uno de sus pliegues, la espuma que provocan entre mis piernas los movimientos de sus labios y ese cosquilleo inevitable al sumergirme de nuevo en el mar de su boca.

No he podido por menos que tratar de corresponderla a este acto desenfrenado de deseo, sin embargo mis miedos amenazan recordándome que quizás esto no sea lo más conveniente. Que aunque desee más que cualquier otra cosa volver a sentir lo que era navegar entre su cuerpo, puede que lo apropiado sea frenar.

Sin embargo mi lengua se ve obligada a abandonar su boca para soltar un gemido ahogado cuando Marta me rodea la cintura con las piernas para juntar nuestras caderas.

Me separo un poco de ella para mirar sus ojos oscurecidos mientras su aliento me quema los labios.

-Marta...- suspiro respirando con dificultad, pues ella se dedica a apretarme más entre sus piernas mientras se muerde el labio inferior- es...estás segura?- pregunto.

Casi me veo reflejada en sus ojos marrones, prácticamente negros ahora por sus pupilas dilatadas. Sin duda estaba hermosa, y me estaba costando horrores ese pequeño descanso que provoqué entre nuestros labios.

-Te necesito- dice casi como una súplica. Y yo, que era lo único que necesitaba escuchar, enredo su nuca con mis dedos y vuelvo a besarla, levantándola conmigo de la mesa.

Me necesita tanto como yo a ella  y sería una tortura para ambas frenar esto ahora, no podría dejarla escapar.

Ya de pie, el cuerpo en llamas de Marta empuja el mío y comenzamos a andar a ciegas a través del pasillo.

-Mmmh...- nuestros gemidos son realmente idénticos cuando bajo las manos de su cintura a sus nalgas y la aprieto contra mí.

Casi no puedo mantenerme en pie por el temblor de mis piernas, así que hago chocar su espalda contra la pared y me apoyo en su cuerpo, también tembloroso por las ansias. Sin embargo siento un profundo mareo que no le favorece nada a mi cuerpo cuando me empuja suavemente para quitarse la camiseta y tirarla al suelo. Joder, como me pone tanto...

Mi respiración se agita tan solo mirando como el pecho de Marta se infla y se desinfla a gran velocidad.
Hago lo propio y me quito mi camiseta también, aunque a diferencia de ella, yo no llevo sujetador y veo como al instante Marta me come con la mirada.

Sin perder más el tiempo, me estrecha entre sus brazos y por mi impulso le hace chocar de nuevo contra la pared del pasillo. Al notar como mi torso desnudo se mezcla con el suyo, se instala una hoguera abrasante entre nuestros cuerpos, y Marta trata de disolverla besándome de nuevo. Investiga con su lengua todos los secretos de mi boca y yo me deshago en la suya.

Soy consciente de cada centímetro de su cuerpo, acaricio sus costados, su torso y hago una pequeña pausa en su pecho para centrarme en este.
Marta, abrumada, se deshace del beso y me mira suplicante.
Entonces bajo a besarla por encima de la copa de su sujetador y recorro su canalillo con mi lengua.

-Quítamelo...- me ordena. Me incorporo para verla con los ojos cerrados disfrutando de mis caricias, y aunque sé que se refiere al sujetador desciendo por su cuerpo y le quito los pantalones. Ella me mira jadeante mientras le toco y beso los muslos despacio.

M estoy esforzando por no cogerla, meterla en la primera cama que encuentre y hacerle todo lo que me pida, quiero besarla y tocarla despacio y quiero sentirla y recordar cada centímetro de su piel.

-Dioos...- gime apoyando la cabeza contra la pared cuando la dejo unos cuantos besos por encima de las bragas y me levanto a su altura. Le doy media vuelta para acceder al broche de su sujetador y se lo quito también.

MARTÍA *She used to be mine*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora