Aliter Ligat

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Los días de lluvia, donde la gente se pone en duda si es de día o de noche, estas dos elfas se reúnes agradeciendo a los vientos y el agua por encubrirlas en su ausencia.

Esta historia comenzó hace años atrás, la elfa solar decidió seguir los vientos de aquel día nublado y frío, la elfa lunar como de costumbre seguía al viento distraída, cruzando se la una con la otra. Las dos conocian la existencia de la otra en ese momento pero decidieron ignorarse mutuamente, este suceso se repitió en muchas ocasiones durante la época de lluvias y nubes pero en los días lagos de sol y noches secas ninguna sabía de la otra.
Así trascurrio el tiempo y su curiosidad aumento, llegando a querer saber más de su contraria.

“— sabes, se ve distinta —le dijo la elfa solar a su acompañante, un zorro que le hace compañía durante los días. El zorro la miro dudoso, sin comprender a que se refería— ella me intriga pero tengo miedo a acecarme, su esencia es rara pero no mala —el zorro volvió a mirarla y asintió con la cabeza, se acomodo a un costado y cerró los ojos— tienes razón es momento de dormir, dentro de poco tiempo vendrán los vientos arrastrando a las nubes—”

Cuando el sol se oculta es cuando Solar se duerme y va dando paso al resplandor de la luna acompañándola la elfa Lunar y su lobo quien con su aullido va dando aviso a los seres de la noche que era su momento de salir. Y, con el aullido a la luna, la elfa iba manteniendo el orden entre los seres nocturnos.

"— parece que la volveremos a ver pasar por acá dentro de poco —le dijo al lobo, quien sabía a quien se refería, este en respuesta miro hacia los últimos rayos de sol que quedaban— sí, el sol ya descansa más temprano…es momento de hacer nuestro cometido —"

En la espera, in consiente, de las nubes estas llegaron y con ellas los encueteos casuales. Empezaron con simples saludos y con los días pasaron a conversaciones largas y agradables dándose cuenta de la gran diferencia entre ellas, una diferencia bastante agradable. Iniciaron una amistad que duró toda la temporada fría.

“— dentro de poco volverás a dormir temprano —dijo Lunar viendo hacia el cielo el cual se encontraba cubierto de unas nubes color anaranjado.
— así es y tu vas a levantarte...se diría que temprano —contestó la elfa Solar riendo y se quedó mirando a Lunar por un momento— no nos veremos por un tiempo —
— es cierto —dijo y miró a Solar, por unos segundos quedó mirándola fijamente a los ojos y después corrió la vista— hay que disfrutar los días que quedan —
— sii —”

Los siguientes días a ese se juntaron y daban caminatas largas por el bosque o simplemente se quedaban sentadas en rocas cerca de montañas, veían su punto de vista de las cosas y se divertían juntas, cuando ya parecía muy tarde solar se iba y descansaba y en el amanecer siguiente lunar se quedaba despierta por un rato haciéndole compañía.

"— hoy parece que resplandece más fuerte el sol —solar miraba como los rayos del sol se hacían notar a pesar de que aún las nubes que le cubrían un poco.
— a sí parece —dijo notándose el sueño en el ella— amaneceres cortos —
— deberías ir a descansar —sugerió solar, por su parte lunar sólo asintió con la cabeza y se puso la capucha de su capa.
— hasta la siguiente temporada —se despidió"

Así dio inicio a la temporada de días largos, en lo cuáles las dos elfas no se pudieron encontrar por un gran tiempo. A pesar de que había días de lluvia y nubes estos no duraban mucho, era como si las nubes sólo se acercaran a regar a las platas y árboles y enseguida se fueran, dejando con esperanzas a las elfas.
Un día, después de una nueva llovizna que se disperso en poco tiempo, la Elfa Solar toma la decisión de ir a buscar a Lunar en esa noche.
Ya en la tenue oscuridad Solar, acompañada de el zorro, se encontraban caminando por el bosque en busca de la elfa Lunar, a pesar de que su vista es igual de buena en las noches le resultaba extraño caminar en esos lugares en ese momento, iba sigilosamente para no causar desorden en aquella noche pero parecía que aquel orden no duraría mucho.
Aquella elfa Solar y el zorro llegó a un lugar en el cual tiempo atrás la elfa Lunar sugirió que no atravesarán de noche, sin percatarse de ello solar continuo su búsqueda y cuando se dio cuenta de ello quiso irse de aquel lugar pero ya le era tarde, se encontraba en la zona de dragones, zona en la que ellos se apoderaban por las noches para descansar. Uno de ellos noto su presencia a lo lejos y se acercó a ella y comenzó a lanzar esferas de energía de su boca, ella con agilidad la esquivo, quedo impactada ante aquel ser que al darse cuenta que no la derrotó volvió a atacarla, ella en su defensa desenfundo su espada, una espada que fue forjada con los primeros rayos de sol de la mañana y le fue otorgada por su valentía y gran corazón. Comenzó a dar ataque.

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