Jimin se encontraba de camino a su escuela. Como siempre con esa linda sonrisa que lo caracterizaba, agarrando de la mano a su madre y mirando al suelo mientras caminaba intentando no pisar las líneas y así no perder el juego que su mamá siempre perdía porque sólo iba sin preocuparse de que los tiburones la comieran.
—Eres muy valiente mami, no pareces temerle a esos horribles tiburones que pueden comernos
—Pues por supuesto que no pequeño, tu mami es muy fuerte como para enfrentar a esos terribles tiburones y alejarlos de mi Jiminie- le toma una de sus regordetas mejillas y le sonríe con benevolencia.
Siguieron caminando en dirección hacia la escuela hasta que llegaron y el pequeño se despidió con un beso de su mamá.
—Nos vemos, mami- dijo mientras corría hasta la entrada de la escuela.
A él le gustaba ir a la escuela ya que podía ver a todos sus compañeros, jugar con ellos y compartirles un poco de su delicioso almuerzo que le preparaba su mamá con tanto cariño. Sentía que la comida que su mamá le daba era mágica, que podía dar felicidad a cualquiera que la probara, de hecho, cada que podía compartía ese cacho de felicidad a todas sus personas favoritas, para que les llenara de dicha y nunca estuvieran tristes.
Como siempre llegó muy temprano, caminó entre los pasillos y mientras subía las escaleras se encontró con su mejor amigo Jungkook, o Kookie, como él le decía. Jungkook era el niño más genial que pudo haber conocido en su vida, porque aunque fuera más calmado y tímido que Jimin, era muy divertido cuando se la pasaban juntos jugando o platicando de cosas que les gustara, era agradable estar con Jungkook y a veces le gustaba burlarse de él cuando algo le daba vergüenza y se sonrojaba.
Entraron juntos a su salón y en lo que llegaban sus demás compañeros hablaban de videojuegos y dibujaban lindos escenarios donde ellos dos se encontraban jugando juntos.
Dieron más de las siete de la mañana y el profesor aún no llegaba al aula, en esos momentos siempre veía a Taehyung entrar por la puerta y se preguntaba por qué simpre llegaba tarde a clases o unos minutos después de que sonara el timbre de entrada, también se preguntaba por qué casi no lo veía con sus amigos y siempre se sentaba solo en el descanso. Ya que para Jimin eso era muy extraño, teniendo en cuenta que él tenía demasiados amigos.
No le gustaba verlo así, pero no sabía qué podía hacer. Pensaba que podría rechazar alguna de sus invitaciones para jugar o comer juntos.
Transcurrió parte del día y casi daba la hora del receso, así que como siempre Jimin fue al baño antes de que sonara la campana para que le diera tiempo de estar con sus amigos y no tener que dejarlos ni un momento, pero ésta vez se tardó más de lo normal y la campana ya había sonado cuando apenas se estaba lavando las manos. Cuando regresó a su salón para tomar su lunch se dio cuenta por la ventana de que todos sus amigos ya se encontraban en el patio jugando y corriendo para que alguien no los atrapara, así que para no tardarse más decidió tomar rápido su almuerzo y salir a jugar también; tomó su mochila y para su mala suerte no lo hallaba por ningún lado, buscó debajo de su mesa pero no había nada, también buscó en la de Jungkook para ver si él no lo había tomado pero no había rastros de su lunchera, supuso que alguien le estaba haciendo una mala broma, así que buscó en todos los lugares de sus compañeros pero no la encontró.
Tardó mucho tiempo en buscar su comida que cuando se dio cuenta ya había sonado la campana anunciando que todos los niños debían ir a sus salones para retomar las clases, así que decepcionado se sentó en su lugar a esperar a su mejor amigo y poder contarle lo sucedido durante el receso, pasaron unos minutos y vio a su amigo entrar por la puerta, corrió hacia él y lo abrazó con los ojos un poco llorosos.
—¡Kookie!
—¿Qué ocurre Minnie?
—Yo... no-no encontré la comida que mi mami me hizo- lloró, dando pequeñas hipadas mientras apretaba su agarre en el suéter de su mejor amigo.
—¿Cómo es eso posible?
—No lo sé, fui al baño y cuando regresé no estaba
—Oh, Jiminnie. No te preocupes, te daré de lo que no comí durante clase, pero ya no llores, ¿está bien?- le limpió sus pequeñas lágrimas y Jimin asintió con la cabeza y se sentaron en su lugar.
Por otro lado se encontraba Taehyung entrando al salón observando aquella escena que lo puso triste y lo hizo sentir mal, o tal vez más de lo que ya estaba. Sin embargo sabía que no podía hacer nada, mas que ir directamente a su lugar. Por que de seguro Jimin ya lo odiaba.
Transcurrieron las demás horas de clase, hasta que llegó la hora de salida y como siempre Taehyung era el primero que salía; Jungkook y Jimin se tomaron su tiempo guardando sus cosas y despidiéndose de su profesor.
Al salir de la escuela se dirigieron en dirección a la casa de Jimin, avanzaron varias calles y en una se detuvieron a que el semáforo peatonal señalara que podían avanzar.
—¡Cierto!- Jimin no pudo evitar sobresaltarse por lo que le pegó en el hombro a Jungkook.
—¡Hey! no me asustes- reclamó enojado
—Lo siento...- dijo mientras sobaba su hombro
—Pero es que me acabo de acordar de algo
—¿Sí? ¿De qué?- preguntó curioso Jimin.
—En el recreo...- dijo terminando de masticar una galleta que tenía en la boca.
—¿En el recreo qué?
— Tae te estaba buscando pero nunca apareciste y se veía algo triste
—¿Ah? ¿Y porqué me buscaba?- le miró con sorpresa.
—No lo sé, pero creo que deberías hablar con él- se encogió de hombros mientras agarraba otra galleta de su bolsa y la mordía.
—Está bien Kookie, mañana hablaré con él- le sonrió y tomó una galleta de la bolsa de Jungkook, así siguiendo su camino hasta su casa.
Cuando por fin llegaron a su casa estuvieron jugando con sus juguetes, la consola de videojuegos y la computadora de su mamá, hasta que llegaron por Kookie para llevárselo a su casa.
Jimin recogió lo que estaba desordenado en su cuarto para después empezar a hacer su tarea en su escritorio, tomó su mochila, sacó todos sus cuadernos, pero al momento de levantarlos cayó un papel doblado al suelo; al darse cuenta de eso dejó sus cuadernos sobre la mesa y se agachó para tomar aquél pedazo de papel, y, cuando ya estaba en sus manos se dio cuenta de que tenía algo escrito en él así que lo abrió y lo leyó.
"Hola... soy Taehyung, sólo quería decirte que me gustaría jugar contigo en el recreo, ammm.... tomé tu comida porque me gusta(s)ría ser tu amigo... jeje. Te espero en el árbol que está en el patio. Adiós :) *ignora que me equivoqué en la palabra "gustaría"*.
Ahora entendía por qué no encontraba su almuerzo en la mañana, ¿Por qué tuvo que tomarla desde el principio?, ¿No era mejor que le dijera en persona? Sólo tenía que decirle que quería ser su amigo y ya, no tenía que quitarle el almuerzo para que pudieran serlo. Pero, a pesar de molestarse con él por lo que hizo, se sintió mal porque lo había dejado sólo durante el receso, así que terminó rápido su tarea para poder escribirle una carta a Tae y pedirle disculpas por no haberse dado cuenta de la carta hasta que llegó a su casa.
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El chico de la comida [Vmin]
FanfictionLa comida de la mamá de Jimin es tan mágica que puede ayudar a forjar lindas amistades.