What You Hide [TERMINADA] (YKG)

IV

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—¿Estás bien? —su suave voz hizo a mi miembro levantarse y a mi lobo temblar.

No de nuevo por favor, me repito mentalmente. Esto duele. Quiero girarlo, bajar sus pantalones y follarlo, hacerlo mío, poseerlo y marcarlo, pero mi bendito cuerpo no se mueve, parece clavado en esta posición dolorosa que afecta mis sentidos por no tener la atención que desea.

—¿Quieres follarme? —su pregunta me hizo sentir avergonzado de alguna manera— ¿Qué es lo que quieres? Te estoy dando la oportunidad de hablar. ¡Habla! —no fue hasta esa última orden que mis labios comenzaron a moverse.

—Su voz me excita —admito y me siento sumamente avergonzado porque sus palabras me suenan a órdenes y me obligan a obedecerlo, pero eso me excita aún más— Deseo marcarlo. —digo sin más y mis ojos pican cristalizando mi vista.

Su rostro es indescriptible. Parece no pensar, más que eso, parece no afectarle mi confesión.

—No lo harás —su voz firme y demandante hizo esfumar mi excitación de golpe haciendo que mi lobo lloriquee y mi miembro, dolorosamente, se relaje, como si fuese una orden directa para mi pene, algo así como; "Te ordeno que bajes tu excitación", lo cual pareció captar obedientemente, provocando dolor en ella y en mi pecho.

—No —susurré sin querer decirlo realmente, pero me era imposible no obedecer.

—Arregla tu ropa y sales a tus clases —ordenó con la misma serenidad de antes pero su voz me pareció demandante y solo me limité a asentir.— ¿Disculpa? —pregunta, levantando una ceja expectante.

—Sí —respondo en un susurro.

—Bien —satisfecho de mi respuesta se gira y sale del lugar.

¿Pero qué demonios?

¿Qué carajos hace él con mi cuerpo y mente? Parece manipularme de algún modo, más bien parece domar a mi lobo interior. La excitación parece no estar más pero si la sensación de deseo, lo que me resulta tan extraño como ese tipo. Me recargo en la puerta del cubículo suspirando con pesadez y cansancio. Estaba a punto de caer al suelo cuando su presencia reaparece.

—Dije que fueras a clases —su voz serena y autoritaria me hizo enderezarme y caminé acercándome a él, quien no dejaba de verme.

¿Acaso no sonríe?

Me obligo a bajar la mirada, poniéndola en un punto fijo en el suelo. Lo vi por el rabillo del ojo caminar frente a mí y yo seguí sus pasos, mi mirada viajó a la parte visible de su cuerpo. Parecía tan frágil pero su postura y caminar era firme, su pantalón adherido y holgado a la vez mostraba las curvas de su fino cuerpo. Era como una combinación de todo que no podía definirse en concreto lo que podría representar, era tan malditamente extraño y excitante, su trasero se alzaba por sobre la tela. Tan firme e imponente pero delicado.

Una mezcla de todo lo que se puede desear.

Tan perfecto.

Mis ojos no podían apartarse de su trasero.

—Deja de verme o serás incapaz de controlar tu excitación —me ordenó y desvié la mirada a otro punto lejos de él pero de pronto choco con algo y mi mirada se dirige a ese algo.

Él me observa, sus brazos cruzados por sobre su pecho, la camisa es negra y su chaqueta igual cubriéndolo por completo y dando un aspecto de chico malo.

—Jeon —lo miro a los ojos al escuchar mi apellido salir de sus finos y apetecibles labios— Cuando estés cerca de mí, por tu propio bien, obliga a tu cuerpo a controlarse, intentaré ayudar con tu lobo, pero debes de concentrarte en algo más que en satisfacer tus deseos carnales. Ser alfa es más difícil que ser un omega, soy consciente de ello ya que hay más responsabilidad porque debes complacer a tu pareja y más cuando está en celo. Si algo como esto vuelve a suceder, no serás capaz de controlar tus instintos y los omegas automáticamente entrarán en celo aunque no les toque según el ciclo, incluso aunque tomen su píldora, debido a tu olor a excitación. Eso, créeme que será más doloroso para ti.

—¿Quién es usted? —pregunto sorprendiéndome por sus palabras tan seguras y firmes.

—Es mejor si no lo sabes y ayudarías mucho si aprendes a controlarte. Si alguien se da cuenta que soy quien causa tu excitación, me veré envuelto en graves problemas y te arrastraré a ello aunque no lo desee.

Eso fue más sorprendente ¿Entonces si le afecta de algún modo que me excite debido a él?

—¿Es un omega? —pregunto sin poderlo evitar.

Su voz y postura no es autoritaria, más bien me hizo entrar a un grado de confianza donde puedo escuchar cualquier cosa que me diga y sacar sin reservas todo lo que siento... confesándome a él.

—Eso tampoco es conveniente que lo sepas —contesta con la misma inexpresividad que le acompaña.— Dime Jeon... ¿Qué ha provocado tal excitación? Fue demasiado fuerte como para no captarla y definitivamente me di cuenta de que fue por mi pero, me intriga bastante qué lo causó, porque no estoy ni estaré en celo para dar una explicación lógica.

Lo miro sorprendido ¿No estará?, ¿qué significa eso?, ¿no es un omega entonces?

—No lo sé. Iba hacia la azotea del edificio cuando escuché la voz del profesor Kim... lo primero que me intrigó fue el querer saber con quién hablaba y luego... —me removí incómodo y desvié mi mirada de la de él, avergonzado por estarme sincerando con alguien.

—Mírame —inmediatamente obedecí, frunciendo el ceño por mi propia reacción ya que ni siquiera sonó severo— Continua —sin pensarlo dos veces y sin apartar mi mirada de la suya, continué.

—Cuando escuché su voz, mi cuerpo pareció reaccionar a un llamado silencioso y mi lobo y... mi polla...

—Así que mi voz... —susurra más para él que para ambos y no pasé desapercibido que ignoró el hecho de que mencioné mi polla y se centró en lo primero— No creo que después de escuchar mi voz haya parado ¿o me equivoco?

—No. —continué— Cuando comenzó a tocar el piano yo... me controlé y cuando salió, al verlo, mi cuerpo volvió a vibrar y me tensé, no me podía mover hasta que...

—Hasta que te lo ordené —terminó la frase por mí recordando el momento.

—Sí —admití.

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