Love Is The Name (Sofía Carson y tú)

Capítulo 11

Pov ___.

Ya había anochecido y no había sabido nada de Sofía desde lo ocurrido al medio día con su hermana, y eso me preocupaba...

A quién pretendo engañar. En realidad no me importaba.

Es más, toda mi atención y todos mis pensamientos se encontraban centrados en el evento al que acudiría esta noche.

Cuando llegué a mi habitación del hotel, me llegó un mensaje de la anfitriona avisándome de dicha fiesta. Ella sabía de mi presencia en Chile y por ello me advertía de que, si no acudía a su fiesta, vendría a buscarme para patear mi trasero. Un amor ella.

Así pues, decidí ducharme para relajame y refrescarme. Tras un tiempo prudencial, salí del baño ya en ropa interior, me sequé el pelo, comencé a sacar ropa del armario y fui probándomela para encontrar el look ideal.

Después de media hora, seguía aún sin saber qué ponerme pues nada me convencía, consiguiendo con ello que me frustrase cada vez más. Fue entonces que alguien llamó a la puerta.

- ¡Voy! - grité molesta tirando un nuevo conjunto sobre el cúmulo de ropa que había ya sobre la cama.

Al abrir la puerta, me encontré a quien menos me esperaba.

- ¿Paulina? - pregunté asombrada.

- Vaya, no me esperaba ser recibida así - me recorrió con la mirada de arriba a abajo.

Miré mi cuerpo, viendo que me encontraba aún en ropa interior.

- ¿Es en serio? - arqueé una ceja haciendo que la rubia me mirase a los ojos y se riera.

- Ahora puedo comprender algunas cosas - la miré confundida pero, antes de que preguntarse algo, volvió a hablar - ¿Puedo entrar?

Me quité de la entrada y le hice un gesto para que pasara, cosa que hizo.

Cerré la puerta en cuanto entró y, en eso, algo hizo click en mi mente haciendo que me acercase casi corriendo a la cama y tomase un montón de ropa en mis manos. La rubia me miró extrañada ante mi repentina actitud.

- Siento el desorden. No esperaba a nadie - dije nerviosa y haciendo como que recogía un poco toda la ropa que tenía desordenada.

- Ya veo que algunas cosas nunca cambian - rió dejando su bolso en una de las mesillas de noche y tomando del suelo una camiseta gris.

La miré unos segundos arqueando una ceja, haciéndola reír de nuevo. Desde siempre había sido una desordenada y ella lo sabía, de ahí su comentario.

Mientras ella se dedicaba a mirar toda mi ropa desordenada, visualicé en mis manos una chaqueta y, bruscamente, solté toda la ropa que sujetaba, poniéndola lo más rápido que pude, a lo que Paulina me volvió a mirar rara.

- Es que no sé qué ponerme para esta noche y es frustrante. ¡Mira toda la ropa que tengo! - dije queriendo que Paulina no preguntase nada.

- ¿Tienes por casualidad una cita? - seguía husmeando entre mi ropa, sin ver cómo ponía mis manos en jarra.

- ¿En serio me ves teniendo una cita? - pregunté ofendida.

- No lo sé. Ese es el problema de que no sepa ya nada de tu vida - siguió fisgando y suspiré por ello.

- ¿A qué has venido, Pau? - dejó lo que hacía y me miró seria.

- A hablar contigo - me acerqué de nuevo a mi ropa, de vuelta a la búsqueda de algo que ponerme.

- Siento decirte que ahora mismo no puedo. Ni luego tampoco porque voy a pasar toda la noche fuera - antes de que hablara, la señalé con el dedo - Y no. No es una cita.