Adam se despertó de malas, la molesta luz que logró filtrarse a pesar de haberse asegurado en la noche de cerrar las dos ventanas de la habitación, emparejar las cortinas y cambiar su color, broncean aun más su piel. Abrió los ojos con total cansancio, intentando enfocar su pésima vista a un marco de la pared. A pesar de no poderlo ver como quisiera sabía por ende el significado de esa fotografía que apaciguó ligeramente su estado de ánimo tan deplorable. Movió sus pies, estirando éstos en el proceso de buscar sus lentes sobre la mesa de noche con el brazo que estiró para atraparlos. Se los colocó, sintiendo un espasmo en toda la extensión de su cuerpo tapando su boca con ambas manos.
—Maldición, ¿Podrías no joderme tan temprano? —dice—, dame un respiro, Keith.
— ¿Ya se levantó las dos personas que más amo en esta vida? —entró Shiro, cuidando de sus pasos para no dejar caer la pequeña bandeja con el almuerzo hecho.
—Eres un meloso.
—Soy tu meloso, amor.
Adam hizo una mueca.
—Te preparé el almuerzo —siguió diciendo Shiro—, pensé que sería una gran idea de usar mis pocas habilidades culinarias obtenidas gracias a esas clases de cocina que me metiste para consentirte.
—Tuve que meterte a esas clases, ¿O quieres que te recuerde la infección estomacal que me hiciste en nuestra primera cita cuando intentaste hacer... —se detuvo un momento, meditando qué rayos supuestamente había preparado su esposo en esa línea de tiempo—, eso?
La sonrisa de Shiro apareció.
—Era pollo empanizado.
— ¿Era qué? —también sonrió—, Keith está algo inquieto desde ayer, ¿qué le pasará?
Shiro acomodó la bandeja en la misma mesa de noche donde anteriormente Adam tenía sus lentes, entregándole el zumo de naranja natural.
— ¿Keith? —curioso quiso saber—, Adam, es una niña. Estoy seguro.
— ¿Quieres apostar, mi cielo? —bebe un sorbo del zumo, moviendo el vaso de cristal de un lado a otro.
—Apuesto —afirmó.
—Yo creo que es niño, un Omega nunca se equivoca —acarició con la mano disponible su vientre, todavía no se notaba diferencia. Llevaba dos meses—, y siento que se parecerá más a ti que a mí, o no sé, en una de ésas hereda mi espléndido carácter.
Shiro se atragantó con su propia saliva.
—Si resulta ser niña como tú dices te daré el privilegio de elegir el nombre.
— ¡¿Lo dices de verdad?!
—Sí —le dio palmaditas—, pero si es niño como lo presiento se llamará Keith.
La apuesta es tentadora para Shiro, muy tentadora para su corazón emocionado. No le desagrada en absoluto que el bebé sea varón, pero su instinto paternal le aclama una niña. Una hermosa princesa.
— ¿De dónde sacaste el nombre de Keith? —se sentó a su lado.
—Es mejor que Yorak, Krolia insistía con que le pusiera así —ingirió la última gota del jugo—, ella perdió a su bebé, y en cuanto se enteró que estoy embarazado se reflejó en mí. Es una gran amiga.
—Es tu jefa.
—Una excelente amiga que cumple su papel de jefa en la empresa.
Adam continuó con el almuerzo desde la cama, Shiro lo abrazó y consintió hasta que el estómago de Adam no pudo más y tuvo que ir al baño a descargar lo que comió hace poco. Se la pasaron toda la tarde en la habitación, abrazándose mientras escuchaban los distintos sonidos del exterior. Shiro había abierto las cortinas y las ventanas para dar acceso a la ventilación, era un día caluroso y eso ponía más de malas a Adam.
— ¿Keith me querrá?
La pregunta despertó a un somnoliento Shiro, Adam estaba acurrucado entre sus brazos.
—Allura dice que sí porque seré quien le daré la vida —volvió a incorporarse en la cama—, pero independientemente de lo evidente, ¿Keith me querrá?
Shiro le mira, entendiendo la complicación de la inseguridad. Adam como él enfrentaron la misma situación de discriminación de la sociedad. Adam por ser un Omega, y él un Beta.
—Es difícil que Keith sea Alfa, por lo tanto si quiere una vida normal será como Beta. No quiero que Keith pase todo lo que llegué a sufrir en el pasado siendo Omega.
—Nuestro bebé no sufrirá, Adam —depositó un casto beso en la coronilla—, nos tiene a nosotros, presiento que será fuerte y no le importará las opiniones de aquellos que lo intentan dañar para hacerlo sentir mal. No está de más pensar en el futuro del bebé, pero por ahora enfócate en el presente, Adam. Es lo que importa.
Adam escuchó las palabras de Shiro con asombro, no era la primera vez que su marido lo calma ante la negatividad que su cabeza crea a base de prejuicios, experiencias pasadas y del daño existente de su corazón.
—Takashi.
— ¿Si, mi gordito?
Adam puso los ojos en blanco.
—Te quedarás con Kosmo en el jardín por esta noche.
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ᭃ M e l o d í a •Shadam•
FanfictionOmegaverse. Adam está embarazado de Takashi. Adam cree que su bebé será un niño, Takashi piensa que será una niña. Adam quiere proteger a su bebé del daño que puede recibir en un futuro. Adam ama a su familia. «Takashi x Adam...