c h a p i t r e; v e i n t i d o s | e d i t a d o

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Seokjin a pesar de estar en la época dorada de los treinta, jamás había logrado tener un buen estado físico

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Seokjin a pesar de estar en la época dorada de los treinta, jamás había logrado tener un buen estado físico. Lo había confirmado cuando tenía a cuatro demonios corriendo detrás de él con pequeñas bolas de nieve que chocaban y explotaban en su abrigo. Él corría como si su vida dependiese de ello, pero solo bastó un descuido para que cayese al suelo y los niños se lanzaran hacia a él. Con su corazón agitado y las risas de los niños, terminó riendo junto a ellos mientras le hacían cosquillas.

—¡Chicos! —se escuchó la voz cálida de la señora Jung mientras se quitaba los guantes de cocina que decoraban sus huesudas manos—. Ya han jugado bastante con la nieve, vengan a calentarse un poco.

Los niños inmediatamente salieron corriendo, dejando a Seokjin tirado. Refunfuñó un poco y se levantó sin quitar la vista al menor de los hermanos caminar como podía en la nieve.

Su corazón se enterneció. En unos pocos segundos, cargaba en su espalda a BonHwa y este sonreía por tener la atención del mayor.

Al llegar, la señora Jung los recibió con una sonrisa y pidió amablemente al niño para que entrase junto a sus hermanos. Ella al tenerlo en brazos juntó sus naricitas con amor y luego los bajó. El niño corrió hasta sus hermanos y la señora Jung a través del hombro de Seokjin vio a su hijo sentado cerca del lago.

Seokjin notó la preocupación en los pequeños orbes de su tía. Tomando sus manos, le dio un pequeño apretón para que estuviese tranquila.

Le dio un casto beso con los labios algo frío en sus nudillos. Antes de irse, le brindó una sonrisa. Se alejó de allí y caminó hasta donde se encontraba su primo. Se sentó en silencio justo al lado y admiró el hermoso horizonte.

Amaba ir a ese lugar los inviernos.

El ambiente de colores gélidos le recordaba a su infancia. Encogió los hombros ante el frío que se colaba en sus huesos. Su mirada se dirigió a Hoseok. Sus ojos estaban en el lago, pero sus pensamientos estaban perdidos en un lugar lejos de ahí. Desde que llegó de aquel viaje misterioso, su primo había dejado muchas cosas y su actitud tosca, cambiante y egocéntrica, había desaparecido para convertirse en alguien frío y silencioso.

Ahora prefería trabajar en silencio. En los años que llevaban trabajando juntos, eso jamás había pasado. Él amaba su trabajo y amaba expresar mediante la palabra lo que hacía, sus planes o las posibles resoluciones del futuro.

En los almuerzos siempre estaba ido. Por más que se intentaba incluir en las conversaciones triviales o labórales, él siempre estaba perdido y contestaba con asentimientos leves. Cualquier cosa que se le decía acerca de Shine era un "como lo deseen ustedes." Y jamás de los jamases esas palabras hubiesen salido de sus labios. La última vez que sucedió estaba borracho y al otro día, todo el equipo pagó los platos rotos de sus imprudencias por no detenerle.

Seokjin y todos estaban preocupados. Por segunda vez, veía a su primo caer y no sabía cómo ayudarlo. Sus ojos aún se posaban en él, tratando de descifrar que le había pasado. Jung Hoseok ya no era el mismo.

i'm not her || hopemin || {EDITÁNDOSE} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora