5. NOCHE ESPACIAL

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Los días que siguen sorpresivamente no son tan horribles como esperaba; Sheppard es extrañamente amable conmigo. Obviamente sigue tomándome el pelo a veces, pero no es nada que no pueda tolerar. Me deja ver un lado diferente al del primer día, más divertido y menos idiota. También es un alivio que no sea un compañero holgazán como lo fue George Marcen el año pasado, de hecho, es lo contrario a holgazán. Hacemos un buen dúo pese a que durante la mayor parte de la clase lo único que hace es distraerme con sus bromas, cada vez que Wayling hace una pregunta responde con facilidad, a diferencia cierta personita que titubea con cada palabra que dice.

Sin duda la inteligencia es una de sus mejores cualidades, además de su buen parecido. No es que haya estado comprobándolo furtivamente como el primer día.

—Una vez más, Remy quiere saltar de su cabeza —Susurra Erick a mi lado.

— ¿Qué? —Lo miro confundida.

Frunce los labios, moviéndolos hacia adelante y muerdo el interior de mi mejilla para evitar reír.

— ¿Practicas para convertirte en mimo?

—Estaba intentando ser discreto al apuntar hacia el frente.

Sonrío.

—Y te veías ridículo intentándolo —Me burlo—, no extendí el... —Hago el mismo gesto con mis labios y sonríe.

—Si tú lo haces resulta lindo.

Me detengo.

Aclarando mi garganta y descartando su comentario, vuelvo al tema anterior.

— ¿Qué era lo que intentabas decir?

Se ríe en silencio.

—Lo que dije. El chefcito quiere saltar de su cabeza.

Al ver que no entiendo su metáfora, toma mi barbilla y me hace mirar hacia el frente, entonces lo comprendo.

Wayling se halla frente a su escritorio y definitivamente la rata quiere escapar. Está concentrado mirando hacia abajo y su "cabello" o debería decir peluquín, a lo que apodamos Remy por la rata de ratatouille, se ha desprendido de la mitad de su cabeza. Lo que hace que se vea un enorme hueco calvo en todo el medio.

Resoplo una risa y toso para cubrir el hilarante sonido que sale de mí. Wayling alza la mirada y el peluquín vuelve a su sitio, por lo que vuelvo a toser, cubriendo mi boca con la mano mientras él nos dedica una de sus miradas mordaces antes de volver a concentrarse en lo de antes y la rata intenta escapar otra vez.

Empujo el hombro de Erick con el mío.

—Harás que nos metamos en problemas.

Me mira con expresión inocente, pero la sonrisa que baila en sus labios cuenta algo completamente distinto.

—Jamás te metería en problemas.

Resoplo.

—Claro. Por eso ayer tuvimos que quedarnos a limpiar el laboratorio como castigo.

—Si sucede de nuevo prometo asumir la culpa por los dos, no quiero meterte en problemas, Sam.

Erick Sheppard tiene cierta habilidad con las palabras; no es lo que dice sino la manera en que lo dice, la forma en que suena su voz, que hace que mis entrañas se sacudan. Sigo sin entenderlo. Es atractivo, soy consciente de ello, no obstante, siempre he estado rodeada de chicos guapos debido a los amigos de mi hermano, y nunca he actuado tan desequilibrada en el pasado.

—Tierra llamando a Ryan... —Sheppard me trae de nuevo. Lo miro y está sonriendo, estoy preparándome para una de sus bromas, pero en cambio dice: —Te ves linda cuando estás inmersa en tus pensamientos.

I Hate Loving You©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora